La columna de Gonzalo Said: Volver a crecer pasa por volver a creer

La escalada de muertes y asesinatos en Chile en los últimos días nos ha dejado perplejos y nos recuerda que nuestro país, lejos de seguir desacoplándose de la realidad latinoamericana, cada día parece mimetizarse con la situación y complejidades que tienen otros países de la región. Salir de este espiral de decadencia económica y social es un imperativo que debe ser empujado por todos los actores de la sociedad.

Es por esto que hace pocos días, desde SOFOFA planteamos un objetivo ambicioso pero alcanzable: volver a un crecimiento económico del 4%. Para eso propusimos un plan estratégico centrado en seis pilares fundamentales, cada uno diseñado para atacar las principales barreras que frenan nuestro desarrollo económico.

Para que Chile vuelva a crecer al 4%, es imprescindible que recuperemos nuestra competitividad. Propuestas como la reducción del impuesto de primera categoría del 27% al 23% y la disminución del impuesto total sobre el capital al 35% son pasos en la dirección correcta. Estas medidas no solo atraerán más inversiones, sino que también permitirán a las empresas reinvertir en sus operaciones, generando más empleo y dinamizando la economía.

Además, la certeza jurídica y la agilidad en la tramitación de permisos sectoriales son esenciales para fomentar un entorno favorable a la inversión privada. En este sentido, debemos avanzar en reformar el sistema político y asegurar que las regulaciones -como por ejemplo las laborales, ambientales, etc- sean consistentes con este objetivo de volver a crecer de manera acelerada.

Otro elemento fundamental es nuestra vocación exportadora. El comercio exterior ha sido históricamente uno de los motores de nuestra economía. Reposicionar la importancia de las exportaciones, abrir nuevos mercados y promover la exportación de servicios son tareas fundamentales para aumentar el peso de nuestras exportaciones en el PIB. Este esfuerzo requiere una colaboración estrecha entre el sector público y privado para identificar y aprovechar nuevas oportunidades de negocio en el contexto global.

La diversificación de nuestra matriz productiva, especialmente a través de industrias emergentes como la del litio y el hidrógeno verde, es crucial para incrementar nuestra producción y competitividad en el corto plazo. La empresa privada tiene un papel central en esta transformación, y su participación activa es vital para el desarrollo de estas nuevas industrias que prometen ser pilares del crecimiento futuro de Chile.

No podemos hablar de crecimiento económico sin un entorno seguro y estable. Es lamentable que algo que considerábamos básico, hoy se encuentra bajo amenaza. Es urgente aplicar una mirada sistémica, que involucre a todos los actores y que recoja las mejores prácticas internacionales, adaptándolas a nuestra realidad local. Una sociedad segura atraerá inversiones, fomentará el turismo y, en última instancia, contribuirá a un crecimiento económico sostenido.

Las empresas no solo deben ser motores de crecimiento económico, sino también agentes de cambio social. Levantar evidencia del impacto positivo de las empresas en la sociedad y su compromiso con el futuro de Chile es esencial para construir una mirada que destaque la importancia del sector privado en el desarrollo del país. Este compromiso social refuerza la legitimidad y la aceptación de las iniciativas empresariales, creando un círculo virtuoso de desarrollo económico y bienestar social.

Chile merece mucho más que la lamentable condición de estancamiento económico y descomposición social en la que estamos insertos. Desde SOFOFA, creemos que el primer paso para volver a ponernos de pie es plantearnos metas ambiciosas que sean compartidas por todos. En otras palabras, volver a creer en Chile.

El autor de esta columna es vicepresidente de SOFOFA.