De la bolsa de gatos a la mesa de la sustentabilidad
"Para construir las grandes líneas y objetivos que deban ser plasmados en la constitución, necesariamente se requiere la inclusión del concepto de desarrollo sustentable centrado en la persona como un concepto fundamental dirimente que permita jerarquizar y balancear las pasiones, iniciativas y necesidades que el proceso constitucional recoja".
“¡No, no! Una Constitución es un programa de grandes líneas y de objetivos, ¡no le pidamos más a la Constitución!”, decía Pepe Mujica en relación al balance entre la salida civilizada a una crisis y el miedo en que esta instancia se torne en una eventual “bolsa de gatos” que erróneamente busque la salida a todas las penurias del sentir de la gente en una sola instancia. El comentario planteado nos alerta sobre generar múltiples expectativas que, si en el tiempo no las cumplimos, puede que sí profundice un problema institucional que debemos corregir a tiempo.
Durante los últimos días hemos escuchado argumentos sobre derechos emanados a partir de conceptos fundamentales (ej: agua, pueblos originarios, derechos de la naturaleza, rol del Estado entre otros), lo cual aporta contenido a la discusión, pero no especifica la jerarquía de unos sobre otros en el sentido de darle viabilidad al verdadero trabajo constitucional.
En ese sentido, hay pasiones, simbolismos y expectativas en donde tenemos que tener claro de lo que se busca es básicamente redactar una carta que priorice los criterios y defina el rol del estado a objeto de promover el bien común. En esa línea hay muchas demandas centradas en derechos sociales que han sido levantadas, pero ¿cómo se sostienen en el tiempo si económicamente no se pueden cumplir?
En paralelo, se plantean una serie de derechos de la naturaleza, pero ¿cómo se jerarquizan estos derechos si se contraponen en algún momento con la vida o desarrollo de las personas? En otra perspectiva, ¿es posible promover el desarrollo económico por sí solo si impide legar un ambiente propicio para que el ser humano se desarrolle en el tiempo?
En concreto, existen altísimas expectativas de variada índole en donde se observa que se canalizan en temas relativos a (i) la sociedad y comunidades, (ii) al medioambiente o la naturaleza y (iii) sustento económico y financiamiento. El problema es que profundizar en cualquiera de estos elementos por sí solo es algo que no se sostiene en el tiempo, ya que las iniciativas se parecen a las 3 patas de una mesa en donde cada una necesita de las otras dos para sostenerse financiera, social y ambientalmente. El concepto que logra unirlos es la sustentabilidad del ser humano, que es la plataforma que nivela la mesa, descarta iniciativas insostenibles y le da estabilidad en el tiempo.
En pocas palabras, la redacción de la Constitución no soluciona por decreto los problemas y males de la sociedad actual, sino que debe entenderse como una carta de navegación para promover el bien común. Para construir las grandes líneas y objetivos que deban ser plasmados en la Constitución, necesariamente se requiere la inclusión del concepto de desarrollo sustentable centrado en la persona, como un concepto fundamental dirimente que permita jerarquizar y balancear las pasiones, iniciativas y necesidades que el proceso constitucional recoja.
*Matías Concha, consejero SOFOFA.
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