Volver a clases después de la pandemia

Volver a clases



Durante la pandemia, unas de las preocupaciones más importantes fue la pérdida de clases de los niños y niñas. Y aunque la pandemia sigue, este año se visualiza un retorno a la presencialidad en un 100%, lo que muchos ven con buenos ojos. Y es que para los estudiantes el sistema híbrido, a distancia, mixto y online, generó muchos efectos negativos tanto en su nivel de aprendizaje, como en sus relaciones sociales y salud mental. Poder regresar de manera presencial al colegio sin duda será para ellos muy positivo.

Pero no debemos olvidar que, a pesar de lo beneficioso, hay que poner atención en que a muchos niños, niñas y jóvenes esta vuelta a clases les genera gran ansiedad e inquietud. Sobre todo el primer día, ese que históricamente ha producido una sensación de nerviosismo, pero que en este caso podría agudizarse. Esto porque algunos tienen susto de contagiarse y aún no se sienten seguros de ir a lugares masivos y de estar tan cerca; otros no tuvieron la mejor experiencia en su integración social en el sistema híbrido u online; puede ser que algunos se sientan agobiados por aprender o subir las notas. Por supuesto que también están aquellos cuya experiencia fue y es del todo positiva y están ansiosos por ver a sus amigas y amigos. Todas estas variedades de experiencias tienen algo en común: a ninguno le es indiferente volver a clases. Sobre todo el primer día.

Como padres, podemos realizar algunas acciones que les ayuden a sentirse más tranquilos para enfrentar el retorno a clases:

  • Dormirse temprano. Idealmente empezar a volver a esa rutina de higiene del sueño una semana antes del primer día.
  • Conversar con los hijos e hijas sobre sus sentimientos con respecto al retorno a clases. Se les puede hacer preguntas como ¿qué te emociona? ¿Hay algo que te pone nervioso o nerviosa? ¿Algo que te inquiete? Si en estos casos la respuesta es que hay algo que les genera inquietud, miedo, ansiedad o alguna emoción desagradable, es importante indagar en aquello, buscar en conjunto algunas acciones que les puedan hacer sentir más seguros.
  • Si los niños, niñas o jóvenes tienen expectativas de logros muy altas durante este año, es necesario conversar sobre sus razones y evaluar la realidad. Muchos adolescentes se auto imponen metas muy altas y luego se comienzan a desmotivar durante el año por no poder alcanzarlas. Con esto no me refiero a que no tengan expectativas de sí mismos, pero es importante poder guiarlos no solo en que se propongan metas, sino en el camino para alcanzarlas e indagar en el sentido de éstas. Ya que no podemos desconocer que para algunos las notas toman un rol tan central, que se hace necesario cuidar que eso no termine generando depresiones o trastornos de ansiedad debido a su auto exigencia. No debemos olvidar que seguimos con efectos negativos sobre nuestra salud mental producto de la pandemia, y si bien podemos sentirnos más seguros y libres, la experiencia vivida sigue teniendo efecto en nosotros.
  • Por parte de los padres, es importante que estemos conscientes de cuáles son nuestras expectativas y las de nuestros hijos e hijas. A veces proyectamos en ellos lo que a nosotros nos gustaría que lograran, olvidándonos de su personalidad, intereses y capacidades.
  • Dialogar sobre acuerdos y límites que están durante el año pero que en el verano se flexibilizaron es clave, así todo el sistema familiar se puede organizar y adaptar nuevamente a la rutina (horarios, permisos, uso de la tecnología, etc.). Y si hubiese una situación familiar compleja, es importante compartirla con el colegio los primeros días, así la institución puede apoyarlos y trabajar en conjunto.
  • Invitar a nuestros hijos e hijas a estar atentos a todos los compañeros y compañeras, promoviendo valores como el compañerismo, empatía y solidaridad. Sobre todo en el inicio de clases, pero durante todo el año, para los niños, niñas y adolescentes el hecho de sentirse incluidos es un elemento que les permite estar seguros y motivados. Y eso también depende de nosotros como adultos a cargo.
  • En el caso de los más chicos y especialmente ahora que por medidas sanitarias los padres y madres no pueden dejarlos en la sala de clases, una buena idea es ir antes a reconocer el lugar por fuera y los alrededores; anticipar información práctica como el horario de entrada y salida, quién será la persona que los va a dejar o retirar del colegio, la puerta de ingreso, el lugar donde debe esperar para su retiro, el nombre de la profesora jefa, entre otras cosas, les ayuda a sentirse seguros y seguras.
  • También puede ser positivo que se junte con sus amigos y amigas unos días antes de la entrada al colegio. A muchos les genera ansiedad volver a reencontrarse con ellos después del verano.

Finalmente todas acciones que apuntan a estar atentos a la salud mental de nosotros y nuestros hijos e hijas, y no dejar de lado aquellas medidas de autocuidado y bienestar que nos permitieron enfrentar esta crisis sanitaria que seguimos viviendo.

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