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Tres marcas de diseñadores independientes que prescinden del binarismo hombre-mujer.




Por María Paz Braun

Paula 1242. Sábado 30 de diciembre de 2017.

Twenty Eight Leather

El diseñador gráfico Pablo Vidal (28) y los diseñadores de vestuario Carlo Hans Villaroel (25) y Matías Figueroa (26) forman esta marca dedicada al cuero. Seducidos por sus posibilidades, en una casa-taller de Ñuñoa han hecho arnés (la primera pieza del proyecto, 2014), vestidos, faldas, chaquetas, zapatos, chokers, carteras, bananos y bolsos para el celular, repartidos en varias colecciones. Lo que se ha mantenido es la decisión de prescindir de costuras y usar remaches y ojetillos para enlazar las piezas. $ 15.000, un arnés; $ 1.000.000, vestidos y chaquetas. Contacto a través del Instagram @twentyeight.leather y al correo twentyeight.leather@gmail.com

Dark matter

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Foto: Úrsula Madariaga.[/caption]

Raúl Ortega (27), diseñador de vestuario autodidacta, lleva años interesado en las tribus urbanas, especialmente en las góticas y punk, que alimentan su marca, que funciona desde 2015.

Con dos a tres colecciones cápsula por año, Dark Matter (materia oscura), debe su nombre a que "mi ropa es como un experimento", explica Raúl, quien hace unos meses sumó a su proyecto a la artista visual Maina Herr (24).

"Cada colección representa lo que sentimos. En Cuerpo, había terminado una relación y la idea fue fabricar una especie de coraza", dice. Por eso hicieron cascos, abrigos y máscaras.

Se pasean por un amplio espectro de colores y materiales: plástico, telas deportivas, algodón, vinilo, lino, poliéster, trabajados con horas de costura u overlock. Desde $ 15.000 un básico, polera o falda, hasta $ 90.000 una chaqueta. Antonia López de Bello 90 y en el Instagram @darkmatter.studio

Sebastián Hasta Nunca

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Sebastián (22), quien prefiere omitir su apellido, es el diseñador de vestuario tras esta marca nacida en 2016 y que ya anota dos colecciones. Una con guiños a la estética japonesa y otra con el traje sastre llevado al terreno femenino.

Generalmente propone colores neutros, como azul marino, blanco y gris, con detalles de color como rojo, plata y dorado. "Lo distinto se juega en la forma. Creo que en lo simple hay más dificultad que en algo más barroco. Es un lujo no evidente", dice Sebastián, quien establece una silueta que siempre marca la cintura, sea en pantalones palazzo, en abrigos que se amarran o en corsés que la exageran. Lana, algodón y gabardina son sus materiales recurrentes, "ya que dialogan mejor con el cuerpo".

Trabaja a pedido en su casa-taller de la comuna de San Joaquín, donde también prepara la colección otoño-invierno 2018. $ 20.000 un cinturón, $ 120.000 un abrigo a través del Instagram @sebastianhastanunca

*Foto principal: Daniela Beltrán.

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