Es poco probable que llegue más petróleo venezolano a los mercados a pesar de la nueva licencia de Chevron
Antes de bombear el crudo en Venezuela, Chevron debe cobrar la deuda, reparar los equipos y reforzar su plantilla mientras se enfrenta a cortes y amenazas de seguridad. El gobierno de Joe Biden dio un giro importante en su política hacia Venezuela al permitir que la compañía norteamericana bombee petróleo en el país sudamericano de nuevo, pero la decisión supondrá un escaso aumento de la producción mundial de crudo a corto plazo.
El gobierno de Joe Biden dio un giro importante en su política hacia Venezuela al permitir que Chevron Corp. bombee petróleo en el país sudamericano de nuevo, pero la decisión supondrá un escaso aumento de la producción mundial de petróleo a corto plazo.
La empresa estadounidense tendrá que enfrentarse a una serie de problemas técnicos en los envejecidos campos petrolíferos de Venezuela y a una complicada red de sanciones estadounidenses restantes que deben modificarse para garantizar que más petróleo del país llegue al mercado mundial.
El sábado, el Departamento del Tesoro concedió a Chevron una nueva licencia para operar en Venezuela, tras una reunión en Ciudad de México entre el gobierno del venezolano Nicolás Maduro y los grupos de la oposición en la que los participantes acordaron que Venezuela gastaría miles de millones de fondos congelados en ayuda humanitaria e infraestructura, en un programa que sería administrado por las Naciones Unidas. Funcionarios estadounidenses habían señalado el regreso de Chevron a Venezuela como una razón para que las partes comenzaran a negociar un calendario y un marco para la celebración de elecciones libres.
El cambio de política se produce dos años después de que el gobierno de Trump tomara medidas drásticas contra las actividades de Chevron y otras compañías petroleras en Venezuela, como parte de una campaña de “máxima presión” destinada a derrocar al gobierno dirigido por Maduro. Esa política incluyó la retirada del reconocimiento de Maduro y el respaldo al líder del Congreso Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.
Este nuevo proceso puede abrir la puerta a otras empresas petroleras que habían operado anteriormente en Venezuela, aunque el Departamento del Tesoro no explicó cómo podrían volver a participar en el país.
Entre las primeras tareas de Chevron están las de reparar los equipos averiados, detener los cortes de energía y arreglar los problemas de los oleoductos, volver a contratar a cientos de trabajadores a pesar del éxodo de talentos de la industria petrolera venezolana, y hacer frente a las amenazas de seguridad física, incluyendo los robos de gasolina, dijeron los analistas.
“La cantidad de dinero que se necesita invertir en Venezuela para recuperar la producción perdida es tremenda”, comentó José Chalhoub, analista de riesgo político y de petróleo en Venezuela, que anteriormente trabajó en la industria petrolera del país.
Chalhoub estimó que las inversiones necesarias para recuperar la producción de petróleo perdida en Venezuela podrían ascender a US$ 50.000 millones. En los próximos seis meses, dijo, Chevron podría aumentar la producción en unos 20.000 a 30.000 barriles al día, demasiado poco para marcar la diferencia en el mercado mundial.
A su vez, Venezuela también ha tenido problemas para conseguir suficientes diluyentes -líquidos que facilitan el flujo del viscoso petróleo venezolano, que antes procedía principalmente de Estados Unidos- desde que el país norteamericano impuso las sanciones.
Antes de que Chevron esté dispuesta a realizar nuevas inversiones en Venezuela, como por ejemplo en nuevos yacimientos, quiere cobrar más de US$ 4.000 millones de deuda a la compañía petrolera nacional de Venezuela, Petróleos de Venezuela SA (PdVSA).
El cobro de esa deuda podría llevar de dos a tres años, ya que PdVSA debe a Chevron y a otros socios de la empresa conjunta su parte de más de dos años de ingresos por la venta de petróleo, después de que las sanciones estadounidenses de 2020 prohibieran a la empresa venezolana pagar a sus socios. La licencia permitiría a Chevron cobrar su parte de los dividendos de sus empresas conjuntas, como Petropiar, en la que es socio en un 30%.
En los primeros 25 días de septiembre, PdVSA, que opera las empresas conjuntas de Chevron, produjo unos 45.000 barriles diarios, según la consultora IPD Latin America. La producción del país se redujo a 686.000 barriles diarios en el mismo periodo, frente a los más de 900.000 barriles diarios de diciembre, según la firma.
Aunque Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, Chevron podría tardar al menos un año en recuperar la producción de petróleo de 200.000 barriles diarios en sus cuatro empresas conjuntas con PdVSA, según los analistas.
Esto es una gota de agua en comparación con la cantidad de petróleo que podría verse afectada por las sanciones occidentales al petróleo ruso. Algunos analistas estiman que eso podría ser alrededor de 1,5 millones de barriles diarios el próximo año. La producción de petróleo de Venezuela ha languidecido en torno a los 700.000 barriles diarios este año, frente a los más de tres millones de barriles diarios de la década de 1990.
Así, es poco probable que el regreso inicial de Chevron a Venezuela ayude a aliviar pronto los precios del petróleo, de acuerdo a los analistas.
“Esto no es algo que vaya a ocurrir de la noche a la mañana. Con el tiempo añadirá barriles a la oferta mundial, pero tardará meses, si no más de un año”, advirtió Robert Yawger, experto de Mizuho.
El desarrollo de Venezuela se valoró con un descuento de sólo US$ 1 por barril de petróleo a corto plazo, dijo Yawger.
Ahora bien, mucho dependerá también de las próximas negociaciones entre el gobierno de Nicolás Maduro y los partidos de la oposición, que tienen el potencial de poner un obstáculo en el engranaje de Chevron si las dos partes no pueden llegar a un acuerdo.
Siete millones de venezolanos han huido del que fue un país rico en petróleo, que ha atravesado un colapso económico debido a la mala gestión económica y la corrupción del gobierno de Maduro, así como al impacto de las sanciones internacionales.
Pero con el fracaso de la estrategia de máxima presión seguida por el gobierno de Trump, Maduro es ahora más fuerte políticamente que nunca.
“Podría ser que un gobierno que se siente seguro puede dar más concesiones que uno que se siente acorralado”, sostuvo Javier Corrales, experto en Venezuela del Amherst College.
Funcionarios del gobierno de Biden dijeron que la licencia prohíbe a PdVSA recibir beneficios de las ventas de petróleo de Chevron. Aseguraron también que Estados Unidos está preparado para revocar o modificar la licencia, que estará en vigor durante seis meses, en cualquier momento si Venezuela no negocia de buena fe.
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