Tres Datos Paula para enflorar los días de otoño

Datos Paula



1. Flora Restorán:

Flora restorán

Cuando Patricio Urrutia -empresario- y César Zegers -chef-, ambos de Viña del Mar, buscaban un lugar para salir a comer y tomar en su ciudad, notaban que no había muchas opciones. A partir de eso, se les ocurrió la idea de abrir un restorán que reuniera tres aspectos que para ellos eran fundamentales: cocina vanguardista, coctelería de autor y un ambiente entretenido para el público adulto joven.

Así nació Flora, lo que ellos definen como un food garden, donde cada preparación -tanto platos como cócteles- está inspirada en la naturaleza y decorada con flores y brotes comestibles. Abrieron en septiembre de 2019 y cuando llegó el verano ya eran todo un éxito. Sin haber invertido un peso en publicidad, tenían sus mesas completas, solo por el boca a boca. “Nos fue espectacular y el público eran casi puros viñamarinos, mucho más que turistas”, cuenta Patricio Urrutia, uno de los dueños de Flora. Luego llegó la pandemia, que los obligó a estar tres meses completamente cerrados. Cuando pudieron reabrir -solo para entregas a domicilio- no fue fácil subsistir, ya que su carta, con un foco importante en la presentación de los platos y tragos, no era muy amigable con el formato delivery. Como muchos otros negocios, sobrevivieron con dificultad durante esa etapa: mientras Zegers cocinaba, Urrutia hacía de copero y repartidor.

Superada esa crisis, hoy están consolidados como uno de los imperdibles de la Región de Valparaíso. Entre los más pedidos de su carta están las lámparas de mimbre: bolitas de asado de tira, queso mozzarella y cebolla acaramelada, envueltas en quinoa crocante y mojo rojo a base de pimentón ($12.900); y los conos de salmón, hechos con barquillos artesanales rellenos de tártar de salmón, mango, tomates cherry, palta, cebolla morada y quinoa crocante ($12.900). También destacan sus alternativas vegetarianas y veganas, como la berenjena asada, que viene con mojo verde, relish de repollo morado, champiñón portobello ahumado en té azul y guardados en aceite de oliva, tomates cherry, pétalos de cebolla morada encurtida y cebollín ($10.900). El protagonista indiscutido de su carta de tragos es el cóctel Ñagué, que tiene gin, maracuyá, syrup de caramelo y canela, albahaca y agua tónica ($6.900)

En mayo esperan estrenar su nueva carta de invierno que incluirá platos cálidos como el afamado ramen. 5 Norte 217, Viña del Mar. www.restaurantflora.com

2. Flores de madera:

flores de madera

Cuando se habla de flores para decorar espacios como casas u oficinas, la alternativa que se plantea frente a las naturales, suele ser la de las flores de plástico. Duran más, por ende son más baratas, y no hay que cambiarles el agua. El problema es que generalmente se ven extremadamente falsas, y tal como su material: plásticas. Quienes se enfrentan frecuentemente a este dilema, ojo con las flores de madera. Humberto Gajardo es un artesano que desde hace 50 años elabora con sus propias manos flores como rosas, crisantemos, dalias, margaritas, clavelinas y girasoles. Este oficio lo ha llevado a viajar por Perú, Argentina, Uruguay y España. “He recorrido bastante con las flores de madera, ellas me han dado muchas satisfacciones. Gracias a eso tengo dos hijos ingenieros”, dice.

Cuando empezó vendiendo las flores en la Plaza de Armas, ofrecía un ramo a $50. Hoy los vende a $3.000 y tiene un puesto -autorizado- afuera del metro Santa Lucía. Desde esa posición ha sido testigo de cómo ha cambiado Santiago durante los años. “Cuando empezaron a aparecer los malls en todas partes, mucha gente dejó de venir al centro”, dice. “Y lo otro es el metro, que anda mucha gente por abajo, pero aun así este negocio se mantiene”.

Humberto recoge los varillones de madera en Pirque y los lleva al hombro hasta su casa y taller que está ubicado en Cerrillos. Ahí comienza el proceso de pelarlos para sacarles la cáscara y luego ponerlos a secar al sol. De ahí debe laminar y enrollar las flores, para luego pegarlas al tallo con silicona en la parte de atrás. Para darles color las mete en unos baldes de pintura, y el tono del pistilo lo logra con un soplete. Para el día de la madre -que este año se conmemora el 14 de mayo- se concentran casi todas las ventas. En su puesto vende solo rosas, y los otros tipos de flores los elabora a pedido a través de su Instagram @artesano.flores.

3. Aros floreados:

aros

La artista visual Francisca Torres comenzó a experimentar el trabajo con la arcilla polimérica -una pasta moldeable, parecida a la plasticina- en octubre de 2019. Cuando llegó la pandemia, empezó a hacer aros con este material, probando combinaciones de colores y formas. Los subió a Instagram y ahí evaluó qué modelos gustaban y cuáles no. Y empezó su pequeño negocio Franto Accesorios. “Como material, la arcilla polimérica tiene muchas cosas buenas: para empezar, su liviandad, que te permite tener los aros puestos todo el día sin estar sufriendo”, dice Francisca. Y agrega: “al no quedar completamente rígida es muy duradera, porque es difícil que se rompa o le pase algo”. Con los años ha ido creciendo su clientela y también ha ido sumando nuevos modelos, que generalmente se caracterizan por ser grandes y coloridos. Círculos, estrellas, óvalos, corazones y otras formas irregulares, han sido desde el inicio parte de su catálogo, y hace pocos meses se lanzó con aros de flores, que han tenido muy buena recepción entre sus clientas.

Lo novedoso es que los vende en un pack 3x1: estos incluyen un par de argollas, que pueden ser doradas o plateadas, y tres pares de flores (colores a elección). Con esto, se logran tres aros distintos. $18.000 el pack en @franto.accesorios.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.