Violeta Belhouchat (@vibelh) es chilena pero vive en Francia desde el 2000. Es sexóloga, consejera de mujeres que han sufrido traumas sexuales y conferencista sobre la anatomía del clítoris. Actualmente trabaja también en una agrupación destinada a informar respecto de la mutilación genital femenina (FGM/C en inglés), llamada Excision Parlons-en (Hablemos de la escisión).

En 2018 mientras animaba un circulo de mujeres en Paris, todas sobrevivientes de violencia sexual, una de las participantes del grupo dijo que había sufrido violencia sexual durante la infancia y también escisión. “Yo hasta ese momento nunca en mi vida había escuchado esa palabra porque no crecí en Francia. Me lo explicó y quedé muy impresionada de lo que me contó. Pensé que era algo que ya no ocurría, pero sí ocurre porque la mutilación genital femenina es una cuestión cultural y también económica: a las niñas las cambian por vacas. Cuando las niñas se dan en matrimonio, tienen más valor si están mutiladas, porque si no están mutiladas, se cree que pueden tener un apetito sexual desenfrenado y que por lo tanto serán malas esposas porque podrían ser infieles”, explica. Dice que también le impresionaron las cifras que luego comenzó a buscar: 1 mujer cada 18 en el mundo está mutilada; hay países que tienen un 97% de mujeres mutiladas.

Fue tal su impacto, que comenzó a investigar más. Específicamente de la anatomía del clítoris para entender qué significa que te quiten esta parte del cuerpo, porque hay niñas que mueren de hemorragia luego del procedimiento. “Fui a los atlas de anatomía donde me encontré con que existe una gran diferencia entre la representación del pene y del clítoris. Y esto fue muy impresionante porque les escribí a las editoriales para decirles que el clítoris no estaba presente; que la conexión entre el clítoris y el cerebro no estaba descrita, que tampoco estaban dibujadas las terminaciones nerviosas, etc. Pero nadie pudo darme una respuesta”.

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Antes de emigrar a Francia, en Chile, Violeta era profesora universitaria de Historia del Teatro Chileno. “Estudié teatro porque era lo que quería cuando joven y luego no pude cambiarme porque tenía crédito universitario. Terminé la carrera, pero en segundo año supe que no quería ser actriz y que lo que me gustaba realmente era leer y comprender la historia del teatro”, recuerda.

Violeta Belhouchat

Diferentes situaciones de vida la llevaron a cambiarse de país y una vez en Francia se puso a trabajar en otras cosas. También se casó y tuvo una hija. “Cuando mi hija cumplió tres años recuperé la memoria de lo que había sufrido cuando niña. Tuve lo que se llama amnesia traumática, que es muy común, lo tiene la mayoría de las sobrevivientes de violencia sexual. Desde ese momento comencé un largo camino de sanación: durante nueve años tuve 24 terapeutas distintos y gasté 32 mil euros”, cuenta.

En ese camino llegó a una asociación llamada Hablemos Juntas donde conoció a más mujeres que habían pasado por lo mismo. “Me di cuenta de que, además de haber hecho muchas más terapias que el resto, había leído mucho más porque soy máster en Ciencias de la Documentación y la Información y porque es mi manera de vivir: soy investigadora de corazón. Si un tema me interesa lo investigo”.

Una exploración que la terminó transformando en sexóloga. “En los grupos de mujeres que vivieron violencia sexual pude ver que casi ninguna había ido a una sexóloga, salvo las que como consecuencia tuvieron vaginismo. Pensé que era importante, así que estudié sexología y abrí mi consulta para explicarles a las pacientes que pueden tener síntomas diversos. Y también para ayudarles a reconciliarse con su sexualidad. Y parte de eso es el autoconocimiento, por eso me especialicé en la anatomía del clítoris”, dice.

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Durante esta entrevista por videollamada, Violeta me muestra al menos cinco libros de anatomía y sexualidad.

“Este, por ejemplo, es de 2022, de la editorial Larousse, que es muy respetada”, dice acercando a la cámara un libro de casi 400 páginas. “En él, el clítoris está mal dibujado. Fíjate. Aquí los bulbos los dibujan atrás y tienen que estar adelante porque deben abrirse para dejar pasar la cabeza del bebé cuando nace, por lo tanto tienen que ser móviles hacia delante. Cuando ves un libro como éste, que está respaldado por una casa de edición muy conocida, en el que los bulbos están atrás y que no están dibujadas las venas del medio, te das cuenta de que este es un órgano que ha sido borrado de la historia”, agrega.

