El controlador de Primus, Raimundo Valenzuela, ante la Fiscalía: “Gracias a Dios que no vendí (el factoring), si no estaría preso por estafa”

El controlador de Primus, Raimundo Valenzuela, ante la Fiscalía: “Gracias a Dios que no vendí (el factoring), sino estaría preso por estafa”
El controlador de Primus, Raimundo Valenzuela, ante la Fiscalía: “Gracias a Dios que no vendí (el factoring), sino estaría preso por estafa”

El empresario habló largamente sobre sus ex ejecutivos, Francisco Coyemans e Ignacio Amenábar, con quienes se asoció en 2013 y a quienes acusa de defraudar a la compañía. En su declaración de 15 páginas, comentó que Amenábar lo consideraba como su padre y que a Coeymans lo ayudó a financiar un tratamiento de salud de su hijo. "Me arrepiento profundamente de haber confiado en la gestión" de ambos, dijo. Valenzuela revela que sondeó la venta de la firma. "Descarto categóricamente que mi actuación frente a los actos delictivos que se descubrieron esté motivada por un sentimiento de venganza hacia Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar porque no resultó la venta de la sociedad", testificó.


El 20 de diciembre de 2023, a las 11 horas, el controlador del factoring Primus Capital, Raimundo Valenzuela acudió a la Fiscalía Oriente Metropolitana para prestar declaración, luego de ser citado por la investigación que lleva adelante el fiscal jefe de Las Condes, Felipe Sepúlveda. Esto en el marco de la denuncia que presentó la compañía por un millonario fraude interno que incluye, cheques falsos, documentos firmados con tinta borrable, filtración de grabaciones y fotografías privadas, y un millonario perjuicio a la compañía, que asciende a la fecha a US$100 millones, estiman sus accionistas principales.

El empresario financiero y vitivinícola, en su declaración que se extiende en 15 páginas, reiteró sus acusaciones en contra de Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar, ex gerente general de Primus Capital y ex director comercial, a quienes acusa de crear un “esquema defraudatorio” junto a Marcelo Rivadeneira y el abogado Antonio Guzmán, quien será formalizado el próximo martes ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago.

Todo ellos, según Valenzuela, habrían actuado en coordinación para defraudar a la compañía a través de “una serie de actos delictivos” con empresas que se creaban en un día para realizar operaciones fraudulentas con Primus. “Estamos hablando, según lo que se ha visto, de más de 350 sociedades vinculadas al fraude según el informe Forense de KPMG”, dijo.

En la audiencia sostenida ante el Ministerio Público, Valenzuela contestó cinco preguntas en relación al caso, siendo la última: ¿Tenía interés real en vender Primus?. “Sí. Gracias a Dios que no lo vendí, si no estaría preso por estafa. Era mi interés venderlo, pero tampoco mi obsesión. Descarto categóricamente que mi actuación frente a los actos delictivos que se descubrieron esté motivada por un sentimiento de venganza hacia Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar porque no resultó la venta de la sociedad. Esto partió con que en junio de 2022 se descubrió el autopréstamo de $1.300 millones. Con Latam Trade comencé a hablar en febrero. Si bien el pacto de accionistas me permitía vender, aun con la oposición de los gestores, no quise hacerlo para beneficiarlos, dado que ellos querían explorar una alternativa de venta en la que ellos fuesen parte de la oferta”.

Las revelaciones del informe de KPMG en el caso Primus: 213 cheques falsos, 55 clientes cuestionados y 396 giros a terceros. En la imagen, Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar.
El controlador de Primus, Raimundo Valenzuela, ante la Fiscalía: “Gracias a Dios que no vendí (el factoring), sino estaría preso por estafa”. En la imagen, Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar.

Pero no fue la única consulta que respondió. ¿A qué se refiere en el directorio de 29 de marzo de 2023 con la frase de “hay que desinflar el globito”?, le preguntó la Fiscalía.

“Esta frase refleja únicamente la idea que había que bajar la cartera morosa. Para mí el globito era que las deudas de los morosos eran mayores a las que teníamos conocimiento, sobre la base de lo que se informaba en los directorios, además de la deuda relacionada con ellos. Por ejemplo, el doctor Rodrigo Mardones debía aproximadamente $6.000 millones de pesos, pero se nos había dicho que debía $3.000 millones. Se nos dijo que Guzmán debía $800 millones de pesos, cuando en realidad debía $7.000 millones aproximados y que Juan Pablo Bañados debía $4.000 millones en circunstancias que se nos informó que debía $2.000 y, por último, que Pablo Ormeño debía $6.000 millones y se nos informó que debía $2.500 millones. Por último, quiero destacar que el nombre de Marcelo Rivadeneira no apareció nunca en ningún directorio y fue descubierto en este proceso por Eduardo Guerrero”.

