Las semanas en confinamiento han vuelto a algunas personas más reflexivas, y no es raro que recordemos algunas decisiones del pasado con cariño y nos arrepintamos de otras. Aunque la mayoría de las personas tatuadas están felices con las obras plasmadas en su piel, otras se arrepienten al menos de algunos de estos tatuajes. Ya sea el nombre de una ex pareja o un proverbio chino cuyo significado no conocíamos, hay marcas en la piel que, definitivamente, no deberían permanecer.
Para decirle adiós a un tatuaje, la primera recomendación es no intentar eliminarlo en casa. Si bien en internet hay distintos métodos caseros para hacerlo, son todos igualmente peligrosos.
En un sitio recomiendan usar ácido tricloroacético, el cual se usa para eliminar verrugas o para tratar infecciones derivadas del virus del papiloma humano ¿Por qué jamás deberías usarlo para borrar un tatuaje en la comodidad de tu baño? Según la Hoja informativa sobre sustancias peligrosas, publicado por el Departamento de Salud de Nueva Jersey, se trata de una sustancia química altamente corrosiva, capaz de producir graves quemaduras tanto en la piel como en los ojos.
También recomiendan aplicar jugo de limón o frotar con arena y sal. Y aunque la piel no resulte con un daño grave a partir de estos tratamientos, lo cierto es que si el tatuaje se hizo de forma profesional, los tratamientos con ingredientes culinarios no van a hacer mucho para sacarlo.
La recomendación general es ir a centros especializados que se dedican a la eliminación de tatuajes o a centros dermatológicos que trabajen con tecnología láser. Dos ejemplos que funcionan en Santiago son Dermédica y Central Klinic. En ambos casos usan láser Spectra, conocido porque además ayuda a mejorar la calidad de la piel, elimina manchas y cicatrices y porque se puede usar sin problemas en casi todo el cuerpo.
El láser actúa sobre el pigmento del tatuaje desintegrándolo para luego ser expulsado como una célula muerta más de la piel. Este tratamiento puede requerir hasta siete sesiones de una hora cada una dependiendo del tatuaje y quita con mayor facilidad pigmentos negros.
Una de las primeras preguntas que le hacen a quienes piensan en eliminar un tatuaje es ¿duele mucho? En Central Klinic aseguran que no se trata de un procedimiento solo para valientes, pues no alcanza a ser peor que un dolor moderado. Cuentan que además se cita a curación luego de dos días de realizado el procedimiento, donde se entregan las instrucciones necesarias para seguir con la recuperación y prepararse para una nueva sesión. Hay que tener paciencia, pues en la mayoría de los casos pasa un mes entre cada sesión, para asegurar una cicatrización correcta.
Embarazadas o personas que presentan irritación o infecciones en la piel deberían abstenerse de estos procedimientos.