El último día del año 2020, 31 de diciembre, la exministra Paula Narváez (PS) envió una carta a ONU Mujeres comunicando su renuncia al cargo a partir del 11 de enero. Desde septiembre, Narváez estaba radicada en el sur del país -trabajaba telemáticamente- y debió ordenar sus deberes para emprender un nuevo desafío: ingresar a la carrera presidencial. Este miércoles tomó el teléfono y comunicó al presidente del PS, Álvaro Elizalde, su decisión.
¿Hace cuánto venía dándole vuelta a la idea de ser candidata?
Desde que salí del gobierno, de manera espontánea, algunas personas me lo señalaban, pero de manera espontánea, no de una forma sistemática ni menos con un proyecto desarrollado. Miré con cariño esa propuesta, porque sentía que era de alguna manera un reconocimiento a lo que había sido mi gestión pública, pero nunca lo aquilaté ni lo consideré como una posibilidad verdadera, hasta hace algunas semanas, cuando se produjo esto del apoyo de la carta. Fue algo completamente inesperado para mí, estaba trabajando, dedicada a mis labores ahí, y fue en unos días de receso que se dieron por las fiestas de fin de año cuando surgió esta iniciativa que me vino a replantear todo.
¿Qué factores pesaron en su decisión?
Comencé una reflexión personal, muy verdadera, muy significativa. Esa reflexión personal tenía que ver con que si uno ha dedicado una vida al servicio público, al compromiso por su país, no es posible restarse de esto. Lo siento verdaderamente como un deber y eso es un aspecto que tiene que ver con esta decisión. Obviamente, porque soy consciente del momento que estamos viviendo como país, podríamos decir que estamos viviendo como humanidad.
Su posible postulación generó amplios apoyos en el PS, en la base y en sus dirigentes, pero el respaldo más comentado fue el que tempranamente le dio la expresidenta Michelle Bachelet. ¿Ha hablado con ella? ¿Se considera una heredera natural del bacheletismo?
Me siento muy honrada y agradecida de la firma de apoyo que hizo la presidenta Bachelet como una ciudadana más. Es muy consistente con lo que ella ha promovido que es la participación de más mujeres en espacios de decisión, que cree en la necesidad del surgimiento de nuevos liderazgos y porque, además, cree en los procesos participativos, y por lo tanto, también cree en las primarias abiertas y ciudadanas que se plantean en esa carta. Tuve la oportunidad de conversarlo con ella, a propósito de las fiestas de fin de año pudimos conversar telefónicamente. Ella me expresó justamente que había firmado la carta, que ya la había firmado, y que bueno, que su convicción estaba en la promoción de nuevos liderazgos, de más mujeres y todo lo que ya he señalado. Usted me pregunta si me considero la heredera natural. Me parecería arrogante decir una cosa como esa. Yo me considero, por supuesto, muy identificada con lo que fue el gobierno de la presidenta Bachelet, donde pude ser ministra; con la visión transformadora de la presidenta Bachelet y el gobierno que ella encabezó y, por lo tanto, lo que considero que es importante, más que ser una replicadora de otros proyectos, es que necesitamos un proyecto de futuro para Chile, un proyecto que se hace cargo de este nuevo Chile. No vengo a revivir proyectos, quiero construir a partir de este Chile nuevo que emerge.
¿Cuánto influyó en su decisión el hecho de que ciertas figuras PS no estuvieran interesadas en asumir una candidatura o -derechamente- no entusiasmen al electorado?
Sin juzgar decisiones de otros, porque no me corresponde hacerlo, me parece importante señalar que el Partido Socialista ha tenido y tiene un rol fundamental en la historia democrática de Chile. Y que no podemos renunciar a esa vocación, a esa vocación democrática y a esa vocación de mayoría que hemos tenido y que debemos seguir teniendo.
¿Cuál es su diagnóstico del momento que vive la izquierda?