El origen del quiebre

El empresario relató en la fiscalía su historia empresarial. Comenzó presentándose así: “Soy Ingeniero Comercial con un master en la Universidad de Pensilvania, empresario, y padre de familia. Llevo casado más de 40 años. Tenemos 5 hijos y ya 5 nietos, con dos nietas más en camino”.

Luego continuó con aspectos de su biografía laboral: contó que trabajó en la entonces Superintendencia de Valores y Seguros y en el grupo Claro. “Luego me independicé creando varias empresas exitosas de las cuales me siento muy orgulloso. En mi historia empresarial he podido desarrollar empresas en diferentes sectores de la economía. Mi modelo de administración de los negocios se sustenta sobre la base de darle la oportunidad a socios gestores y colaboradores de participar en la propiedad de las empresas en las que trabajan y tienen un 15% o 20% de participación social”, dijo. Por ello se asoció a los ex ejecutivos, quienes eran accionistas de Primus.

Aquello partió en 2013. “Eduardo Guerrero me comentó que Francisco Coeymans, a quién yo no conocía, y quien es hermano de un amigo de Eduardo (Juan Eduardo Coeymans Ossandón) y era su contraparte de inversiones que realizaba en Euromérica (de ahí viene la relación), estaba buscando un socio inversionista para formar un Factoring. Me reuní con él y sus socios, y después de varias conversaciones, me parecieron personas que sabían del negocio que proponían y tenían experiencia en el mismo, por lo que tomamos la decisión, junto con Eduardo, de partir con el negocio de Primus”, contó sobre los orígenes de Primus.

“Todo funcionó bastante bien. Recuerdo incluso que en una ocasión Ignacio Amenábar en una fiesta anual de Primus, se me acercó y me agradeció por haber confiado en el proyecto. Además, me comentó que él no tenía papá, que había fallecido muy joven. Luego se me acercó y me dio un beso en la mejilla, argumentando que yo había sido como un papá para él. En el caso de Francisco Coeymans, su hijo Sebastián tuvo un cáncer en la cara, por lo que decidieron viajar de urgencia a Boston para tratarlo allá. Esto fue a inicios del año 2019. En el hospital no le aceptaron sus tarjetas de crédito, por lo cual me llamó para ver si yo le podía dejar una garantía en el hospital para que pudieran operar a su hijo, a lo cual accedí, creo que fueron US$150.000″, comentó.

La empresa funcionó bien por varios años, hasta que llegó el quiebre, destacando que su “gran error” fue haber delegado la operación de la compañía en Amenábar y Coeymans. Más aún, luego de ser operado en dos ocasiones al corazón, lo que llevó a que “me distanciara bastante del día a día de la operación, y dejé que manejaran ellos más el negocio”.

“En octubre del 2019, vino el estallido social, y con motivo de la contingencia que ello generó a nivel país, consideré que era necesario bajar los riesgos de la cartera en términos generales, por lo que comencé a reunirme periódicamente con Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar, con el objeto de hacerles ver la necesidad de bajar las colocaciones que no tenían garantías y ser más cautelosos. La instrucción que se impartió fue bajar los riesgos de los clientes en términos generales, sin apuntar a clientes específicos”, explicó.

En ese periodo, Valenzuela recordó que fue enfrentado por Francisco Coeymans, Ignacio Amenábar y Brian Moore -el otro socio minoritarios, quien sigue en la compañía- ya que, supuestamente, los estaba tratando como empleados y no como socios que eran de Primus. “Me recriminaron mi forma de tratarlos, y que si no cambiaba y no dejaba de inmiscuirme en el detalle del negocio, ellos simplemente iban a dar un paso al costado”. “Ahora con el paso del tiempo, me doy cuenta de que eso fue una parte fundamental de la estrategia para defraudar a Primus”, añadió.

“He tomado conocimiento detallado del modus operandi del esquema fraudulento, y me arrepiento profundamente de haber confiado en la gestión de Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar”, concluyó.

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