Aventura en el norte de Perú: los imperdibles de La Libertad y Lambayeque
Con vuelos directos desde Santiago a Trujillo, la costa norte del país vecino se abre como un destino ideal para quienes buscan experiencias outdoor, gracias a su gran variedad de panoramas que mezclan aventura y naturaleza. Surfear en Chicama o surcar el mar en los milenarios caballitos de totora son apenas algunas de las actividades que se pueden realizar. Acá, todos los atractivos para planificar las próximas vacaciones.
Perú es uno de los grandes atractivos de Sudamérica. Sus delicias gastronómicas son reconocidas en la región y en el mundo, así como también su nutrida cultura e historia que se ha desarrollado desde hace milenios. Además, sus tierras tienen una variedad enorme de ecosistemas y paisajes que seducen a los viajeros, como también la flora y fauna que habita en ella, por lo que la cantidad de actividades distintas que se pueden realizar en el territorio es tan variada como entretenida.
Uno de los aspectos más ventajosos de visitar Perú es que es posible encontrar todos estos elementos a la vez en la mayoría de los puntos del país. Uno de ellos está en la zona de la costa norte: en los departamentos de Lambayeque y La Libertad, dos de los 24 que constituyen al país vecino.
En el sitio Peru-aventura.com se despliegan todos los lugares del país donde se pueden realizar actividades al aire libre. Allí, tienen un lugar destacado Lambayeque y La Libertad, atractivos imperdibles para los apasionados por la aventura y la naturaleza. Aunque la cultura y la gastronomía también son puntos fuertes de ambos lugares. Lambayeque es uno de los epicentros culinarios del Perú y ahí reviven, cada día, distintas recetas ancestrales. Pero también se puede disfrutar de la playa y el sol, o recorrer sus reservas naturales.
Ambos departamentos son vecinos y, desde Chile, lo más fácil es llegar en vuelo directo desde Santiago a Trujillo (capital de La Libertad); un trayecto directo que toma aproximadamente cuatro horas.
Un ícono gastronómico
No es un secreto: Perú tiene una de las mejores gastronomías del planeta. Y aunque algunos de los restaurantes que son parte de The Worlds 50 Best Restaurants están en Lima, la riqueza culinaria en el norte es igual de prometedora.
En Lambayeque, por ejemplo, se encuentran recetas con tradiciones ancestrales, que además se complementan con los insumos culinarios de la zona, que inclusive son representados en cerámicas preincaicas. En esta región costera sobresalen las preparaciones sobre la base de pescados y mariscos, como lo es el clásico ceviche o el chiringuito, un ceviche que contiene carne seca de pez guitarra. También es emblemática la tortilla de raya, que está preparada en base de carne seca deshilachada de este pez.
Pero también hay otros platos que se pueden probar en esta región, como el cabrito con frijoles, el arroz con pato o también algunos dulces tradicionales, como el alfajor relleno de manjar blanco, jalea de piña y maní –conocido como “King Kong” por su tamaño–, los dátiles rellenos y el machacado de membrillo.
En La Libertad, en tanto, se puede degustar el ceviche, el shámbar (una sopa que se prepara los lunes), la sopa teóloga, el pato guisado, la patita en fiambre y el pepián de pava, además del reconocido seco de cabrito.
Una gran riqueza cultural
El departamento de La Libertad ofrece panoramas que ameritan reservar por lo menos tres días de estadía para así poder disfrutar con tranquilidad.
Por una parte, se pueden apreciar distintos elementos en la urbe misma, sobre todo en cuanto a arquitectura. La Catedral frente a la Plaza de Armas data del siglo XVIII y en ella hay significativas muestras de arte virreinal, así como también iglesias y monasterios más pequeños. También es posible apreciar las casas de Trujillo, que son testimonio de la arquitectura de la época del Virreinato.
Pero los vestigios culturales que atesora esta región también atraviesan muchos más siglos hacia el pasado. Por ejemplo, a 15 minutos al noreste de Trujillo está el complejo arqueológico de Chan Chan, la ciudad prehispánica de barro más grande de América, centro del reino Chimú. A la misma distancia están las huacas La Esmeralda, que brilla por sus muros adornados por altorrelieves zoomórficos y geométricos, y El Dragón, una construcción con paredes adornadas de relieves y que cuenta con una pirámide de base rectangular.
En Ascope, que está a una hora y media de Trujillo hacia el norte, se ubica el complejo arqueológico El Brujo, que fue levantado por los moches en el período precerámico y que representa su cosmovisión. Allí se encuentra la Dama de Cao, el cuerpo momificado de una dignataria. En la provincia de Pacasmayo –también al norte de Trujillo–, en tanto, está San Pedro de Lloc, la capital que tiene un extenso patrimonio paleontológico y arqueológico.
