El estallido de la burbuja inmobiliaria china agrava los problemas económicos de Beijing

An Evergrande complex in Lu'an, China, in October.
Un complejo de Evergrande en Lu'an, China, en octubre. Foto: RAUL ARIANO/ THE WALL STREET JOURNAL

Las ventas y los precios de las viviendas están cayendo en muchas ciudades del país después de haber subido durante años, y el daño se está extendiendo. Y millones de departamentos “prevendidos” que los compradores han pagado siguen sin terminar, lo que ha llevado a algunos a amenazar con retener los pagos de la hipoteca.


La burbuja inmobiliaria que se está desinflando en China está poniendo en peligro a la segunda economía del mundo, con efectos que podrían extenderse durante años.

Los precios de las viviendas están cayendo en muchas ciudades tras un largo periodo de subidas, según muestran los datos de los promotores inmobiliarios chinos y las estadísticas oficiales. Las ventas de departamentos en todo el país por parte de los mayores promotores inmobiliarios han caído anualmente durante 13 meses consecutivos, según el proveedor de datos del sector China Real Estate Information Corp.

Y millones de departamentos “prevendidos” que los compradores han pagado siguen sin terminar, lo que ha llevado a algunos a amenazar con retener los pagos de la hipoteca. Los analistas estiman que los compradores de viviendas podrían negarse a devolver hasta US$ 370.000 millones en préstamos hipotecarios si sus departamentos no están listos. La mayoría de los bancos chinos, aclaran, deberían ser capaces de absorber las pérdidas, lo que hace improbable una crisis financiera.

Ahora bien, el mayor riesgo es para la economía china. Los analistas de investigación de Bank of America señalaron en un informe el mes pasado que aproximadamente el 9% de las viviendas ya vendidas en 2020 y 2021 corren el riesgo de no completarse en el plazo previsto debido a los problemas financieros de los promotores, lo que afectaría a unos 2,4 millones de hogares.

“Tales incidentes, si no se controlan y se extienden, podrían mermar la confianza del mercado, golpear la venta de propiedades y la inversión, pesar sobre el crecimiento económico y causar inestabilidad social”, justo antes de un importante congreso del Partido Comunista que se realiza dos veces al año, escribieron los analistas. Se espera que la reunión, muy vigilada, sirva para que el Presidente chino Xi Jinping se asegure un tercer mandato sin precedentes en el poder.

China registró una expansión del 0,4% en el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre con respecto al año anterior, su peor resultado económico desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Si bien gran parte de la desaceleración se debió a los cierres y restricciones relacionados con el Covid, una contracción del 7% en el sector inmobiliario contribuyó a la débil producción.

Según los economistas, los daños, que se extienden a todos los sectores, desde los materiales de construcción hasta los servicios inmobiliarios, y que están provocando la acumulación de pérdidas de préstamos en los bancos, serán difíciles de reparar de manera rápida.

La caída del sector inmobiliario también está afectando la confianza de los consumidores, mientras que la desaceleración general de China está golpeando los ingresos personales y el valor de los activos. “Las perspectivas económicas, el sentimiento de los consumidores y la forma en que la gente ve el futuro han cambiado”, aseguró Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia Pacífico del banco de inversión Natixis. “No creo que sea una crisis, como la llaman algunos. Pero es una razón más para pensar que la economía china se va a desacelerar”, explicó.

La tensión crediticia en el sector inmobiliario chino no se ha extendido a los mercados mundiales, aunque los inversores internacionales han sufrido unas pérdidas de unos US$ 100.000 millones en bonos de promotores chinos debido a los impagos y a la fuerte caída de los precios, según datos de Bloomberg y Barclays Research.

Los bancos comerciales chinos han tardado en reconocer y notificar los préstamos inmobiliarios morosos, pero muchos han reducido los préstamos al sector. La venta de terrenos a los promotores también se ha desplomado, lo que ha reducido una importante fuente de ingresos para los gobiernos locales y ha hecho prever que en los próximos años se pondrán en marcha muchos menos proyectos inmobiliarios.

“Nunca habíamos visto una ralentización del mercado inmobiliario de esta magnitud y gravedad en China”, comentó Logan Wright, director de investigación de los mercados chinos en Rhodium Group, una empresa de investigación con sede en Nueva York que sigue de cerca al país oriental. Las autoridades chinas, por su parte, no pueden hacer mucho para dar un giro a la situación y compensar el impacto económico de la desaceleración inmobiliaria.

