Vida sobre ruedas

van life Paula

Victoria Ansaldo (28) es una de las tantas jóvenes de su generación que han optado por una vida nómade, sobre ruedas. Una tendencia que cada vez suma más adeptos y que en redes sociales tiene millones de publicaciones bajo el hashtag #vanlife. "Para mí una casa con ruedas es como un refugio, y también me permite tener todo lo necesario para ser independiente”, dice.




Desde la adolescencia, Victoria Ansaldo (28) empezó a desarrollar un gusto especial por las icónicas Combi de Volkswagen. Concebidas como autos de transporte de carga y diseñadas para el trabajo, estos vehículos hicieron su primera aparición a fines de la década del 40. Y si bien Victoria ni siquiera había nacido para entonces, sí desarrolló desde niña un gusto por los vehículos antiguos gracias a su familia. “Cuando chica mi papá tenía un furgón y le sacaba los sillones de atrás cuando íbamos de paseo para que mi hermano y yo pudiésemos sentarnos entremedio de todas las cosas”, recuerda.

De niña también comenzó a desarrollar un interés por la fotografía que se combinó con su fascinación por “la onda y el estilo que tienen”, como ella misma dice, las Combis. Tanto así que Victoria desde la adolescencia empezó a idear una forma de compatibilizar sus pasiones: los viajes, las fotos y los autos antiguos. “Siempre me gustó la idea de tener un espacio con ruedas”, comenta. “Como un refugio, una casa con ruedas para poder movilizarme y recorrer, viajar, hacer fotografía y tener todo lo necesario para ser independiente”.

Este formato de vida nómade, sobre ruedas, es uno que muchas personas de su generación comparten en distintas partes del mundo. De hecho el hashtag #vanlife tiene más de 16 millones de posts en Instagram y cientos de Youtubers lo usan al crear contenido audiovisual sobre sus experiencias viajando en furgones acondicionados para ser su medio de transporte y, al mismo tiempo, su principal residencia. Así, vivir sobre ruedas se ha vuelto una opción popular entre los Millennials.

Mujeres viajando solas

Sin embargo, y tal como ocurre en otros ámbitos, aquí también existe una brecha de género. Las mujeres que deciden lanzarse a la aventura solas, como lo hizo Victoria, son pocas. “En las películas siempre vemos a los personajes cumpliendo sus sueños y proyectos con una pareja”, comenta y reconoce que ella al principio también tenía esta noción casi subconsciente de que su sueño de vivir en una casa rodante viajando por Chile estaba necesariamente ligado a una pareja.

Ya sea por seguridad, miedo a la soledad o poca confianza en las propias capacidades, ver a chilenas que manejan y viajan completamente solas es casi inédito. “En general, cuando me encuentro mujeres viajando solas, no son chilenas”, dice Victoria. “De hecho, en este momento no puedo recordar si alguna vez he conocido a una chilena viajando sola en una casa rodante. Sé que deben haber más, pero lo cierto es que son muy pocas”.

Sin embargo, y a pesar de tener pocos referentes femeninos y de las aprensiones que le generaba a ella y su familia la idea de que Victoria emprendiera sola este proyecto, a los 21 años decidió dar el primer paso y compró la Combi que hoy es su refugio durante la mayor parte del año.

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Su fiel compañera Octavia

Después de un intenso proceso de restauración que costó y demoró mucho más de lo que Victoria había anticipado, —cuando se decidió por una casa rodante antigua y usada tenía poca experiencia sobre cómo elegir un auto en buen estado— el viaje de Victoria y su Combi Octavia, comenzó hace siete años y sigue recorriendo caminos hasta hoy. La ingeniero civil industrial que se ha dedicado a la fotografía de turismo aventura mientras recorre Chile, ha compartido su experiencia desde el inicio como viajera independiente a través de un blog y de redes sociales en @octaviaviajando.

Después de años de experiencia y muchos kilómetros recorridos, Victoria cree que Chile es un país suficientemente seguro para las mujeres que viajan solas pero, no por eso se expone a riesgos innecesarios. Ha aprendido a tomar distintas precauciones para acampar siempre en lugares protegidos y ha acumulado muchísimo conocimiento sobre mecánica para ser capaz de resolver problemas y tomar buenas decisiones por su cuenta.

Esa independencia y confianza en sus capacidades estaba al otro lado del miedo a cumplir sueños sola y hoy Victoria cree que esa seguridad y plenitud son de las sensaciones más gratificantes que ha sentido viajando.

Si bien sabe que no quiere pasar el resto de su vida sola, hoy su mejor compañera sigue siendo Octavia y, con el tiempo, ha logrado un balance entre manejar por su cuenta miles de kilómetros, recorrer caminos aislados por meses y planificar encuentros con amigos en distintos destinos del sur de Chile o pasar temporadas con su familia en Viña del Mar.

A primera vista puede parecer que la vida de Van Life es solitaria, pero ella no lo siente así. “En el fondo este es un proyecto que me levanta en momentos de crisis”, asegura. “Me devuelve a mi estado de felicidad y plenitud y no quisiera que otra persona pudiese interferir en eso. Además, tener este proyecto me mantiene activa y positiva: siento que me levanto cada día con un propósito. Con Octavia logré eso”.

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