Tomar alcohol es una conducta tremendamente normalizada en países como el nuestro. Tanto así, que el bicho raro o quien se sale de la norma es quien, por alguna razón -ya sea física, emocional o simplemente preferencia personal- decide mantenerse lejos de las bebidas alcohólicas.
El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. Y con esto, uno de los principales efectos que las personas buscan con su consumo es la sensación de desinhibición pero, a la vez, el relajo o excitación que produce dependiendo del individuo. Y, dado que el alcohol es una sustancia altamente adictiva, esos efectos son precisamente los que comienzan a dejar estragos en la vida de quienes se convierten en consumidores recurrentes y problemáticos o derechamente adictos.
Manuela Iturrieta (30) es Ingeniero Comercial y creadora de Barra Zero, una barra móvil y tienda que funciona de manera online y que ofrece toda clase de productos que emulan tragos y preparaciones alcohólicas pero completamente libres de esta sustancia. Sin embargo, la historia de Manuela con los mocktails y los tragos sin alcohol partió a raíz de haber conocido la otra cara del espectro: el consumo problemático del trago y los peligros a los que esto la expuso.
“Recuerdo perfecto haber despertado en un taxi abajo de mi edificio sin cartera ni celular. Ni siquiera tenía mi chaqueta”, comenta Manuela. En esa oportunidad no tuvo cómo pagarle al taxista. Manuela no sabía cómo había llegado ahí. Su último recuerdo era haber estado carreteando con amigos en su departamento. Fue su hermana quien, por teléfono, le explicó qué había pasado la noche anterior. “Me dijo que habíamos ido a una fiesta en Bellavista. Como había llegado sin nada a la casa llamé para preguntar si mis cosas estaban ahí y me explicaron que me había quedado dormida al lado de un parlante. Había apagado tele”, cuenta. Fueron los encargados del local quienes la subieron al taxi que la llevó a su casa donde terminó sin poder pagar pero, al menos, sana y salva. Y ese fue solo un incidente de varios similares. “Al pensar en el montón de cosas a las que me expuse, no solo por haber perdido mi cartera y mis cosas personales”, comenta. “Todo eso fue un llamado de atención muy importante. Porque, incluso cuando me comprometía a tomar menos un fin de semana, no era capaz de mantener ese compromiso conmigo misma”.
Fue así como por sugerencia de una psicóloga en un primer momento —e impulsada por la sola convicción personal después— que Manuela, a sus 27 años dejó de tomar. De golpe, al seco. “Lo primero que se me vino a la cabeza cuando la psicóloga me recomendó dejar de tomar fue ‘¿por qué? Si yo no soy alcohólica’”, recuerda. Pero a pesar de eso decidió seguir la recomendación de la especialista y dejar los tragos y cocktails al menos por 3 meses para bajar sus niveles etílicos. Los cambios que observó en su cuerpo, pero también a nivel emocional, fueron tan drásticamente positivos, que no hubo vuelta atrás. Hoy Manuela lleva 3 años sin tomar alcohol.
Según el último Estudio Nacional de Drogas del Observatorio Nacional de Drogas, los jóvenes entre 19 y 34 años son quienes registran el consumo más alto de alcohol dentro de la población chilena. Y es precisamente a este grupo uno de los que Manuela buscar interpelar con su proyecto Zona Libre de Alcohol @zonalibredealcohol
Barra Zero es el emprendimiento de botillería y barra móvil sin alcohol que Manuela Iturrieta abrió luego de dejar su trabajo en una empresa. Surgió como una oportunidad de negocios para esta ingeniero comercial cuando se dio cuenta de que no era solo ella quien prefería vivir una vida libre de tragos y bebidas alcohólicas. Pero Zona Libre de Alcohol es un tema completamente aparte. Este proyecto ha sido más bien convertir un propósito personal en una causa común que hoy cuenta con casi 50 mil seguidores. “Yo era de las personas que antes decía ‘no puedo confiar en alguien que no tome’ o ‘no voy a un carrete si no hay copete’”, comenta. Pero en esas primeras semanas lejos del alcohol, ella misma tuvo que dar pie atrás en sus dichos cuando se dio cuenta de lo bien que se sentía y de cómo había comenzado a re descubrirse a sí misma. “Nadie hablaba de lo bien y lo bacán que te sientes sin tomar”, explica.
Fue para transmitir esa experiencia personal —que sabía no podía ser única— y masificar el mensaje de los efectos positivos de una vida sin tragos ni cocktails que Manuela creó Zona Libre de Alcohol. “Sentía que sí se hablaba mucho de todos los efectos negativos del consumo, pero muy poco sobre todo lo bueno que tiene el dejar de tomar”, explica. Manuela cuenta que para ella lo más gratificante de liderar una causa como esta ha sido el contacto con otras personas que han vivido o están viviendo experiencias similares. “Es demasiado gratificante recibir comentarios de gente que te hacen ver que plantaste de alguna forma un granito de arena para su propio bienestar”, comenta. “Porque finalmente el tema del consumo del alcohol es una decisión tremendamente personal. Pero poder impulsar a alguien o acompañar a alguien en este camino es lo que me motiva”.
Y para cumplir con ese objetivo de dar un primer impulso y acompañamiento a quienes quieran darle la oportunidad a probar los beneficios de una vida sin alcohol es que, durante el mes de marzo, Zona Libre de Alcohol organiza un evento especial. Se trata de una campaña similar a otras en versión internacional que invitan a los participantes a reducir a cero el consumo de alcohol por un mes y observar los efectos físicos y emocionales de la abstinencia. Manuela explica que durante marzo pueden encontrar recursos, tips y recetas libres de alcohol para quienes quieran unirse de forma gratuita.
Porque aunque quizás una experiencia como esta no sea la puerta hacia una vida de abstinencia total, sí es una gran oportunidad para observar qué efectos tiene el consumo de alcohol sobre nosotros. Qué tanto tomamos en el transcurso de una semana, cuán dependientes nos hemos vuelto y, quizás, si le damos tiempo suficiente logremos llegar a vislumbrar cuánto podría mejorar nuestra salud y calidad de vida si nos alejamos del alcohol por completo.