La columna de Gonzalo Larraguibel: “Inteligencia Artificial: apurando el paso desde las bases de las organizaciones”
"Sorprende la desconexión de ciertos líderes que aún lo ven como algo lejano y que no cuentan con estrategias que incluyan la IA como un eje crítico"
Hoy es imposible ignorar los vertiginosos avances en Inteligencia Artificial (IA), cuyos nuevos modelos y aplicaciones crecen exponencialmente, mientras que al procesamiento generativo de texto e imágenes se suman nuevas soluciones como los asistentes virtuales, por ejemplo.
Si ya hay unos 100 millones de programadores de código en el mundo, con la aparición de asistentes virtuales que son capaces de generar códigos por sí mismos, se espera multiplicar este número por 10 en los próximos 5 años, lo que generará un desarrollo aún más exponencial que el visto hasta ahora. En paralelo, el ecosistema de startups alrededor de las grandes tecnológicas ha alcanzado magnitudes nunca antes vistas, lo que junto al desarrollo de procesadores específicos a esta tecnología, acrecentarán su velocidad y disrupción.
No obstante, a pesar de lo anterior y considerando que análisis de consultoras como IDC proyectan un ROI de 3X para proyectos de IA impulsados en Chile, sorprende la desconexión de ciertos líderes que aún lo ven como algo lejano y que no cuentan con estrategias que incluyan la IA como un eje crítico. De hecho, un estudio de Microsoft sostiene que muchos cambios los están haciendo los propios colaboradores de forma individual, y no por esfuerzos institucionales colectivos.
En este contexto, algunas buenas prácticas para aprovechar el momentum innovador de las personas incluyen: Entregar a los colaboradores herramientas, por ejemplo, asistentes virtuales como Copilot, para experimentar y aprender; incentivar programas de formación en IA y sus temas afines, con módulos de capacitación que sumen competencias en el tiempo; agilizar decisiones para las soluciones que surjan, incluyendo reconocer e incentivar a quienes generen valor basado en IA; promover e incorporar talentos con conocimiento en estas materias, incluyendo el gobierno corporativo; identificar y potenciar a los talentos internos que tengan la actitud de explorar con IA; promover una cultura de experimentación de IA, con espacios para probar soluciones y aprender, sin temor al error; crear alianzas u otros modelos de negocio que permitan adherir nuevos socios estratégicos en las cadenas de valor, de suministro y de experiencia de clientes; Establecer directrices de estructura y gobernanza de datos y de ciberseguridad, con reglas del juego claras; y avanzar con fuerza en cambios organizativos que con el cliente y la eficiencia en el centro fomenten la colaboración, el trabajo en equipo, la integración de procesos transversales, las alianzas con pares improbables y el uso de analítica avanzada.
En paralelo, es clave avanzar hacia una visión estratégica institucional de largo plazo, siendo necesario generar planes con la IA como un eje explícito.
En un contexto de incertidumbre permanente y constante disrupción, parece clave desatar y fortalecer todas las capacidades creativas y el talento de la organización. ¿Está usted abierto(a) a confiar y “dejar hacer y explorar la IA en múltiples focos” a las personas de su organización?
*El autor de la columna es socio en Virtus Partners
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