La app chilena de delivery que se lanzó a competir con Rappi y Uber Eats
Cuando el e-commerce se volvió fundamental para la industria, Justo logró ganarse su espacio apoyando a pequeñas y medianas empresas a digitalizarse. Hoy, están a días de ingresar al mercado colombiano, sumando su tercer país en el continente, cerrando un exitoso año en el que facturaron US$50 millones.
“Digitalizarse o morir”. Así resume Rodrigo Segal lo que fue este 2020 para la app chilena Justo, plataforma que creó junto a Nicolás López hace menos de dos años y que, producto de la contingencia actual, se transformó en una de las más exitosas del último tiempo. La startup chilena le posibilitó tener a un centenar de restaurantes y comercios su propia plataforma de e-commerce, actuando como un agente logístico incógnito que entrega las herramientas sin que la marca aparezca. Al mismo tiempo, ofreciendo comisiones que van del 7% al 15% y a un acompañamiento tecnológico para lograr incrementar sus ventas en más de 700% en un semestre.
Segal cuenta que en 2019 atendían solo a pequeños restaurantes y que cuando se implantaron las restricciones por la pandemia, aceleraron su crecimiento entre 6 a 24 meses, siendo un apoyo a los comercios que no habían dado el paso hacia lo digital. Reflejo de ello es que Justo pasó de facturar US $100 mil en 2019 a multiplicar por 20 dicha cifra, alcanzando un crecimiento de 2.563% este mes, con una proyección por sobre los US$50 millones.
Ganarse un espacio en la industria del delivery no ha sido fácil y el cocreador de la app reconoce que la competencia ha estado al nivel de “David contra Goliat”, frente a marcas como Uber Eats o Rappi. “En la escasez, se produce la creatividad, y encontramos un ángulo distinto y el que creemos que será el futuro”, cuenta Segal, argumentando que las marcas son competidores en una vereda distinta, captando a pequeños clientes que buscan levantar su marketplace, emparejando la batalla digital.
“Estaban peleando solos. Los restaurantes pequeños no tienen un gran presupuesto para hacer un e-commerce como el que les ofrecían esas marcas. Nosotros llegamos a resolverles este problema de forma integral”, asegura el empresario.
Entre las tiendas que ayudó a digitalizar, hay una que Rodrigo Segal recuerda con más detalle. Es Moulie Chocolatería, una empresa con nueve tiendas en Santiago que, antes de la pandemia, aún recibía pedidos por llamada y tenían un tiempo de despacho entre una a dos semanas. A finales de marzo, la empresa dedicada a los dulces se vio en una encrucijada. Con todas sus tiendas cerradas y ad portas de Semana Santa, la fecha en que más vendían sus productos, necesitaban con urgencia un canal digital.
“Nos llamaron un viernes y el lunes salimos a la venta. En dos días levantamos el proyecto e-commerce, vendiendo y haciendo despachos. Le resolvimos el problema en dos días y sus resultados fueron mucho mejores que tener todas las tiendas abiertas”, recuerda Segal entre risas, como uno de los tantos beneficiados que han usado la plataforma.
Para el ingeniero civil fue llamativo ser “el apoyo fuerte” para que esa tienda no quebrara, y sus planes siguieran pese a estar enfrentando la crisis económica. “Es de los trabajos que más me marcó, estar a disposición y tener un impacto real en comercios que estaban en colapso”.
Expansión a Latinoamérica
A principios de 2020, Justo solo tenía operaciones en Santiago. Hoy están presentes en 10 ciudades con logística propia, con restaurantes y comercios entre Arica y Punta Arenas. Según sus análisis, 1 de cada 10 chilenos tiene una interacción directa o indirecta alguna de las tiendas a las que les prestan servicios.
El impacto de la app chilena se manifiesta en el reciente cierre de una ronda de inversión con un total de US$2.3 millones, con la participación de inversionistas como Jaguar Ventures, Investo y Liquid2 Ventures. La valoración de la marca en el mercado es cercana a los US$100 millones, por lo que es reconocida dentro de la categoría de empresa “centauro”.
Para la startup, el financiamiento los lleva a tomar “decisiones más agresivas” en su expansión y, si todo sale según lo planeado, en las próximas dos semanas recibirán la primera orden en el cuarto país que estaría operando Justo: Colombia. Con su integración a ese país, Seguel dice que esperan emular las experiencias de México, donde cuentan con 15 mil órdenes mensuales y Perú con 5 mil tantos.
Frente a la llegada de la app chilena a Colombia, el cocreador de Justo asegura: “Esperamos tener una buena recepción. Las primeras conversaciones han traído una buena respuesta por parte de restoranes. Los problemas se repiten allá, y nos damos cuenta que hay una concentración alta de players, por lo que iremos a ayudar a los dueños de restoranes que necesitan de alguien que se ponga detrás de ellos y los defienda”.
Si bien los US$2.3 millones les ayuda a ratificar los planes de Justo, el éxito del 2020 les hace no necesitar inversión de terceros. “A pesar de nuestra expansión, los números en Chile cubren los costos de toda la expansión, pero este fondo nos ayuda a avanzar mucho más rápido”, detalla.
El avance en las operaciones de la app chilena también los ha hecho crecer internamente. En febrero solo eran 8 personas y el lunes 21 recibieron al colaborador 151. De esos, 30 trabajan fuera de Chile y otros 10 operan en regiones.
Con un equipo multidisciplinario, Segal y compañía buscan nuevas ideas de cara a cuando la gente vuelva a las calles y se reduzcan los servicios de delivery. Justo ya está trabajando en un producto nuevo, que ha sido piloteado en algunos restoranes de la capital. Se trata de un código QR 2.0, que permitirá asignar mesa, pedir órdenes y pagar el pedido en línea, permitiendo la baja de interacciones a la hora de llegar a un local.
El código QR de la app chilena Justo busca ser una opción para mejorar la experiencia a la hora de salir a comer, sumándose a las herramientas que han creado y que le han simplificado la vida a miles de emprendedores y clientes tanto en Chile como en Latinoamérica.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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