La nueva esperanza del Parkinson
Este es el mes de la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer. En Chile, la padecen unas 40 mil personas y en el mundo, entre cinco y siete millones. UC CHRISTUS realiza una terapia de ultrasonido con alta intensidad que mejora notoriamente la calidad de vida de los pacientes.
Entre cinco y siete millones de personas padecen Parkinson en el mundo, y se espera que la cifra llegue a unos 13 millones en 2030 debido a la mayor esperanza de vida. “Es una condición que va en claro aumento en su prevalencia, principalmente por el envejecimiento de la población. La cifra siempre ha sido del 1% al 2% de la población mayor de 60 años y eso resulta en unas 40 mil personas afectadas en Chile, lo que se ha corroborado con los datos entregados por el GES”, explica el doctor Carlos Juri, neurólogo de UC CHRISTUS.
Ese es el aspecto preocupante de esta enfermedad degenerativa y progresiva. El aspecto positivo es que hoy existe una técnica avanzada para tratarla y hacer que la calidad de vida de los pacientes mejore sustancialmente. Se trata de la terapia Neuro HIFU, un tratamiento revolucionario para controlar el temblor no sólo en las personas que sufren de Parkinson, sino también de temblor esencial. Es una de las terapias que realiza UC CHRISTUS, única en Chile y Latinoamérica. Gracias a ella, las personas han conseguido frenar el temblor de su cuerpo en un 80% a 90%. Utiliza ultrasonido localizado de alta intensidad y lo novedoso, dice el doctor Juri, es que revitaliza algo que antes se hacía de una manera mucho más agresiva. “Era una cirugía en la que había que entrar al cerebro, perforar el cráneo con herramientas y penetrar con un electrodo para llegar a un núcleo y quemarlo, con todos los riesgos que ello implicaba. La técnica Neuro HIFU permite hacerlo hoy en tiempo real, porque el efecto se tiene de inmediato, pero sin necesidad de entrar al cráneo, y tiene una efectividad comparable con las técnicas antiguas más invasivas”.
“En el cerebro hay varios circuitos que se encargan de distintas funciones. Las personas que tienen temblor esencial o Parkinson poseen algunos circuitos que están muy activos o hiperactivos -agrega el médico-. Lo que hacemos con esta técnica es, de alguna manera, apagar esos circuitos, porque para que haya temblor se necesita que un circuito esté activo. Uno podría decir que nuestro sistema motor tiene una vía para acelerar y otra vía para frenar. Y a estos pacientes no es que les falte el acelerador, sino que les sobra el freno, y eso ha llevado a plantear que, si de alguna manera se bloquea el freno, se frena el movimiento”, dice el especialista.
¿Cómo funciona? Al paciente se le pone un casco que emite ondas de ultrasonido que se concentran en un punto. En este caso, en el núcleo que se quiere usar para eliminar el freno, o apagar el circuito. Los beneficios son que se libera el movimiento, se disminuyen la rigidez y la lentitud, y también se puede mejorar el temblor.
El doctor Juri aclara que la terapia no es para todos. Los mejores candidatos son quienes tienen una enfermedad muy asimétrica, es decir, que tengan muchos síntomas en un lado del cuerpo y pocos o nada en el otro. “Es importante seleccionar al candidato antes de, porque no se le puede pedir al tratamiento cosas que no puede dar -señala-. Esta terapia anda muy bien en esos pacientes porque es una técnica que se aplica en un lado del cerebro. Si el paciente tiene todo el problema en un solo lado, quedará con muy buena calidad de vida. Quienes presentan muchos síntomas en ambos lados o demasiado compromiso al caminar ya no son buenos candidatos, porque esta técnica no va a mejorar todos los síntomas, van a seguir teniendo limitaciones importantes”.
Crónica e incurable hasta ahora
El objetivo de muchos tratamientos siempre será tratar de detener la enfermedad, pero en eso, lamentablemente, los resultados no han sido exitosos. Hoy se ocupan medicamentos, cirugías y terapias físicas, pero el doctor Juri indica que un elemento importante para obtener una mejor evolución es mantenerse activo, ojalá realizando al menos una media hora de actividad física. “Pero es lo más difícil. Siempre es más fácil tomarse una pastilla que hacer ejercicio”, explica.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo de progresión lenta que afecta zonas específicas del encéfalo. Además de temblores, conlleva también rigidez, lentitud, problemas para caminar, tendencia a caer. Con el tiempo se puede comprometer la memoria y se altera la capacidad de tragar. En la actualidad, es el segundo trastorno neurodegenerativo más frecuente después del Alzheimer.
Las cifras hablan de que se presenta de 1,3 a 1,5 veces más en hombres que mujeres. “Hoy es difícil plantear que un tratamiento detiene la enfermedad o que la enlentece, no está demostrado, lo que no quiere decir que no se vaya a demostrar mañana -puntualiza el doctor Juri-. El beneficio por ahora es mejorar los síntomas y la calidad de vida. Ya tendremos que ver los estudios con los años, analizar si cambia un poco la evolución de la enfermedad. Existen elementos para pensar que se podría, pero todavía faltan información para sacar esa conclusión”.
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