Para entender los beneficios de la astaxantina, primero debemos comprender qué es lo que hace un antioxidante y cuál es el daño que pueden generar los radicales libres.

Los radicales libres son el principal factor que acelera el envejecimiento de la piel, y se generan cuando un átomo pierde su equilibrio entre protones y electrones, transformándose en un elemento oxidante, causando un daño visible. Existen compuestos que pueden combatirlo y uno de ellos es la astaxantina.

Camarones, langostas, salmones y jaibas son los principales alimentos en los que podemos encontrar astaxantina, pero también está la opción de consumirla en suplementos.

Rinat Ratner, Nutricionista de Clínica Alemana-UDD explica qué es este elemento: “La astaxantina, es un carotenoide de xantofila sintetizado naturalmente por una serie de bacterias, microalgas y levaduras. No puede ser sintetizado por el ser humano, por lo que sus niveles dependen de su consumo a través de la dieta”. Hoy comercialmente se puede encontrar en rubros como la acuicultura, en alimentos, cosméticos, productos nutracéuticos y farmacéuticos y se ha descubierto que los efectos positivos que puede generar en la piel son múltiples.

La Dra. Francisca Daza, dermatóloga de la Clínica Alemana, explica: “La astaxantina aporta a la defensa contra la luz ultravioleta, además promueve una mejor respuesta inmune y protege como antioxidante”. Ello se traduce en que este compuesto tiene un efecto fotoprotector, ayudando a mejorar la respuesta de la piel para recuperarse frente a una quemadura solar; además, al ser antioxidante, combate el envejecimiento precoz, previniendo también el daño celular. La Dra. Daza agrega: “Hay estudios que han demostrado que la astaxantina puede mejorar el estado de hidratación de la piel, y otros que han mostrado una disminución de flora microbiana, lo que eventualmente podría ayudar a tratar el acné”. La acción anti inflamatoria es otro gran beneficio, siendo útil para mejorar la dermatitis atópica o la psoriasis. Rinat Ratner también destaca: “Existen evidencias científicas que asocian la astaxantina con mejoras significativas en las arrugas, el tamaño de las manchas de la edad, la elasticidad y la textura de la piel”.

Camarones, langostas, salmones y jaibas son los principales alimentos en los que podemos encontrar astaxantina, pero también está la opción de consumirla en suplementos. La nutricionista Rinat Ratner señala: “Existen suplementos que aportan la dosis diaria recomendada de 4 mg de astaxantina al día” y detalla: “Para alcanzar una ingesta de esa dosis con fuentes naturales se debe consumir una ración de 100 gramos de salmón rojo o prácticamente 1 kg de salmón atlántico”.

“La astaxantina, es un carotenoide de xantofila sintetizado naturalmente por una serie de bacterias, microalgas y levaduras. No puede ser sintetizado por el ser humano, por lo que sus niveles dependen de su consumo a través de la dieta”.

La Dra. Francisca Daza recomienda que quienes suelen consumir betacaroteno por su efecto antioxidante lo reemplacen por la astaxantina, ya que su capacidad es mucho mayor y tiene muchas más propiedades, además: “El betacaroteno es vitamina A, acumulativa en el cuerpo, es decir, no se elimina, y su exceso produce un riesgo en el cuerpo humano, pudiendo llevar incluso a un daño hepático”

Más allá de los beneficios relacionados con la piel, debido a su alto poder antioxidante, la astaxantina ha demostrado un efecto protector en enfermedades crónicas: “Como la diabetes mellitus, las enfermedades hepáticas y neurodegenerativas y el cáncer”, detalla Ratner. “Adicionalmente, asociado a su poder antinflamatorio se le ha visto un impacto positivo en el tratamiento de inflamaciones crónicas como la artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria del intestino y enfermedades inflamatorias del cerebro”, concluye.

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