La columna de Gabriel Cestau: “La espuma derramada”

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La columna de Gabriel Cestau sobre las tasas de reemplazo

"La tasa de reemplazo siempre es más baja cuando se calcula sobre los últimos salarios en un país donde las remuneraciones crecen, y, segundo, las tasas de reemplazo son más bajas en todos los casos cuando los salarios aumentan más rápido".


Qué rico es tomarse una cerveza bien fría después de un caluroso día de trabajo. Eso sí, hay que tener cuidado al servirla, porque si lo hacemos muy rápido sube mucha espuma hasta derramarse del vaso. Un poco así nos pasa con el sistema de pensiones. En las últimas cuatro décadas nuestro país creció a un ritmo acelerado, lo que hizo que el PIB per cápita se multiplicara 2,8 veces y las remuneraciones reales 2,4 veces. Esto es algo positivo en casi todo sentido, pero arruina algo que en el mundo previsional nos importa mucho: las tasas de reemplazo.

Voy a tratar de explicarlo en simple: si tu pensión es de $500 mil y tu renta siempre fue de $1 millón, la tasa de reemplazo es de 50%, da lo mismo si la comparas con tus ingresos de toda la vida laboral o solo sobre la última remuneración. En contrapartida, si recibes la misma pensión, pero a lo largo de los años lograste duplicar tus ingresos, la tasa de reemplazo será de 33% al calcularla sobre toda la vida laboral y de solo 25% al calcularla sobre el último salario.

¿Esto quiere decir que el crecimiento de los salarios arruina el sistema de pensiones? Falso, solo arruina el análisis hecho con las tasas de reemplazo, pero no las pensiones en sí mismas. En efecto, si el salario hubiera crecido más lento, y en lugar de llegar a $2 millones se hubiera quedado en $1,5 millones, la tasa de reemplazo sería de 66% sobre toda la vida laboral y de 33% sobre el último salario; más elevadas que en el caso anterior, pero con salarios más bajos. En todos estos ejemplos mantuve la pensión en $500 mil, pero, en realidad, el análisis es un poquito más complejo porque al aumentar más lento los salarios, el ahorro también es menor y eso afecta negativamente a la pensión.

El último estudio del Observatorio Perspectivas muestra cómo las tasas de reemplazo se han visto afectadas por el crecimiento de los salarios. La primera constatación es que los ingresos laborales en Chile han crecido mucho más rápido que en otras partes. Por ejemplo, el crecimiento de las últimas cuatro décadas fue de 2,1% anual en Chile y de solo 1,4% en la OCDE. Asimismo, como todo promedio, este tiene variaciones entre grupos más pequeños; por ejemplo, los ingresos de las mujeres crecieron 2,7% anual y los de los hombres 1,6%. También se pueden tomar casos “concretos” como una profesora o un maestro de la construcción, cuyos salarios se expandieron a una tasa de 3,1% y 2,4% anual, respectivamente. Los resultados muestran que la tasa de reemplazo de la primera es de 45,2% al calcularla sobre el último año de salarios y sube hasta 69% vista desde toda la vida laboral. En el caso del maestro de la construcción, los resultados son 57,1% y 87,6%, respectivamente.

A partir de lo anterior, se pueden observar dos hechos: primero, la tasa de reemplazo siempre es más baja cuando se calcula sobre los últimos salarios en un país donde las remuneraciones crecen, y, segundo, las tasas de reemplazo son más bajas en todos los casos cuando los salarios aumentan más rápido.

El estudio también muestra que, si los salarios de la profesora y del maestro hubieran crecido solo 1,4% anual, como en el caso de la OCDE, las tasas de reemplazo serían más altas, pero las pensiones serían 21,3% y 12,8% más bajas, respectivamente, como consecuencia del menor ahorro que habrían logrado. Es decir, la tasa de reemplazo figura como más alta, pero a costa de una menor pensión.

*el autor de la columna es director ejecutivo Observatorio Perspectivas

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