Frenesí inmobiliario

La caída inmobiliaria de China se remonta a los esfuerzos del gobierno de los últimos años por frenar el frenesí del sector y desinflar lo que consideraba una burbuja que amenazaba con hacer que las viviendas fueran inasequibles para muchos. En 2020, los organismos reguladores impusieron límites a los préstamos de los promotores, lo que provocó la retirada de los bancos y otros prestamistas, además de la contracción del crédito para muchos promotores.

Desde entonces, más de 30 promotores, incluido el gigante inmobiliario China Evergrande Group, han dejado de pagar su deuda internacional. Sus ventas de departamentos en China continental se desplomaron cuando los compradores de viviendas conocieron los problemas financieros de los promotores. El mercado asiático de bonos en dólares prácticamente ha cerrado el crédito a los promotores chinos, y es probable que se produzcan más impagos.

El sector inmobiliario de China ya ha experimentado caídas en el pasado, como en 2013 y 2014, cuando los precios de las viviendas cayeron y las ventas y la inversión inmobiliaria se ralentizaron. Muchos promotores sufrieron un descenso de los ingresos y algunos tuvieron que lidiar durante meses con gran stock de viviendas sin vender, pero no perdieron el acceso a la financiación.

Los precios de las viviendas reanudaron su trayectoria ascendente en los años siguientes, mientras que los promotores acumulaban año tras año un récord de ventas. Los economistas Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, y Yuanchen Yang, del Fondo Monetario Internacional, estimaron que el sector inmobiliario y las industrias relacionadas representaron alrededor del 26% del PIB de China en 2018, en una actualización de un documento de investigación que escribieron en 2020. Esa cifra se ha mantenido bastante estable en los últimos años, señalaron.

La última desaceleración es en parte el resultado de años de lo que resultó ser la construcción excesiva y el endeudamiento masivo de los promotores chinos.

A residential district in Lu'an.
Un distrito residencial en Lu'an. FOTO: RAUL ARIANO/ THE WALL STREET JOURNAL

Una gran fuente de problemas es la disminución de los ingresos por preventas. Alrededor del 80% de las ventas de viviendas nuevas en China durante la última década fueron propiedades parcialmente construidas que los promotores prometieron entregar en uno o tres años. Los ingresos de estas preventas se convirtieron en la mayor fuente de financiamiento para los promotores, que contaban con el aumento de las ventas de departamentos sin terminar para mantener el flujo de dinero para las necesidades inmediatas.

A su vez, los gobiernos locales permitieron esta práctica emitiendo permisos de preventa a los promotores para proyectos que habían completado tan sólo el 25% de su construcción prevista. Los promotores podían vender los departamentos por su precio íntegro, mientras que los compradores, en muchos casos, realizaban pagos iniciales de alrededor del 30% y obtenían hipotecas por el resto.

El dinero se depositó en cuentas de depósito en garantía para pagar la construcción, pero unas normas poco precisas permitieron a muchos promotores retirar el dinero en efectivo antes de completar los edificios. Los problemas surgieron cuando ellos, con la disminución de los ingresos por preventas y la dificultad para obtener préstamos, empezaron a quedarse sin efectivo el año pasado para pagar sus deudas.

Hace un año, cuando Evergrande empezó a tambalearse y el valor de sus acciones y bonos se desplomó, las personas que habían comprado recientemente departamentos en una de sus promociones en Jingdezhen, una ciudad de la provincia china de Jiangxi, empezaron a preocuparse.

A principios de 2021, el gigante inmobiliario prevendió el proyecto de 14 torres, llamado Evergrande Longting, que prometía entregar las viviendas a los compradores en 2023. Pocos meses después de que cientos de personas empezaran a pagar sus hipotecas, los compradores de viviendas se dieron cuenta de que la construcción se había ralentizado y de que los trabajadores en la obra se habían reducido a unas pocas docenas frente a los cientos anteriores, según un residente de Jingdezhen que dijo haber comprado una vivienda en el proyecto.

En mayo de 2021, la actividad en las obras se había detenido, según una carta que firmaron muchos compradores de hogares. La construcción se reanudó a fines de octubre y se detuvo por completo en junio de este año, según la carta.

El 30 de junio, los propietarios enviaron su carta conjunta, en la que también decían que dejarían de pagar su hipoteca si la construcción no se reanudaba antes del 20 de octubre. La carta, ampliamente difundida en las redes sociales chinas, inspiró movimientos similares entre los compradores de viviendas de otros proyectos inmobiliarios inacabados.

El mes pasado, algunos compradores de viviendas volvieron a dirigirse a la oficina del gobierno municipal, exigiendo un plan que garantizara la entrega de sus hogares, según los videos de enfrentamientos facilitados por el residente de Jingdezhen. La policía se llevó a tres personas, comentó. Posteriormente, el gobierno de Jingdezhen informó a los propietarios de que el proyecto se entregaría a finales del año que viene, dijo.

