"Una uña sana es rosada, firme y difícil de romper", explica Paulina Hidalgo, dueña de Nail Shops Center. Al contrario, reconocemos una uña dañada cuando tiene estrías, manchas, surcos y desprendimientos. La experta asegura que muchas veces estos problemas pueden ser síntoma de algo mayor, por lo que conviene estar atentas a cómo se ven: "Según su estado, pueden acusar una patología como diabetes, cardiopatía o artritis".
"También las debilita la falta de vitaminas y de hierro, así como la anemia o el consumo de algunos medicamentos", agrega.
ALIMENTACIÓN
Cuidar lo que comemos es fundamental para mantener las uñas saludables. Las proteínas -presentes sobre todo en pescados, frutos secos, huevos y yogures bajos en grasas- no pueden faltar en la dieta, pues al igual que el pelo, las uñas se verán beneficiadas por estos nutrientes.
SOLUCIONES
Paulina Hidalgo recomienda hidratar las uñas siempre después de lavarlas y limar en vez de usar cortauñas, pues esto las desprende. "Es importante usar un base coat antes de esmaltar para evitar que las uñas se pongan amarillas y secas", explica, y recomienda cuidar la cutícula aplicando aceites y evitando cortarlas. "Es mejor empujarlas con un palito de naranjo", recomienda.