La carta que Francisco Javier Errázuriz envió a Máximo Pacheco cuestionando la alianza Codelco-SQM
El 1 de marzo, el presidente del Grupo Errázuriz envió un documento de nueve páginas al presidente de la minera estatal, con copia a otras cinco personas, en la que ahonda en las críticas al acuerdo para explotar litio en el salar de Atacama. “De acuerdo a nuestras estimaciones el Estado/Codelco dejará de recibir al menos 10 mil millones de dólares el 2024, por no realizar un proceso de licitación competitivo”, sostiene entre los varios reparos al negocio.
Nueve páginas y seis puntos en los que expone cifras y detalles cuestionando la alianza Codelco-SQM para la explotación del litio en el Salar de Atacama, contiene la carta que envió el 1 de marzo pasado al presidente de Codelco, Máximo Pacheco, el presidente del Grupo Errázuriz, Francisco Javier Errázuriz Ovalle. La misiva fue enviada con copia a otras cinco personas: los directores de Codelco Eduardo Bitran y Pedro Pablo Errázuriz, el presidente ejecutivo de la minera, Rubén Alvarado, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente y el gerente general de Tarar, la minera creada por la estatal para desarrollar el negocio con SQM, Jaime San Martín.
La misiva, a la que tuvo acceso Pulso y que ya es comentario en la industria minera, detalla en seis puntos por qué el acuerdo, llamado un “hito sin precedentes” al ser anunciado a fines de 2023 por el gobierno, no sería un buen negocio para el Estado de Chile.
“En representación del Grupo Errázuriz, y como conocedor de estas materias, ya que no sólo contamos con pertenencias mineras para litio, sino que también hemos invertido en la construcción de una Planta Piloto, en la que ya estamos produciendo de forma exitosa hidróxido de litio grado batería, con tecnología DEL (extracción directa), para poder desarrollar de manera sustentable nuestro proyecto Simco en Maricunga, he estimado que es mi deber poner en su conocimiento estos antecedentes”, dice el empresario en la carta fechada apenas tres días antes de la muerte de su padre, el fundador del grupo, Francisco Javier Errázuriz Talavera.
“Soy un convencido de que sólo a través de una licitación internacional, basada en una sana competencia, los potenciales adjudicatarios ofrecerán lo que realmente vale el yacimiento, y se resguardarán los intereses del Estado de Chile y de todos los chilenos”, remata en el texto, en cuyo encabezado aparece el escudo de armas de la familia que desde los 80 maneja un grupo de empresas que en las últimas décadas se ha concentrado en diversos negocios: minería, agricultura, inmuebles y seguros, entre otros.
A fines de 2023, el Estado chileno anunció una asociación público-privada entre Codelco y SQM para desarrollar en conjunto las actividades productivas y comerciales del Salar de Atacama, en las próximas décadas. El acuerdo, que se estructurará a través de una sociedad común con una participación mayoritaria del Estado de Chile (50% más una acción) considera que la nueva sociedad asuma los actuales contratos entre Corfo y SQM hasta diciembre de 2030, para luego transitar a una operación regida por los nuevos contratos acordados entre Corfo y Minera Tarar, una filial 100% de Codelco creada ad hoc, entre 2030 y 2060. La operación considera la fusión de SQM Salar, la filial SQM que explota el Salar de Atacama, y Tarar, la filial de Codelco. SQM controlará la empresa hasta 2030 y Codelco lo hará a partir de enero de 2031. Los acuerdos definitivos está previsto que se firmen antes del 31 de marzo.
“El 49,99% de Tarar valdría en promedio US$ 12.187 millones, si se compara con empresas en marcha de producción de litio en el mundo, de acuerdo a sus valores de Bolsa actuales”, argumenta Errázuriz en la carta, que contiene numerosos cálculos y supuestos que demostrarían que el acuerdo Codelco-SQM no es un buen negocio para las arcas fiscales.
“De acuerdo a nuestras estimaciones el Estado/Codelco dejará de recibir al menos 10 mil millones de dólares el 2024, por no realizar un proceso de licitación competitivo”, explicita el documento, donde se exponen los supuestos que harían mejorar el valor del negocio al subastarlo internacionalmente entre operadores globales.