Evergrande y el gobierno local no hicieron comentarios al respecto.

Revuelta hipotecaria

A unos 800 kilómetros al norte, en Zhengzhou, las personas que compraron departamentos en docenas de proyectos inacabados de Evergrande y otros promotores se han unido de forma similar y han amenazado con dejar de pagar los préstamos.

Como en muchas ciudades y pueblos de China, la rápida urbanización ha transformado a Zhengzhou de un centro industrial a una metrópolis. Su sector inmobiliario despegó, con una abundante oferta de terrenos y promotores que lanzaron y vendieron proyectos residenciales cuyos planos incluían piscinas, pistas de patinaje, jardines y centros comerciales.

De 2018 a 2020, Zhengzhou ocupó el segundo lugar entre las ciudades chinas en ventas anuales de viviendas por superficie, ya que los precios promedios de venta de las viviendas residenciales se dispararon un 40%, según el proveedor de datos Wind.

En julio de 2021, las fuertes lluvias provocaron grandes inundaciones en la ciudad. Al mes siguiente se produjo un confinamiento por el Covid-19. Posteriormente, la construcción se ralentizó o se detuvo en los proyectos de múltiples promotores con problemas de liquidez, según dijeron varios compradores de viviendas afectados en Zhengzhou. Las ventas de nuevos hogares en la ciudad cayeron un 30% en 2021 respecto a 2020, según datos de la autoridad de vivienda de Zhengzhou.

Las quejas se acumularon en un registro de mensajes en línea supervisado por el gobierno de la ciudad, y muchos se lamentaron de no poder obtener respuestas de los promotores ni de los funcionarios del gobierno.

El mes pasado, cuando los compradores de viviendas de Zhengzhou se enteraron de la protesta por las hipotecas en el proyecto de Evergrande en Jingdezhen, siguieron su ejemplo en un esfuerzo por presionar a las autoridades locales y a los promotores para que reanudaran la construcción de sus casas. Los compradores de más de 30 proyectos de Zhengzhou han manifestado su intención de dejar de pagar sus préstamos hipotecarios.

Ante esto, el gobierno de la ciudad señaló la semana pasada que iba a crear un fondo de ayuda inmobiliaria para abordar los problemas, afirmando que “resolvería las dificultades urgentes de las cadenas de financiación rotas de los promotores, aliviaría los problemas sociales y los posibles riesgos financieros sistémicos causados por los boicots hipotecarios y la suspensión de la construcción de los proyectos de vivienda, e impulsaría la confianza del mercado”.

El fondo empezará con el equivalente a US$ 1.500 millones de aportaciones gubernamentales y podría recibir miles de millones más de empresas estatales e instituciones financieras, según el gobierno.

La revuelta hipotecaria -que se extendió a más de 300 proyectos inmobiliarios antes de que los censores chinos eliminaran muchas publicaciones en las redes sociales sobre el tema- ha despertado la preocupación por la estabilidad de los bancos del país. Las instituciones financieras chinas declararon colectivamente el equivalente a US$ 5,8 billones en hipotecas individuales pendientes a finales de marzo de este año, de acuerdo a datos del Banco Central.

The Evergrande Fairyland complex under construction in Lu'an in October.
The Evergrande Fairyland complex under construction in Lu'an in October.

A su vez, los responsables de la política del gobierno central se han abstenido de realizar cualquier tipo de rescate del sector inmobiliario, repitiendo su mantra de que “las casas son para vivir en ellas, no para especular”. En su lugar, han encomendado a los gobiernos locales que aborden las preocupaciones de los compradores de viviendas y se aseguren de que los proyectos inmobiliarios inacabados se completen.

Pocas ciudades, aparte de Zhengzhou, han dicho cómo piensan solucionar el problema. Antes de las recientes protestas por las hipotecas, muchos gobiernos municipales habían intentado ayudar a los promotores a reactivar las ventas reduciendo los pagos iniciales, los tipos de interés, ofreciendo subsidios en efectivo y eliminando las restricciones que habían impedido a la gente comprar varias viviendas.

Betty Wang, economista senior de China en ANZ, un grupo bancario australiano, dijo que, a falta de una orientación clara por parte de los máximos responsables políticos, el sector inmobiliario chino seguirá reduciéndose durante algún tiempo. “El mercado ya ha sufrido un duro aterrizaje”, explicó. “Será muy difícil para muchos promotores recuperarse de esta caída”, concluyó.

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