Violeta explica que las venas –que pocas veces se dibujan– son importantes para entender la mecánica de los fluidos del clítoris. “La sangre entra por los bulbos, pasa por el medio de los pilares y cuando ambos están llenos, pasa por los tejidos esponjosos hasta el vestíbulo y los labios. Es así como la vulva se hincha. Entonces si no se dibujan las venas del medio y esos tejidos esponjosos que conectan, significa que no describe tampoco su funcionamiento, o que no comprenden cuáles son las partes esenciales”.

Los primeros estudios sobre este órgano son del año 1600. El clítoris fue dibujado de manera completa en 1844 por un anatomista alemán, “lo que pasa es que después, en el siglo XIX, estuvo esta idea de que la masturbación era contraria a la moral, inventaron que podía provocar epilepsia, locura, demencia, sordera y hasta la muerte. Por eso se fue borrando. De hecho en Francia se hizo la primera ecografía del clítoris y fue recién en 2008″.

¿Cuál es la razón de la invisibilización del clítoris a diferencia de lo que ocurrió con el pene que sí está muy bien descrito y estudiado en los libros de anatomía?

Hay causas multifactoriales. Una es el efecto repetición. Si ves que internet está lleno de clítoris donde los bulbos están por detrás, van a seguir repitiendo ese patrón. En segundo lugar porque hay errores incluso en atlas de anatomía.

Pero también cuando uno dice de manera biológica que el órgano homólogo del pene es el clítoris, uno se encuentra con muchas reticencias. La primera es porque tienes que hablar de erección clitoriana, porque es un órgano eréctil, se llena de sangre y se pone duro, y creo que aún es difícil para la sociedad representar las erecciones de las mujeres; les cuesta imaginar que esta madre o esta mujer tan dulce, bien vestida o femenina –como dice la cultura– puede tener erecciones y puede sentir deseo indistintamente de a carga afectiva. Entonces detrás de esa invisibilización también hay reticencia, y mucha.

Clítoris 4U: Entrevista

Violeta cree que la manera de hacer un cambio cultural que permita darle al clítoris la visibilidad que siempre le ha sido negada, es a través de la información. Por eso surge la idea de escribir un libro. “Es importante enseñar, informar. Y confío en que una buena manera es hacerlo con un texto divertido, accesible y simpático. El otro camino que antes tomé contactando de manera muy seria a las casas editoriales no resultó. Así que el plan B fue hacer este libro con dibujos, simpático, ligero, pero con información fiable. Hay tres años de investigación detrás de este libro”, dice.

El libro Clítoris 4U: Entrevista, de Violeta Belhouchat

¿Cómo es el libro?

Clítoris 4U: Entrevista es un libro conciso y claro. Lo cuento con una historia. Nosotras dos, Javiera (@jotadejai) y yo le hacemos una entrevista a la Klítoris. Le preguntamos, por ejemplo, qué no le gusta y nos dice que no le gusta que la traen como un botón para encender y apagar; nos cuenta que quedó traumada porque en un tremendo libro que se usa de referencia para formar a sexólogos en Canadá, la dibujaron como una raya; o cuenta también que la borran de las ilustraciones donde hay mujeres embarazadas porque lamentablemente parece que todavía tenemos que elegir entre ser madre o ser mujer. También muestra sus partes, explica su funcionamiento y su importancia, pero todo lo dice con palabras simples y un poco de humor. Y también con muchas ilustraciones, porque justamente esa es una de las cosas que queremos cambiar, que el clítoris se conozca tal como es, con todas sus partes, mirado desde distintos ángulos.

Hay otra parte en la que le preguntamos por qué le gusta que hablen de historias de clítoris, si se refiere a historias de amantes. Y ella dice que sí, pero que también le gusta que los clítoris que tienen historias tristes, como la mutilación, por ejemplo, también tengan un espacio. Porque es la única manera de terminar con estas injusticias. Creo que este libro marcará la historia porque a través de la omisión de este órgano, lo que está en juego es el derecho a la igualdad y al acceso a la educación y a la salud.