La columna de Javier Vega: “Debilidad crónica”

El FMI dice que persiste el riesgo de descontento social en Chile por las demandas insatisfechas y el deterioro de la seguridad
La columna de Javier Vega: “Debilidad crónica”

"El próximo año promete ser más de lo mismo: crecimiento en torno al 2%, marcado por el ruido electoral y la falta de consensos en temas trascendentales".



Cada año que pasa en Chile parece dejarnos el sabor extraño de las expectativas incumplidas. En 2024, el crecimiento económico apenas superará el 2%, un alivio comparado con el magro 0,2% del año pasado, pero aún insuficiente. Este resultado nos devuelve al promedio de la última década (1,9%), dejando al país rezagado frente al promedio global del 3%. En otras palabras, seguimos atrapados en un ritmo de expansión que difícilmente satisface a alguien.

El estancamiento de la inversión es uno de los problemas estructurales que permanece sin solución. Este año, registraremos la segunda caída consecutiva, una señal clara de que la burocracia asociada a los permisos, la baja certeza jurídica, las altas tasas impositivas, el aumento de los costos laborales y las débiles tasas de ahorro están impactando la atracción de inversiones productivas. Sin estas, no hay un motor sólido que impulse el crecimiento.

El empleo también está lejos de alcanzar niveles satisfactorios. Aunque la creación de nuevos puestos de trabajo ha superado el 2% anual durante varios meses, la tasa de ocupación aún no regresa a los niveles previos a la pandemia, y el desempleo persiste por encima del 8%, un nivel históricamente alto. Las rigideces regulatorias y el incremento en los costos laborales están retrasando la recuperación del mercado laboral.

En materia inflacionaria, los avances han sido parciales. Después de reducir la inflación anual desde un 14,1% en agosto de 2022 hasta un prometedor 3,2% en marzo de este año, las expectativas se frustraron. El ajuste de tarifas eléctricas, postergado desde la pandemia, y otros factores volvieron a empujar la inflación, que cerrará 2024 con una variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estimada en 4,8%.

No todo ha sido negativo. Donde hemos tenido mejores noticias es en el desempeño del comercio exterior, ya que según las proyecciones del último Informe de Política Monetaria (Ipom), las exportaciones de bienes y servicios -a precios encadenados- anotarán un alza de 5,6%, el mejor desempeño en 17 años. Esto se explica por un fuerte salto en las exportaciones mineras y de servicios las que, al tercer trimestre, anotaban un alza anual de 5,7% y 18,4%, respectivamente.

El año cerrará sin un acuerdo en materia previsional, un tema que se ha vuelto clave tanto por las expectativas ciudadanas, como por sus efectos colaterales en temas clave como el ahorro y la fortaleza del mercado de capitales. Es una lástima que, habiendo estado tan cerca de alcanzar una solución razonable, la falta de liderazgo político y el exceso de ideologismo dejen sin resolver el tema previsional.

Con la información disponible, el próximo año promete ser más de lo mismo: crecimiento en torno al 2%, marcado por el ruido electoral y la falta de consensos en temas trascendentales.

La realidad chilena se asemeja a un corredor que alguna vez brilló en competencias internacionales, pero que ahora lucha con una lesión persistente y que se niega a aceptar su nueva realidad. La mayoría de los chilenos no se resigna a seguir empantanados en crecimientos bajos y sin avances sustantivos. La pregunta crucial es si lograremos dejar atrás esta lesión que, dado el tiempo, amenaza con volverse crónica.

*El autor de la columna es socio de Mirada Externa

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