La senadora de la Democracia Cristiana Yasna Provoste dice que hace un tiempo viene reflexionando sobre cómo lograr la unidad de la oposición. “Quiero insistir en un ejercicio que es tan básico, pero tan clarificador, que es sincerar la postura de si queremos ir juntos o no”, sostiene.
Si se toma esa decisión política, explica, se abriría un camino más expedito en el que los distintos sectores de la centroizquierda podrían poner sobre la mesa sus objetivos y diferencias. Sin embargo, indica, para lograr todo esto debe haber un cambio de tono y dejar las “caricaturas” cruzadas que han lanzado algunos dirigentes, como el propio presidente de su partido, Fuad Chahin, y el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue.
Chahin dijo que repostulará a la presidencia de la DC. ¿Podría respaldarlo?
Tengo la esperanza de que la DC vuelva a recuperar el camino que ha tenido durante tantos años, cuando realmente se transformó en un partido mayoritario, con un sello popular. Hoy, más que colocar el nombre de quién ejerce el liderazgo, lo que más quisiera es ver a la DC hacer un esfuerzo por sintonizar con las demandas de las grandes mayorías. Lamentablemente, en esta administración eso se ha ido perdiendo y se ha generado cierta comodidad con posturas más cercanas a un modelo neoliberal que a uno socialcristiano. No nos representa.
¿Usted sería candidata?
No voy a ser candidata a la presidencia del partido. Aquí hay otros liderazgos y puedo seguir aportando a la unidad desde el trabajo senatorial.
¿La política de perfilamiento propio se agotó?
Esperaría que así fuera, pero no existe todavía una reflexión adecuada que permita aquilatar el tremendo daño que el perfilamiento propio le hizo, no sólo a la DC, sino también a la unidad de la izquierda. Las últimas dos conducciones han colocado al partido en una crisis que aún no sabemos si la vamos a superar.
¿Hay culpabilidad en la DC del estado actual de la oposición?
Hay una responsabilidad. Durante este gobierno entramos en una etapa muy regresiva como sociedad, pero también en el partido, porque se siguió insistiendo con esta búsqueda de identidad adolescente, con malos acuerdos con el gobierno, con pérdidas ante la ciudadanía y nuestros socios históricos.
Y en general, ¿qué impide que la oposición encuentre la unidad?
Lo primero es que nosotros tenemos que tomar esta decisión política de querer ir juntos. Sin esa decisión no se puede avanzar, mientras que con eso claro, el camino se despeja. Diciendo “yo no quiero estar con este” o “no voy a estar con aquellos que avalan tal cual”, es una forma elegante de decir que no se quiere ir unidos.
Esas son frases que se han dicho desde su propio partido. El mismo Chahin o Jorge Burgos dijeron cosas así…
Eso atenta fuertemente contra la unidad. Tenemos que ser capaces de desterrar este ejercicio si queremos unidad. Esto no lo digo solo por Burgos, el propio presidente o Ignacio Walker, sino que porque las ha habido de otro lado, como de Daniel Jadue. Dirigentes con esa lógica hacen un grave daño y debieran dar un pasito al lado y sufrir menos de incontinencia verbal. Cuando el alcalde dice que el programa más reformista del segundo gobierno de Bachelet fue porque estaban ellos, eso también es una caricatura, porque solo lo hace con el afán de diferenciarse en una etapa de perfilamiento para su campaña.
A algunos en la ex Nueva Mayoría les complica la irrupción presidencial de Jadue. ¿A usted?
No me complica. Lo que creo es que este es un momento de búsqueda de acuerdos más colectivos y el que existan proyectos individuales no le hace bien al desafío que tenemos como centroizquierda. Esta caricatura del alcalde Jadue que dice “mire, no son 30 pesos son 30 años” y habla de los socialdemócratas liberales o que los gobiernos de la Concertación profundizaron la obra de Pinochet, obviamente estoy en total desacuerdo. Si construimos una propuesta y quien mejor encarna ese proyecto es el alcalde, bien. Si es otra persona, bien.
¿Hay espacio para que esté la DC en una primaria con Jadue?
La centroizquierda tiene mucho que proponer al país sobre la base de lo que fuimos capaces de realizar desde el 90 en adelante. Espero que entremos en esa dinámica, más que la confrontación, la descalificación y la lógica eleccionaria del poder.
¿Pero es compatible que estén ahí juntos? Burgos decía que el PC debía estar en una primaria de la ultraizquierda.
A quienes conozco en esos partidos no los considero de extrema izquierda. Eso lo dicen aquellos que han llevado a que la DC esté reducida a una mínima expresión. Hace décadas dejamos de sintonizar con las demandas de las mayorías y, a pesar de que hay liderazgos de altísima calidad, la decadencia de la institucionalidad es tan evidente, o sea, solo por nombrar, tenemos dos expresidentes que terminaron renunciando al partido y uno que fue expulsado con temas de corrupción de por medio. Jorge Burgos fue ministro de un gobierno donde, según él, había extrema izquierda.
¿Pero es compatible una primaria donde estén la DC y el PC?
Es absolutamente compatible una primaria presidencial donde estén la DC y el PC, y lo que me parece más significativo es si somos capaces de generar un proyecto común. Para que la DC juegue ese rol requiere también una conducción distinta de la que hemos tenido en los últimos dos períodos.
Cuando Jadue acusa de que hay anticomunismo en la oposición, ¿es una caricatura?
Es una caricatura, tal vez una forma de victimizarse tratando de privilegiar una opción de proyecto personal. Por lo menos a mí eso no me ocurre.
¿Su carta presidencial DC es Huenchumilla o Rincón?
La gente a una la conoce, entonces no puedo andar aquí con temas tapados. Tengo obviamente un afecto especial por Francisco, sería un gran liderazgo, pero tendrá que someterse al proceso que cualquier otro que aspire a encabezar un proyecto común. Tengo mi afecto mucho más claro hacia Francisco y me encantaría verlo en la papeleta.