“Un padre no debiese asumir la responsabilidad por las emociones de los hijos: Cómo criar niños y niñas emocionalmente fuertes
El último reporte elaborado por la ONG Bullying sin Fronteras posicionó a Chile como uno de los 30 países con índices más altos de acoso escolar. Y, a pesar de que cada día somos más conscientes de los graves efectos del bullying, se trata de un fenómeno cada vez más prevalente. Un estudio publicado por el Observatorio de Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar de la Universidad de la Frontera, mostró que desde 2019 a la fecha las denuncias por violencia escolar aumentaron en casi un 30% en todo el país.
Y es que, al parecer, los esfuerzos de los colegios y las nuevas regulaciones que se han incorporado —como la implementación obligatoria de reglamentos para el manejo del bullying en los establecimientos de educación— no han sido suficientes. Si bien el bullying escolar ha existido desde los inicios, detener un fenómeno que hoy no solo se presenta durante las interacciones cara a cara sino que se ha visto amplificado y potenciado con el uso de redes sociales, es una tarea muy difícil.
En este contexto, preguntarnos cómo podemos criar hijos con las habilidades para enfrentar un mundo con altos niveles de agresión entre los propios niños puede ser una pieza clave para abordar el problema de forma integral. Ayudar a los niños a constituirse como personas emocionalmente fuertes puede ser una gran herramienta cuando se insertan en mundos como el escolar o el universo digital donde es muy difícil controlar cómo y de qué forma interactúa un niño con sus pares.
La psicóloga clínica especialista en psicología del desarrollo infantil y terapeuta familiar Daniela Toro explica que el concepto de fortaleza emocional puede tener un doble filo. “Hablar de niños emocionalmente fuertes puede parecer una alusión al bullying y a esta idea de que prevalece la ley del más fuerte”, explica. La terapeuta del Centro Clínico del Ánimo y la Ansiedad explica que lo más acertado es apuntar a criar niños con una buena gestión emocional. “La buena gestión emocional se compone de varios elementos. Uno de ellos es que los niños desde chicos aprendan a identificar sus emociones y detectar cuando sienten pena, miedo o rabia, por ejemplo”. Agrega que es importante que los niños desde chicos aprendan a tener una buena relación con las emociones que son más culturalmente aceptadas, pero también con aquellas que están más estigmatizadas como el miedo, la rabia o la envidia. La especialista del Centro de Trastornos del Ánimo y Ansiedad explica que, solo desde la aceptación de esas emociones los niños pueden dar el paso de abrirse a pedir ayuda al colegio o a los padres cuando algo les está costando.
Y es que ser emocionalmente fuerte, paradójicamente requiere ser capaces de reconocer nuestras vulnerabilidades. Porque tal como explica la psicóloga Daniela Toro, no se trata de ser imbatibles en el terreno de lo emocional, sino más bien resilientes. La fortaleza emocional no apunta a que las situaciones difíciles como el fracaso, la frustración o el rechazo no nos afecten. Sino más bien se trata de contar con habilidades de gestión emocional adecuadas para hacer frente a estas situaciones que en la vida son inevitables. Es ese manejo asertivo de lo que sentimos lo que finalmente genera niños más felices y empáticos.
Daniela Toro explica que poder diferenciar de forma clara cómo nos sentimos es la base para poder manejar esas emociones de forma menos reactiva, menos violenta y dañina para el propio niño y también para quienes lo rodean. “Como padres, el siguiente paso es ayudarlos a gestionar esas emociones y explicarles que, por ejemplo, sentir rabia es normal y que va a pasar”, comenta. Explica que también es importante guiarlos desde pequeños para que aprendan a entender cómo se sienten otros y también poder intervenir en los conflictos ayudándolos a encontrar un consenso o punto de acuerdo.
Desarrollo de fortaleza emocional en niños
En su libro 13 Mentally Strong Parents Don’t Do, la trabajadora social, terapeuta y profesora de la Universidad de Northwestern, Amy Morin, describe algunos pilares fundamentales para promover el desarrollo de fortaleza emocional en niños. Tal como explica Daniela Toro, la autora norteamericana describe en su libro que el primer paso clave de la fortaleza emocional tiene que ver con el reconocimiento —pero también la validación— de las propias emociones. Amy Morin comenta en una columna publicada por CNBC que las emociones infantiles, por muy dramáticas que pudiesen parecer, son tan reales como las de un adulto. “Los padres inteligentes les enseñan a sus hijos que sus sentimientos son válidos y lo que realmente importa es qué hacemos con esos sentimientos”, explica. Otro de los puntos clave según la autora norteamericana es darles espacio a los niños para cometer errores. “Incluso cuando es difícil ver a un hijo equivocarse, un padre o madre inteligente aprovecha estas oportunidades como instancias de aprendizaje”, comenta Amy en su texto.
Luego de la aceptación de las emociones, Amy Morin plantea que los padres pueden apoyar como una especie de coach o entrenador para ayudar a los niños a que, poco a poco, aprendan a gestionar de forma adecuada lo que sienten. “Un padre no debiese asumir la responsabilidad por las emociones de los hijos. Más que calmarlos cuando se alteran o alegrarlos cuando se sienten tristes, el rol es mostrarles herramientas para regular sus propias emociones”, explica la especialista. Y esto varía caso a caso. Para un niño puede ser una buena estrategia el arte o los trabajos manuales y para otros practicar un deporte, por ejemplo.
Y según Daniela Toro, en su experiencia clínica, es en este punto donde los padres tienden a cometer errores. Más que abordar el tema y ayudar a desarrollar una buena gestión emocional, muchos confunden el apoyo con hacerse cargo de las emociones de los hijos. “Los errores más comunes que cometen los padres en este ámbito tienen que ver con el no enseñar a gestionar emociones desde pequeños. Si bien hoy es mayor, todavía existe poca preocupación por este tema y se aborda muy poco”, explica Daniela.
Pero, además de poner el tema sobre la mesa y educar a los niños respecto a la gestión emocional, los especialistas concuerdan en que es muy importante enseñar a través del ejemplo. La clave para transmitir fortaleza emocional no está en mostrarse imbatibles como padres ni en exigir a los niños que no sientan o que aprendan a suprimir emociones incómodas. Por el contrario, para lograr fortaleza emocional es necesario poner en práctica las estrategias, enfrentarse a situaciones que inciten una respuesta emocional y, a partir de ahí, trabajar con ellos. Porque la fortaleza emocional se desarrolla. No es una característica que algunos tienen y otros no. Y si bien es natural como padres esperar que los hijos nunca se enfrenten a situaciones que requieran de esta fortaleza, la realidad es que las dificultades son inevitables. Y enseñarles herramientas como las que plantean Amy Morin y Daniela Toro, les permite a los niños desarrollar resiliencia y los aleja del camino de la indiferencia y la negación de lo que sienten.
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