KPMG quiere ser el primer gigante de la contabilidad en poseer un bufete de abogados en Estados Unidos. Este es el por qué.

KPMG views its expected entry in the legal marketplace as an opportunity to streamline and expand the work it does for clients. Photo: Milan Jaros/Bloomberg News
KPMG quiere ser el primer gigante de la contabilidad en poseer un bufete de abogados en Estados Unidos. Este es el por qué.

La oferta en Arizona rompería una barrera, señalando potencialmente cambios profundos para las industrias contable y legal.




KPMG está a punto de romper una larga barrera y convertirse en la primera firma contable de las Cuatro Grandes que ejerza la abogacía en Estados Unidos, aprovechando un novedoso programa de Arizona que permite a los no abogados ser propietarios de bufetes de abogados.

Se espera que el Estado apruebe este mismo mes las ambiciones de KPMG en el campo de la abogacía, un paso que podría suponer un cambio radical en dos sectores. KPMG afirma que sus abogados con licencia de Arizona podrían realizar trabajos jurídicos para clientes de todo el país. Ello podría suponer una ventaja frente a sus rivales contables y un duro golpe para los bufetes de abogados, que se enfrentarían a una nueva competencia por el trabajo.

KPMG está aprovechando un programa en Arizona, que levantó una restricción vigente en casi todos los estados que prohíbe a los no abogados ser propietarios de un bufete de abogados. El programa, en vigor desde 2021, pretendía ampliar el acceso a los servicios jurídicos, en gran parte para hacer frente a la escasez de abogados disponibles para ayudar en asuntos como el derecho de familia o la inmigración.

El intento de la empresa de contabilidad de crear su propio bufete de abogados, KPMG Law, superó un importante obstáculo cuando el comité de Arizona que supervisa el programa aprobó por unanimidad la solicitud la semana pasada. La empresa dijo que quiere ofrecer servicios a gran escala, como la redacción y actualización de contratos y la conciliación de material jurídico en operaciones de fusión y adquisición.

KPMG ve en ello una oportunidad para racionalizar y ampliar el trabajo que realiza para los clientes, al mismo tiempo que le permite utilizar herramientas de inteligencia artificial para realizar trabajos que de otro modo se subcontratarían a un bufete de abogados tradicional.

“Creemos que los tipos de servicios que vamos a introducir en el mercado, suponiendo que obtengamos el permiso definitivo, son muy similares a los servicios que prestamos actualmente y realmente abordan el problema de los clientes”, sostuvo Christian Athanasoulas, director de la práctica fiscal de KPMG en Estados Unidos.

El Tribunal Supremo de Arizona estudiará la aprobación definitiva de KPMG Law a fines de este mes. El alto tribunal ha dado el visto bueno a todas las solicitudes recomendadas por el comité, pero ocasionalmente ha devuelto una solicitud para que se le formulen más preguntas.

KPMG ya ejerce la abogacía en unos 80 países, incluidos el Reino Unido y Australia. Estos negocios han crecido en parte mediante adquisiciones de despachos de abogados pequeños y medianos. Estados Unidos representa el mayor mercado jurídico del mundo.

“Esto no es más que la guinda del pastel para KPMG, que intenta instalarse con una parte importante del mercado de la abogacía”, dijo Michele DeStefano, profesora de Derecho de la Universidad de Miami.

KPMG es la más pequeña de las Cuatro Grandes, con US$ 38.400 millones de ingresos globales para el año fiscal 2024. Los servicios fiscales y legales fueron su división de más rápido crecimiento en el año, con un crecimiento interanual del 10% hasta los US$ 8.700 millones a nivel mundial.

Es probable que PricewaterhouseCoopers, Deloitte y Ernst & Young no tarden mucho en seguir los pasos de KPMG y ampliar su oferta de servicios jurídicos. EY se rehusó a hacer comentarios, al igual que PwC y Deloitte, que no dieron respuestas.

“Es muy probable que las otras Cuatro Grandes sigan su ejemplo si KPMG decide hacer una inversión seria de cientos de millones de dólares en ese mercado”, sostuvo Fiona Czerniawska, directora ejecutiva del proveedor de datos de consultoría Source Global Research.

Sin embargo, los gigantes de la contabilidad podrían tener que recorrer un largo camino para establecer prósperas prácticas legales.

En el Reino Unido, por ejemplo, KPMG, PwC y EY pueden ejercer la abogacía desde 2014, seguidas de Deloitte en 2018. Pero aún están trabajando para ganar terreno, sostuvo Daniel Sutherland, socio del bufete londinense Fox Williams. Las empresas “tienen un punto de apoyo en el trabajo de asesoramiento jurídico, pero no considero que hayan realizado plenamente su ambición porque los bufetes tradicionales siguen dominando”, dijo Sutherland.

KPMG afirma que tiene ambiciones específicas en EE.UU. “No nos planteamos ser un bufete de abogados de servicios completos, como lo son los grandes bufetes tradicionales, sino más bien ser un actor en ese puñado de áreas que están conectadas con nuestros negocios heredados”, comentó Athanasoulas.

Arizona cuenta en la actualidad con 114 licencias activas para despachos que no son propiedad de abogados. Muchos de ellos se centran en litigios a gran escala por daños personales y medioambientales y han atraído inversiones de fondos de cobertura y empresas de capital de riesgo. Otros prestan servicios jurídicos que van desde la planificación patrimonial al asesoramiento en línea a través de plataformas como Rocket Lawyer. Un puñado ofrece el tipo de asistencia jurídica a clientes con ingresos limitados que el Estado había previsto inicialmente.

La idea de que los no abogados sean propietarios de bufetes ha sido objeto de acalorados debates durante décadas. Los críticos dicen que los abogados tienen obligaciones éticas con sus clientes, y que un propietario no abogado podría dar prioridad a los beneficios.

Richard Lewis, expresidente del Colegio de Abogados del Estado de Nueva York, comentó que la entrada de KPMG en el mercado legal suscitaría preocupación y podría dar lugar a conflictos de intereses para la empresa de contabilidad.

“Es una amenaza para la abogacía”, afirma Lewis. “Podrán socavar y tomar atajos. No están sujetos a las mismas normas”.

KPMG afirma que, en caso de que sus abogados con licencia de Arizona trabajen en otras jurisdicciones, tiene previsto entablar relaciones de coasesoramiento con abogados con licencia de otros estados.

John Hay, abogado de Arizona y miembro del comité de aprobación estatal, instó a la empresa a esforzarse por cumplir las normas éticas de otros estados. Apoyó la propuesta.

“Éste sigue siendo un país con 50 estados”, comentó en la reunión de la semana pasada, y añadió: “Me preocupa un poco que, debido a la naturaleza de la práctica de KPMG, se olvide ese concepto”.

Bruce Green, profesor de derecho y ética en la Universidad de Fordham, aseguró que no es blanco y negro qué tipo de trabajo jurídico puede hacer la operación legal de KPMG fuera de las fronteras de Arizona.

“El problema surge cuando la empresa realiza trabajos en todas partes”, dijo.

-Traducido del inglés por Pulso.

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