En el mundo, no solamente en el caso de Chile, el progresismo, la izquierda, ha sido cuestionada para dar respuestas a las necesidades que la sociedad actual tiene. Sin embargo, creo que esta pandemia demostró que el ideario de la izquierda, de la socialdemocracia o socialismo democrático es fundamental para que nuestras sociedades puedan prosperar y desarrollarse. Aquellos Estados que respondieron mejor, son aquellos Estados que están anclados a los principios de la socialdemocracia y, por lo tanto, está demostrado en los hechos, porque es tan relevante que nuestros principios puedan justamente gobernar, porque traen mejor calidad de vida y bienestar a las personas. Le hacemos bien a Chile y el hacer bien a Chile por supuesto tiene que ver con revisar aquellas cosas que no se han hecho, yo no digo que todo sea perfecto, por supuesto, pero sí creo que hay una historia que nos da también la razón para decir por qué la izquierda es una alternativa real de gobierno y de gobernabilidad muy importante para el país.
¿Cuándo alude a la socialdemocracia incorpora al PC y al Frente Amplio o es de las que creen que hay dos izquierdas?
Creo que nos podemos poner de acuerdo, a pesar de que podemos tener énfasis distintos en algunos aspectos. Soy de la impresión de que vamos a estar todos bajo este arco de aquellos que creemos en más derechos y garantías de derechos sociales para todos y todas que queden plasmados en la nueva Constitución. Siento que en eso el amplio espectro de la izquierda y de la centroizquierda alcanza a todos quienes se identifican con ese proyecto. Puede haber énfasis distintos, pero yo sigo sintiendo y pensando que con diálogo y con conversación y con acuerdos podemos entregarle a Chile la mejor opción,
¿Por qué cree que figuras como Daniel Jadue o Pamela Jiles aparecen más atractivas al electorado que figuras socialdemócratas como, por ejemplo, Heraldo Muñoz?
Creo que hay un tema de liderazgos nuevos que nacen. En la figura del alcalde de Recoleta creo que es importante la cercanía. En los tiempos que vivimos hoy día la gente reclama liderazgos más horizontales y cercanos, y justamente, yo creo que la gestión que el alcalde Jadue ha hecho en Recoleta es un ejemplo concreto de cercanía con la gente y eso le entrega a él una importante plataforma de apoyo y de adhesión que creo que es interesante de mirar.
¿Cómo se explica que la unidad sea tan esquiva en la oposición?
A mí me parece y me consta que por lo menos el Partido Socialista hizo un esfuerzo importante hasta el último momento por la unidad. La unidad no es una palabra vacía, la unidad tiene que ver con un proyecto político, con poner justamente el propósito de la utilidad de la política para la gente. Yo espero que ese propósito común se pueda dar luego en la convención constitucional y que podamos entonces, si no tuvimos una unidad electoral, vamos a tener una unidad de propósito, una unidad de temas, una unidad de sentido que en este momento son necesarios para Chile.
Al parecer esta frase de “los 30 años” se ha convertido en una suerte de identificador de cuál es la izquierda en la que uno está. ¿Dónde está usted: en quienes sostienen que hay que sentirse orgullosos de lo que se hizo o quienes lo miran con crítica, con cierta vergüenza?
La vida no es binaria, nada es binario y también uno se tiene que hacer cargo de su propia historia. Yo lejos podría decir que me siento avergonzada de lo vivido durante estos años, cuando fui parte en cargos de no tanta envergadura, pero estuve a nivel regional trabajando. Dicho eso, no creo que podamos quedarnos ancladas ni anclados. Yo me inscribo en reconocer de la forma más objetiva posible aquellas cosas que efectivamente le permitieron avanzar a nuestro país y a su gente, y al mismo tiempo decir que hubo cosas que se pudieron haber hecho mejor, hubo cosas que se hicieron demasiado lentas, hubo abusos que se han cometido, y por lo tanto hoy día tenemos que tener un nuevo proyecto.
¿Está disponible para una gran primaria de la oposición que resuelva a un candidato único para enfrentar a Chile Vamos?
Debemos abrazar todas nuestras diferencias, porque al final tenemos muchas cosas en común, y hacer una gran primaria, donde de esa primaria abierta, democrática, surja la candidata o el candidato que represente al sector, por supuesto. Aquí lo que más hay que hacer es democratizar todos los espacios, y que la ciudadanía sea la que se exprese, eso es lo que hay que promover, con valentía, con coraje. Creo que cuanto más abramos esto, mejor va a ser, justamente más legítimo va a ser el proceso y mejor para la estabilidad que el país requiere en este momento. Espero poder tener muchos espacios de conversación con todos los sectores. Si hay algo que me caracteriza es el diálogo, la conversación, la posibilidad de llegar a acuerdos, entender las diferencias con respeto, debatir ideas, creo que en eso podemos mostrar muchos puntos en común con todos, no me cierro a conversar con absolutamente nadie.
