La columna de Esteban Polidura: “El cobre bajo presión: los efectos de la escalada de aranceles”

La columna de Esteban Polidura: El cobre bajo presión: los efectos de la escalada de aranceles

Las medidas erráticas han provocado una incertidumbre comercial récord y un aumento de los volúmenes de importación de Estados Unidos, esto debido a posibles aumentos de los aranceles.



Estados Unidos puso en vigor aranceles a las importaciones procedentes de México, Canadá, y China. Un análisis realizado por The Wall Street Journal junto con Moody’s, que aplica aranceles del 25% a las importaciones procedentes de México y Canadá, en línea con el anuncio de Trump, y del 10% a todos los demás, muestra que los precios de venta en Estados Unidos pueden subir desde menos del 1% hasta el 10%, dependiendo del producto.

¿Por qué la diferencia? Porque los aranceles no son el único factor en juego. Los cambios de moneda, la disponibilidad de alternativas y las estrategias de precios de productores e importadores también influyen. Todo esto afecta al “pass-through” (la cantidad de arancel que llega al consumidor). Dicho esto, Julius Baer estima que el valor anual de las importaciones estadounidenses afectadas por los aranceles de la administración Trump subiría de menos de 500 billones de dólares a casi 1,500 billones de dólares.

Las medidas erráticas han provocado una incertidumbre comercial récord y un aumento de los volúmenes de importación de Estados Unidos, esto debido a posibles aumentos de los aranceles. El pronóstico de crecimiento del PIB más reciente de la Reserva Federal de Atlanta para el primer trimestre de 2025 cayó del +2.3% al -1.5%, basado en estimaciones de importación más altas. Las estimaciones alternativas muestran un ajuste menos dramático.

A esto hay que agregar que se avecinan más amenazas arancelarias de Trump. Entre ellas se incluyen los aranceles anunciados sobre el acero y el aluminio que entrarán en vigor el 12 de marzo, y los aranceles amenazados sobre el cobre, que son proteccionistas y es probable que persistan. Los aranceles generalizados del 10% al 25% siguen siendo una amenaza con un cronograma menos tangible, mientras que los aranceles recíprocos y los aranceles diseñados para evitar que las empresas estadounidenses paguen el impuesto a los servicios digitales se están explorando en virtud de una orden ejecutiva.

Con respecto al cobre, la semana pasada Trump ordenó una investigación sobre las importaciones de este metal por motivos de seguridad nacional. Es la misma lógica que aplicó en 2018, cuando impuso aranceles del 25% a las importaciones de aluminio y acero con base en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962. El hecho es que la dependencia de las importaciones de cobre de Estados Unidos ha aumentado significativamente durante la última década, a pesar de la disminución del consumo interno estadounidense.

A juzgar por el episodio anterior de aranceles de la Sección 232, las posibilidades de éxito de Trump parecen bastante escasas. Los aranceles de 2018 no lograron reducir significativamente la dependencia de las importaciones de Estados Unidos tanto de aluminio como de acero. Para reducir su dependencia de las importaciones de cobre, Estados Unidos podría expandir sus industrias nacionales de fundición, refinación y reciclaje. También podría desarrollar algunos de sus depósitos de cobre sin explotar, como los ubicados en Arizona y Alaska.

Ninguna de las opciones sería una solución rápida para reducir la dependencia de las importaciones de Estados Unidos. La construcción de un nuevo complejo de fundición y refinación lleva entre 3 y 6 años, en comparación con los 8 y 12 años que lleva desarrollar una mina nueva. Por lo tanto, en caso de que se impongan los aranceles, Julius Baer no espera ningún impacto significativo en el mercado mundial del cobre. Julius Baer mantiene su postura Neutral sobre el cobre por ahora.

El autor de esta columna es especialista Global de Inversiones, Julius Baer.

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