Si, existe el batch cooking -eso de organizarse el fin de semana para cocinar para el resto de la semana-, existe la planificación diaria, pero sincerémosnos, entre teletrabajo, colegio online, estrés, ansiedad, flojera, agotamiento mental, hay poco tiempo para tener muchas ganas de cocinar. Si eres de los o de las que lo logras, muchas felicitaciones.

Sumado a esto está el cuidarse. Superamos los 9 mil casos diarios. No nos imaginábamos llegar hasta acá. Lo mejor que podemos hacer es exponernos lo menos posible, salir lo justo y necesario. Erna Cona, infectóloga de la Clínica Indisa asegura que “sin duda - y si es que pueden, por supuesto- es muchísimo más seguro pedir delivery que salir a comprar al supermercado”.

Si eres un adicto a los delivery, sin importar el motivo que tengas (por flojera o por cuidarte), quizás te hayas preguntado el año pasado y te sigues preguntando si existe la posibilidad de contagiarte de Covid-19 a través del contacto de los paquetes. Tu duda es bastante válida porque siguen apareciendo casos que suponen haberse contagiado a través de un pedido.

¿Es posible? Sí, si lo es nos dice la infectóloga de la Clínica Indisa, pero a la vez asegura que es muy difícil. Entonces, la posibilidad, aunque sea mínima existe, ¿qué tenemos qué hacer?

Guantes no

Probablemente habrán visto más de una vez a personas comprando o recibiendo cosas con guantes quirúrgicos. Hace un tiempo atrás entrevistamos a un doctor al respecto que nos dijo: “los guantes más bien son contraproducentes”, planteaba Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes. “Uno piensa que con los guantes tiene todo asegurado y no: el guante también se ensucia”. Al sacarse el guante, explicaba, una persona puede contaminarse igual.

“El guante no elimina las necesidades del lavado, ya sea con agua y jabón o con alcohol gel”. Para aquellos que insisten en usarlo protección de manos, aseguraba aquella vez que este elemento “permite que no te ensucies, pero si es que el virus está, puede quedarse en el mismo guante y convertirse en una vía de transmisión”.

Conclusión: adiós guantes.

Manos sí, lavado esencial

La clave al recibir un delivery dice Erna Cona está en las manos, única y exclusivamente en las manos. Y nos propone este trabajo mental: “Imaginen que pidieron comida y el chico del delivery está enfermo de Covid se saca la mascarilla al dejar su paquete y estornuda encima. Ustedes bajan a la conserjería a recibir su pedido con manos lavadas, toman su paquete, suben a su casa, se sacan la mascarilla, no se lavan las manos y se ponen a sacar las cosas. Las posibilidades de contagiarse aumentan”.

Pero la infectóloga después nos entrega otra opción: “Qué pasa si uno toma ese mismo paquete, con las manos lavadas, llega a su casa, lo deja, y lo primero que hace es lavarse bien las manos, luego desempaca, bota el empaque, vuelve a lavarse bien las manos, se saca la mascarilla y se instala a comer. El peligro de contagio se difumina. Ya no está, porque todo se fue a través del lavado de manos”. De hecho, para tranquilizar aún más a nuestros lectores explica que en el área de la salud hacen exactamente lo mismo con los utensilios que ocupan, porque es sin duda la forma más segura de cuidarse.

Y agrega, “hay que recordar que es imposible el contacto por vía respiratoria, la transmisión de este virus es por contacto”.

Desinfección: ¿es útil?

Para la infectóloga sigue siendo mucho más útil el lavado de manos que la desinfección de los productos o de los paquetes. Para desinfectar un paquete lo único que funcionaría es no tocarlo en absoluto antes de desinfectar, lo que es complejo, la manipulación al recibir a veces es imposible evitarla. Además, hay alimentos que es mejor no mantenerlos en contacto con ese tipo de químicos. Es mil veces mejor lavarse las manos tres veces en unos 10 minutos.

En cuanto a desinfección, Guillermo Acuña considera que si quieren hacerlo, lo más importante es limpiar frutas y verduras que han sido manipuladas, pero es lo obvio. “Ojalá antes de meterlas al refrigerador. Se limpian con agua, no con cloro”. Para él, lo ideal es dejarlas secar un rato antes de ingresarlas al refrigerador, para que no se pudran.

Los abarrotes, en cambio, no son necesarios de desinfectar, ya que “quedan en un lugar seco y oscuro, como una despensa. Si hubo virus ahí, va a morir”, explica Acuña.