La columna de Hernán de Solminihac: “Conectividad, ingeniería y turismo: un legado del puente Chacao

Puente-Chacao
La columna de Hernán de Solminihac: “Conectividad, ingeniería y turismo: un legado del puente Chacao

"El proyecto no solo se enfoca en el presente, sino también en el futuro, destacando la formación de capital humano en el Ministerio de Obras Públicas y las empresas que participan en el proyecto".



En el sur de Chile, el puente Chacao está tomando forma como una de las obras de infraestructura más emblemáticas y esperadas de la región. Su construcción alcanza un 48% de avance, y no solo promete transformar la conectividad entre la isla de Chiloé y el continente, sino que también traerá consigo un impacto económico, social y cultural significativo. Esta mega obra actuará como un catalizador para el desarrollo regional, el turismo y la formación de capital humano especializado, convirtiéndose en un símbolo de progreso y modernidad para el país.

Un hito próximo es la culminación de la pila sur en febrero, momento en el que el puente colgante alcanzará su máxima altura de 157 metros, simbolizando no solo un avance técnico, sino la capacidad de la ingeniería nacional e internacional para enfrentar grandes desafíos. Las condiciones climáticas adversas y las particularidades del mar en la zona han impulsado innovaciones, como el desarrollo del cemento Chacao, un hormigón especial diseñado para asegurar la solidez de la estructura.

El impacto del puente Chacao sobre la conectividad es indiscutible. Una vez operativo en 2028, reducirá los tiempos de viaje entre Chiloé y el continente. Esta mejora no solo beneficiará a los habitantes de la isla, sino que también potenciará la logística y el transporte de bienes, favoreciendo la competitividad de los sectores productivos locales. Además, la obra impulsará el turismo, facilitando el acceso a Chiloé, un destino conocido por su riqueza cultural, gastronómica y natural.

En términos económicos, el puente Chacao generará un impacto significativo. Durante su construcción, ha movilizado una amplia cadena de suministros, incluidos materiales provenientes de Asia y Europa, que requieren complejas coordinaciones logísticas. Este dinamismo económico se trasladará al sector terciario una vez que el puente entre en operación, impulsando el comercio, el turismo y el empleo en la región.

El proyecto no solo se enfoca en el presente, sino también en el futuro, destacando la formación de capital humano en el Ministerio de Obras Públicas y las empresas que participan en el proyecto. Iniciativas como el “Tour de la Construcción” de la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), ha permitido que futuros ingenieros tengan una experiencia formativa directa en la construcción de grandes obras visitando este imponente proyecto. Además, el Magíster en Administración de la Construcción UC (MAC UC), en colaboración con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), refuerza la especialización en infraestructura, formando profesionales que lideren proyectos de gran envergadura.

El puente también ha inspirado una nueva forma de hacer turismo, el turismo de infraestructura. Las visitas guiadas a esta obra monumental no solo despiertan el interés de estudiantes y profesionales, sino también de turistas curiosos por conocer los detalles de su construcción. Este tipo de iniciativas podría consolidarse como una actividad complementaria al turismo tradicional, destacando la ingeniería como un atractivo más del sur de Chile.

A quienes viajarán durante este período estival por el sur del país, aprovechen la oportunidad de compartir una postal de esta mega obra que vivirá este verano un nuevo hito en su máxima altura, un paso más hacia un futuro más conectado, competitivo y sustentable para el país.

*El autor de la columna es profesor titular de Ingeniería UC, miembro de Clapes UC y presidente del Colegio de Ingenieros de Chile

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