¿Cuáles son los temas que la convocan?
Los mismos temas que creo que convocan a nuestra ciudadanía y que quedaron muy plasmados en el estallido social del 18 de octubre. No hay cómo eludir temas fundamentales que tienen que ver con la seguridad social, me refiero a un sistema de pensiones; el tema de la salud de las personas, es un sistema que está completamente segregado y que es la capacidad adquisitiva en la que establece el grupo de salud que tú tienes. Tenemos que abordar aquellos temas que tienen que ver con los derechos de todas, todos y todes. Todos los temas de inclusión, de no discriminación son temas fundamentales para construir un país de todos y todas, por lo tanto, contar con una ley de matrimonio igualitario, con la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. No podemos eludir el tema medioambiental, no podemos eludir el impacto del cambio climático, no solo en los temas de carácter productivo, sino que en los temas que tienen que ver directamente con la seguridad en la vida de las personas y cómo el cambio climático impacta la capacidad económica de las comunidades más pequeñas, por tanto, es absolutamente relevante. No podemos eludir la situación de La Araucanía, no podemos seguir apostando por políticas que han fracasado directamente; tenemos que darle legitimidad al uso de la fuerza, la seguridad tiene que ser gobernada, y por lo tanto, tenemos que hacer una reforma profunda a nuestras instituciones de seguridad, la educación, en fin… quisiera agregar, en términos mucho más macro, un tema de modelo de desarrollo, porque, obviamente, esta pandemia y desde el estallido social, la pandemia le da la razón al estallido social. La pandemia les dio la razón a todas las demandas del estallido social, porque quedó desnudo, porque, finalmente, la crisis de las instituciones es una crisis de desprotección de las personas. La crisis de las instituciones es porque cuando las instituciones desprotegen la gente deja de confiar. Entonces, tenemos todo por hacer y por eso este es un nuevo Chile que está naciendo. Es un nuevo Chile que emerge y hay que darle un sello de distinción, de presente y de futuro, con los aprendizajes del pasado, para no cometer los mismos errores, por supuesto, mirando bien de cara lo que pasó, lo bueno y lo malo de lo que ocurrió en el pasado, con sensatez, con una mirada amplia, con una mirada de prospectiva de país para entregarle gobernabilidad a Chile.
Hay una discusión sobre qué da más gobernabilidad: hay un grupo que plantea que son los cambios graduales y con amplias mayorías los que te generan gobernabilidad, pero hay otros que dicen que son los cambios más radicales los que tienen que estar sobre la mesa…
En algunas cosas hay que ser radicales y en otras cosas hay que ser graduales, ¿por qué hay que tener que elegir una u otra? La sensatez de la vida te demuestra que a veces hay que ser muy atrevida en algunas cosas y otras veces hay que irse tomando las cosas con pausa, y eso lo da justamente nuestro marco normativo, nuestro marco legal, nuestro marco constitucional, porque aquí nadie se manda solo, porque aquí hay un marco normativo que nos hemos entregado, nos hemos dado como país, y ese marco normativo, ese marco constitucional está por cambiar, pero mientras tanto, existe lo que existe y tenemos que ser responsables de aquello. Y está la audacia para cambiar aquello que tenemos que cambiar, por supuesto, pero no creo yo que haya que elegir entre radicalidad o gradualidad como única estrategia. Yo pienso que hay una combinación de ambas estrategias, por supuesto en función de las circunstancias y de los temas que tengamos entre manos.
Se señala que una de las debilidades de usted es que es poco conocida, ¿qué responde a eso?
Puede ser, o sea, quiero decir, yo he estado fuera de Chile dos años y medio. Cuando fui ministra, fui conocida mientras era ministra. Algunos dicen que recordarla a uno es más fácil que conocerla del todo, ¿no? Así que espero que el poder recordarme sea una variable que contribuya a que la gente me pueda identificar.