Uno de los atractivos que sobresalen en la oferta cultural –gracias a que esta localidad es cuna de tradiciones milenarias– son los museos. Sobre todo, porque hay de distintos tipos. En Trujillo sobresalen el Museo del Juguete, que tiene una colección de juguetes artesanales, antiguos y de todo el mundo que datan de la época prehispánica, como silbatos de la cultura moche o muñecas de Chancay; también el Museo de Arte Moderno, que tiene obras de artistas peruanos e internacionales. Pero también están el de Zoología –el más antiguo de la ciudad, con una asombrosa colección de animales amazónicos disecados–, y el Arqueología, Antropología e Historia de la U. Nacional de Trujillo, que tiene una excelente colección de objetos que permiten entender cómo eran las culturas prehispánicas de Chimú, Salinar o Virú.
En total, los atractivos de La Libertad merecen que se destinen dos a tres jornadas de viaje antes de comenzar la siguiente parada: Lambayeque, el departamento vecino distante a unas tres horas y media de Trujillo en vehículo, con otra nutrida cartelera de panoramas que mezclan la cultura ancestral de Perú, la gastronomía y las aventuras outdoor. Un recorrido que amerita dedicar por los menos dos días a completarlo.
Algunos de sus atractivos culturales comprenden desde el Palacio Municipal de Chiclayo, que dispone de una colección fotográfica que narra la historia del lugar, hasta recintos como el mercado artesanal de Monsefú o la ciudad Eten. Pero, por supuesto, dispone un gran catálogo de museos y complejos arquitectónicos que se pueden visitar. Uno de ellos es el museo de Sitio Huaca Rajada – Sipán, un complejo que tiene un museo, dos pirámides truncas y una plataforma fúnebre.
Este lugar es clave, pues aquí se originó la civilización en Lambayeque y, además, alberga entre sus dependencias al mural más antiguo del continente americano, que data desde hace más de 4.500 años.
En la provincia de Lambayeque –a unos 15 minutos en vehículo desde Chiclayo– está el museo Tumbas Reales, que contiene objetos del ajuar fúnebre del Señor de Sipán, el Antiguo Señor de Sipán y el Sacerdote. Estos hallazgos son muy importantes para entender cuán avanzada estaba la cultura mochica, ya que las joyas encontradas -la corona, las orejeras, los protectores coxales, narigueras, mentoneras, diademas, tocados y un collar de maníes, entre otras piezas- dan cuenta de las avanzadas técnicas de orfebrería que desarrolló esta civilización, así como también su adelantada forma de realizar aleaciones de oro, plata y cobre.
Otro lugar muy valioso de recorrer es el Museo Nacional de Sipán, que exhibe más hallazgos recuperados de las tumbas que permiten comprender la vida cotidiana de la cultura, así como su sistema social y creencias religiosas. La cantidad de joyas de alto valor encontradas aquí hace a este sitio comparable con el de Tutankamon, en Egipto.
Ideal para amantes de la naturaleza
Además de poder impregnarse de la historia y cultura de estas localidades, también es posible conocer otros rincones llenos de naturaleza y de aventuras. Estos dos departamentos norteños se destacan por tener aguas que permiten practicar una decena de deportes y también lugares plagados de flora y fauna nativa.
En Trujillo, por ejemplo, se puede disfrutar del balneario de Huanchaco, un lugar que se caracteriza por sus populares caballitos de totora, que son embarcaciones que los pescadores inventaron hace más de 3.000 años A.C., y que se siguen utilizando allí y en el balneario de Pimentel, en Lambayeque. Ambos lugares tienen aguas ideales para el surf.
Así también lo es el puerto Chicama o Malabrigo, una parada obligatoria para los amantes de este deporte acuático: allí está la ola izquierda más larga del mundo y se realizan distintos campeonatos. A poca distancia de puerto Chicama hay aún más variedad, y es habitual ver a personas realizando surf, windsurf, kitesurf, stand up paddle o incluso kayak.
Por el lado de Lambayeque, uno de los principales atractivos es la reserva ecológica Chaparri, una reserva natural privada perteneciente a la comunidad campesina Muchik Santa Catalina de Chonhoyape, que tiene mucha fauna, como el oso de anteojos, la pava aliblanca o el cóndor andino. También está el Santuario Histórico Bosque de Pómac, otro denso bosque de algarrobos donde viven decenas de mamíferos, reptiles y aves en un entorno y que además se han descubierto más de 30 pirámides pertenecientes a la cultura Sicán.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.