La mente y el cuerpo de cada persona pueden reaccionar de diferentes maneras ante la ansiedad, pero hay efectos bastante habituales, como por ejemplo la caída del cabello, ya que debido a ese estrés el ciclo del pelo se acorta y se cae más rápido. Cuando esto se agudiza y diagnostica como patología, se conoce como alopecia.
Los cabellos de tipo graso suelen ser más proclives a perder pelo, ya que el sebo tapa los poros, ahogando al folículo. Eso en relación a lo puramente dermatológico, pero cuando lo relacionamos con el sistema nervioso, se transforma en algo que puede afectar a cualquier persona; al igual que los cambios hormonales, como el efecto que tiene en las mujeres el período en el que amamantan o durante la menopausia. A ello se suma que el desaceleramiento de la regeneración celular ante el paso de los años.
La doctora Bárbara Castro, especialista en Reparación Capilar de Clínica Terré, explica que cuando se inauguró el área capilar en el centro, antes de la pandemia, “las consultas eran cerca del 95% hombres con alopecia androgénica, que es la clásica caída de pelo, mientras el otro 5% eran pacientes con otro tipo de alopecia, relacionadas a problemas a la piel, inflamatorias, etc”. Pero “cuando partió la pandemia, los que más consultaron fueron pacientes con efluvio telógeno, un tipo de alopecia causado por el estrés. Empezaron a aparecer más consultas de mujeres, con efluvio telógeno y alopecia androgénica”, detalla.
El efluvio telógeno sucede de dos a cuatro meses después de la causa que altera el ciclo del crecimiento del pelo. Puede afectar a todo sexo y ocasionar la caída abrupta de pelo, en forma de mechones; algo muy diferente a la mayoría de los casos de alopecia androgénica, en que el pelo se va adelgazando y su crecimiento, ralentizando.
Además del apoyo sicológico en el caso de demasiado estrés, hay varias alternativas para incorporar en el día a día para batallar este problema. En cuanto a la nutrición, los alimentos con alto contenido de colágeno, silicio, omega 3, proteínas, zinc, hierro y antioxidantes son un gran aporte. Hábitos como la constancia en actividad física, un buen dormir y no fumar son igualmente relevantes. También es importante usar el champú y acondicionador adecuado para cada tipo de cabello y cortar el pelo de manera habitual.
Es destacable el hecho de que en los últimos años el uso de células madre mesenquimales de cordón umbilical se ha posicionado como una opción tanto para los casos de alopecia androgénica como efluvio telógeno, por su capacidad de fortalecer los folículos y el cuero cabelludo. En este tratamiento, las células madre son aplicadas de forma directa en el cuero cabelludo, junto a plasma rico en plaquetas, que contribuye en la nutrición y mejora del entorno para la acción de las células. “Las células madre tienen la capacidad de censar todo el entorno del tejido donde son infiltradas y logran reestablecer el equilibrio fisiológico de los tejidos. Así, al infiltrarlas en el cuero cabelludo, son capaces de activar los folículos pilosos que permanecían en letargo, dormidos, para que comience nuevamente el ciclo de crecimiento del cabello”, afirma Jorge Vergara, biólogo molecular de la Universidad de Chile e investigador del banco de células madre Vidacel. Vergara agrega: “La terapia con células madre puede aplicarse con buenos resultados en diferentes tipos de alopecia, no solo las originadas por estrés, sino que también las autoinmunes y aquellas todavía más complejas como son las alopecias androgénicas”.
Cris Miranda (@cris_miranda), asesor y peluquero, entrega sus consejos para evitar y tratar la caída del cabello:
- “Los peluqueros podemos ayudar cortando el pelo según su tipo y necesidad”. El profesional explica que hay cabellos que se adelgazan y se van cortando y cayendo a medida de que van creciendo, por lo que hay que realizar un corte más seguido. Pero hay otros que tienen más fuerza. En esos casos, él recomienda que el corte sea siempre cada tres meses, ya que lo fortalece más. “Cortar el pelo es como podar una planta”, señala.
- Cris también aconseja realizarse masajes regularmente en peluquería, ya sean hidratantes, nutritivos, reconstructivos, dependiendo el estado del cabello.
- Usar productos adecuados y de buena calidad.
- Miranda agrega: “Mi recomendación es siempre ir a un dermatólogo primero, para que diagnostique la causa de la caída del pelo”.