Trastornos dolorosos que afectan la vida sexual y emocional de las mujeres
La comodidad y la vida sexual van de la mano. Al tener relaciones sexuales con otra persona, es importante sentirnos cómodas con nosotras mismas, al menos durante esos momentos, para poder concentrarnos solamente en lo que estamos haciendo y sintiendo, dejando atrás complejos o trancas que podamos tener. Pero no todas las personas tienen el privilegio de poder simplemente olvidar sus problemas físicos, pues son ellos precisamente los que evitan que disfruten de su sexualidad libremente.
Existe una serie de trastornos dolorosos sexuales, que llevan a las mujeres a experimentar dolor genital mientras mantienen relaciones. Se trata de molestias profundas que aparecen con la penetración o a causa de los movimientos propios del acto sexual. El tema es que, en la mayoría de los casos, estos problemas también acarrean dolor y molestia en otras situaciones de la vida cotidiana, por lo que los efectos a nivel psicológicos que pueden tener en quienes los sufren no terminan una vez terminada la relación sexual, sino que acompañan a la persona a lo largo de su vida.
Según se explica en el libro Antología de la sexualidad humana, de Cecilia Fernández y Eusebio Rubio, si hay dolor durante la actividad sexual siempre hay algún tipo de disfunción, en cuanto ésta jamás debería ser molesta al punto de evitarla para no sufrir consecuencias físicas. Aunque se acota que el problema también puede encontrar su origen en la mente, cuando esto pasa se debe por lo general a una mezcla de factores biológicos y psicológicos. No es común que se somatice con dolor.
La Revista Médica de Chile publicó en 2002 que más de la mitad de las mujeres entre los 40 y los 64 años sufre de algún trastorno doloroso sexual, siendo el grupo más afectado aquel entre los 50 y 54 años, con una prevalencia del 61,5%.
A continuación, dejamos algunas de las principales causas de trastornos:
Endometriosis
Se trata de la principal causa de dolor sexual profundo. Según la Clínica Mayo, se produce cuando partes del endometrio crecen en otros órganos pélvicos, tales como los ovarios o las trompas de Falopio. Ahí, éste se engrosa y sangra como lo haría el endometrio normalmente durante el ciclo menstrual.
De acuerdo a la Sociedad Chilena de la Endometriosis, aunque el dolor durante las actividades sexuales es uno de los principales síntomas de esta enfermedad, otras molestias profundas se pueden presentar al menstruar, defecar, orinar, y en cualquier momento del día. Y se trata de una enfermedad que afecta a cerca del 10% de las mujeres chilenas en edad fértil, las cuales no solo ven su vida sexual complicada sino que además se enfrentan a la posibilidad de quedar infértiles.
Existen distintos tratamientos para la endometriosis, dentro de los cuales destacan el uso de anticonceptivos hormonales, analgésicos y cirugía reparadora.
Enfermedad pélvica inflamatoria
Es una infección en los órganos reproductivos, comúnmente causada por enfermedades de transmisión sexual como la clamidia y gonorrea. Pero también hay infecciones de carácter no sexual que pueden causar esta enfermedad, por lo que no se trata de una característica excluyente.
Según el Centro para el Control y Prevención de enfermedades del Gobierno de España, algunos de los factores de riesgo incluyen tener una enfermedad de transmisión sexual no tratada, tener más de una pareja sexual, tener una pareja sexual que tiene relaciones con otras personas, haber sufrido de esta enfermedad con anterioridad, tener una vida sexual activa antes de los 25 años, el uso de duchas vaginales, tener un dispositivo intrauterino hace poco tiempo.
La enfermedad pélvica inflamatoria es más que una mera molestia en términos de relaciones sexuales, pues además de dolores intensos durante el coito, resulta en sangrado, fiebre y dolor en la parte baja del abdomen. Los antibióticos pueden tratar este problema, pero no revertir los daños a nivel de organismo que haya causado, dentro de los que se destaca la infertilidad.
Tabique vaginal transverso
La Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología define este problema como una división de la vagina en dos partes, llamados proximal y distal, que reducen su largo funcional y obstruyen parcial o totalmente la salida de flujo menstrual. Explican que su frecuencia es de uno entre setenta mil pacientes ginecológicas, y que se debe a una alteración de la fusión entre los conductos de Müller y el seno urogenital. Su causa, eso sí, se mantiene desconocida.
En el artículo del medio especializado, las doctoras Paola Bustos y Marcia Smirnow, del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Félix Bulnes y Universidad de Santiago, explican que en algunos casos el dolor ha llevado a que las mujeres, después de años de infructuoso tratamiento, simplemente cesen de tener relaciones sexuales para evitar las molestias.
La cura más validada para este problema es una restauración vaginal a través de cirugía, la cual en casi la mitad de los casos ha demostrado ser efectiva en el largo plazo, pero cuyo resultado puede variar.
Hidradenitis supurativa
Esta enfermedad inflamatoria de la piel se caracteriza por la aparición de nódulos profundos en zonas donde hay glándulas apocrinas, y por lo general aparecen cuando las mujeres tienen entre 20 y 40 años. Según escriben los dermatólogos Marcos Silva Feistner, Claudia Salomone, Sergio Silva y Verónica Vial-Letelier, en su artículo Hidradenitis supurativa prepuberal: presentación de dos casos, las causas de esta afección no son claras. Eso sí, cuando se presenta en edades tempranas suele estar relacionada a antecedentes familiares. Además, hay ciertos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de sufrir este problema, tales como el consumo de tabaco (alrededor del 80% de las pacientes son fumadoras), la obesidad, factores endocrinólogos como el embarazo y menopausia, el uso de ropa apretada, la depilación en la zona púbica y el uso de algunos anticonceptivos y litio.
Describen, además que los primeros síntomas son la sensación de ardor, purito, calor local, hiperhidrosis y dolor, y que por lo general aparece en la región inguinal, esto es, a un lado del pubis.
Se estima que el 20% de las personas con este problema ven afectada su vida sexual, mientras que casi la totalidad acusa de problemas derivados de esta en su vida cotidiana. Por otro lado, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria asegura que las secuelas físicas de la hidradenitis supurativa afectan tremendamente el autoestima de los pacientes, limitando su libertad a la hora de mantener relaciones sexuales, pero también sociales y laborales, lo que lleva eventualmente al aislamiento social.
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