La Casa Blanca pide a la OPEP a impulsar la producción de petróleo en medio de la recuperación económica del covid-19

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Si bien se ha recuparado algo de la producción de petróleo, todavía está un 13% por debajo de los niveles previos a la pandemia.

El crudo Brent, el índice de referencia internacional del petróleo, cayó el miércoles un 0,8% a US$ 70,04 el barril después del anuncio.


Este miércoles la Casa Blanca instó a la OPEP a impulsar la producción de petróleo, diciendo que los recientes aumentos planificados son insuficientes, ya que los países de todo el mundo buscan salir de la pandemia por covid-19.

El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, afirmó en un comunicado que los recientes aumentos de producción planificados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo “no compensarán completamente los recortes de producción anteriores” realizados por la OPEP y sus aliados productores de petróleo durante la pandemia.

“En un momento crítico de la recuperación mundial, esto simplemente no es suficiente”, afirmó Sullivan.

El crudo Brent, el índice de referencia internacional del petróleo, cayó un 0,8% a US$ 70,04 el barril después del anuncio de la Casa Blanca. Los precios del petróleo han experimentado volatilidad en los últimos días debido a las preocupaciones sobre la variante Delta del covid-19.

En julio, la OPEP y un grupo de productores de petróleo liderados por Rusia acordaron liberar millones de barriles de crudo durante los próximos dos años, comprometiéndose a restaurar todos los recortes que hicieron al comienzo de la pandemia por covid-19. El grupo optó por moverse gradualmente, con cuotas mensuales de petróleo nuevo hasta finales de 2022.

La jugada de la administración de Biden se produce en medio de sus intentos por desestimar las preocupaciones sobre la inflación. La inflación se mantuvo elevada en julio, pero mostró evidencia de enfriamiento a medida que la recuperación económica continuaba en medio de problemas de suministro relacionados con la pandemia.

Los precios al consumidor subieron un 5,4% en julio respecto al año anterior, el mismo ritmo que en junio y la tasa más alta en 12 meses desde 2008, informó el miércoles el Departamento del Trabajo. Los precios de la energía subieron un 1,6% en julio con respecto a junio, tras un aumento del 1,5% en junio con respecto a mayo. Los precios de la gasolina subieron un 2,4% el mes pasado, después de subir un 2,5% el mes anterior. Ambas categorías cayeron abruptamente el año pasado durante la pandemia y se han disparado este año.

Los republicanos han criticado las políticas energéticas del presidente Biden y el aumento de los precios del combustible, señalando decisiones como la cancelación del oleoducto Keystone XL como indicaciones de que la administración de Biden se ha alineado con los intereses ambientales por sobre los de las compañías de petróleo y gas.

El senador John Cornyn (Republicano, Texas) afirmó después de la declaración de Sullivan que “rogar a los saudíes que aumenten la producción mientras la Casa Blanca, por detrás, le ata una mano a las empresas energéticas estadounidenses es patético y vergonzoso”.

Biden afirmó en declaraciones en la Casa Blanca el miércoles que los precios promedio de la gasolina son más bajos que en períodos anteriores, pero “todavía son lo suficientemente altos como para crear una presión sobre las familias trabajadoras”.

Las administraciones estadounidenses anteriores han pedido a los miembros clave de la OPEP que aumenten la producción en momentos de altos precios del petróleo, a veces con éxito.

Los delegados de la OPEP afirmaron el miércoles que no veían la necesidad de recuperar la producción de petróleo más rápido. Los funcionarios saudíes dijeron que estaban confundidos por la postura de la administración de Biden, que busca reducir el consumo de petróleo, mientras le pide a la OPEP que bombee más.

“¿No que aboga (Biden) sobre el cambio climático y el impacto del petróleo en el medio ambiente?” preguntó un funcionario petrolero saudita. “¿Cómo es que ahora están pidiendo más?”

Otros delegados también dijeron que al mundo aún le falta para pasar la página de la pandemia.

“La variante Delta todavía está ahí”, afirmó un representante de un país africano de la OPEP, refiriéndose a una cepa del virus covid-19 que ha devastado a India y China, los consumidores de petróleo de más rápido crecimiento en el mundo. “Todavía no estamos fuera de peligro en lo que respecta a la pandemia”.

Los delegados de la OPEP también advirtieron que los precios más bajos del petróleo podrían obstaculizar el gasto en proyectos de petróleo y gas, lo que a su vez podría provocar un aumento mayor de precios en el futuro, particularmente en un momento en que las grandes compañías petroleras ya están bajo presión para recortar las inversiones en combustibles fósiles en respuesta al cambio climático.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que el impulso público para que la OPEP aumente la producción “debe ser una conversación continua y permanente y debemos plantear este tema en público y, ciertamente, en la comunidad global”.

Las compañías petroleras estadounidenses han hecho recientemente un cambio estratégico, pasando de centrarse en bombear cantidades cada vez mayores de petróleo a gastar el dinero suficiente para mantener plana su producción.

El cambio comenzó antes de la pandemia, ya que los inversionistas privaron de capital a la industria tras años de escasos rendimientos. Habían presionado a las empresas para que usaran efectivo para saldar deudas y devolver más dinero a los accionistas. Luego, la pandemia dejó a los productores de esquisto (una roca de la que se extrae material para la fabricación del petróleo) luchando por ahorrar dinero.

Cuando los precios del petróleo se volvieron negativos durante lo peor de la recesión económica inducida por el virus en la primavera (boreal) de 2020, las empresas de esquisto cerraron miles de pozos, reduciendo la producción del país a su nivel más bajo desde finales de 2017. Si bien se ha recuperado de forma irregular llegando a 11,2 millones de barriles por día a mayo del 2021, todavía está un 13% por debajo de los niveles previos a la pandemia, según la Administración de Información de Energía.

Los ejecutivos de las compañías de esquisto han dicho que no esperan que la producción de Estados Unidos alcance niveles pre pandémicos durante varios años, si es que lo llega a hacer alguna vez.

La Casa Blanca también le pidió a la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés) en una carta que usara “todas sus herramientas disponibles” para monitorear el mercado de gasolina de Estados Unidos y así tomara medidas contra “cualquier conducta ilegal que pueda estar contribuyendo a aumentos de precios para los consumidores en las bombas de bencina”.

“Con su conjunto de herramientas para monitorear los precios de la industria, revisar la actividad de fusiones y adquisiciones, realizar estudios de mercado e investigar la manipulación del mercado y las prácticas anticompetitivas, la FTC está bien posicionada para liderar el esfuerzo de evaluar lo que está sucediendo en el mercado de la gasolina de Estados Unidos y así tomar las medidas necesarias para abordar la conducta ilegal “, escribió el director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, en la carta a la presidenta de la FTC, Lina Khan.

La carta instaba a la FTC a unirse al Departamento de Justicia, la Comisión Reguladora de Energía Federal, la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos y los fiscales generales estatales en el esfuerzo.

—Collin Eaton contribuyó a este artículo.

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