Mediciones por valor de mercado y de producción
La carta del grupo Errázuriz, que controla la minera Cominor, subraya que se mire por donde se mire el acuerdo no es beneficio. Ni por la asociación en sí misma, ni por lo que está comprando Codelco. Sostiene que finalmente con todos los descuentos, traspasos y arriendos, SQM terminará pagando apenas US$ 460 millones por el 49,99% de Tarar, “que tiene en arriendo las propiedades mineras con las mayores reservas del mundo para ser explotadas durante 30 años”.
La carta añade que al mirar también el valor de las compañías de litio que transan en diferentes bolsas mundiales, Chile también pierde: “Si se toma en consideración compañías con proyectos de litio, en sus etapas tempranas de descubrimiento y de evaluación económica, que no producen todavía, Tarar valdría en promedio US$ 6.300 millones. De este modo, podemos decir que la pérdida para el Estado de Chile podría ir desde los US$ 5.556 millones hasta los US$ 11.443 millones”, enfatiza el cálculo.
Otra medición hecha basándose en las reservas de mineral, también resulta en menos dinero para Codelco: “Si se aplicara el mismo precio que paga Codelco por Minera Salar Blanco, medido por sus reservas, el precio del 49,99% de Tarar sería de US$ 36 mil millones. Como se ha dicho, la está vendiendo a SQM en US$ 460 millones”.
Esta semana, Codelco cerró la compra de la firma australiana Lithium Power International (LPI), que controlaba el proyecto Salar Blanco, en una operación por unos US$244 millones, concretando con ello su primer gran paso para el negocio con SQM. Salar Blanco está ubicado en el Salar de Maricunga y colinda con las pertenencias mineras de Codelco.
La carta también advierte que de continuar todo como está, Codelco también se verá expuesto a recibir menos recursos, ya que los precios del litio quedarán sujetos a sus variaciones internacionales. “Es altamente probable que SQM termine pagando nada, si se mantiene la tendencia actual de precios bajos, debido a las altas tasas de interés, deudas soberanas de países desarrollados y por ende bajos subsidios a autos eléctricos y sobreproducción en el mercado por nuevos proyectos”, señala la carta y cita un informe evacuado en mayo del año pasado por Chilco donde se advierte una caída en los precios del litio por los próximos 5 años, debido a una sobre producción mundial.
La licitación
La carta de Errázuriz insiste en que una licitación podría haber conseguido un mejor beneficio económico para el país en este acuerdo. “La realización de una licitación abierta garantizaría además una implementación más rápida de las tecnologías de extracción directa y aseguraría la continuidad operacional y productiva del Salar de Atacama”, indica el empresario de 50 años.
Las críticas a la falta de una licitación internacional para el negocio han rondado el acuerdo desde su anuncio. Las hubo en el Congreso y en diversas columnas y cartas en la prensa. “La única y mejor opción es que Codelco venda su 49,99% de Tarar en una licitación pública. Esta es una opción real y perfectamente posible, con menores o iguales riesgos que los que Codelco tiene en su asociación con SQM”, resalta la misiva.
En el documento, Errázuriz rebate las versiones de que por tiempo y competitividad para el país lo mejor era saltarse una subasta internacional, sosteniendo que incluso Codelco no tendría necesidad ni obligación “de pasar por la Contraloría General de la República, de la misma forma como lo está haciendo en la negociación directa con SQM”.
Sobre el riesgo de que el ingreso de otro operador genere un “valle productivo”, entre la salida de SQM y la llegada de un nuevo arrendatario de las 81 mil hectáreas del salar de Atacama, Errázuriz sostiene que ya existe tecnología para que el traspaso de activos se produzca sin un vacío de producción. “El argumento del valle productivo, esgrimido por Codelco para autoimponerse una negociación a puertas cerradas con SQM, no parece razonable ni suficiente como para justificar un acuerdo a toda costa con éste ni mucho menos para prolongar su contrato de arrendamiento hasta el 2060 en abierto perjuicio para el Estado de Chile. La realización de una licitación abierta garantizaría además una implementación más rápida de las tecnologías de extracción directa y aseguraría la continuidad operacional y productiva del Salar de Atacama”, explicita.
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