La columna de Matías Concha: “Emit Flesti: Reflexionando con el invitado de piedra”
"En lo fundamental, la discusión constitucional no es una batalla fraticida por ver quién plasma mejor sus convicciones en este momento, sino la construcción de un marco fundamental de principios para que en el tiempo podamos desarrollar y promover un camino de bien común.".
“Time Itself” leído al revés (tiempo en sí mismo), es el juego de palabras con el que el director Alemán Wim Wenders personificó por medio de William Dafoe en la película “Tan lejos tan cerca” el incomprensible y fundamental rol del tiempo para que un ángel pueda entender sobre su verdadera condición y naturaleza en un histórico marco de reunificación alemana en el Berlín de los 90.
Si bien se acepta que todo fruto requiere de tiempo para poder madurar adecuadamente, hoy en día nos enfrascamos en discusiones sobre una serie de temáticas de políticas públicas, en donde incomprensiblemente olvidamos el fundamental aporte que ejerce el tiempo en poder dar forma a una mejor propuesta. Entre otros grandes desafíos de política pública, la temática constitucional, ambiental y jubilación asoman como 3 elementos en que desde caminos distintos y con una perspectiva de tiempo adecuada sí podrían convertirse en grandes polos de unión.
En lo fundamental, la discusión constitucional no es una batalla fraticida por ver quién plasma mejor sus convicciones en este momento, sino la construcción de un marco fundamental de principios para que en el tiempo podamos desarrollar y promover un camino de bien común. Si bien se ha trabajado arduamente por medio de expertos y consejeros elegidos, en esta recta final el sector político que dé las mejores señales de ceder para rescatar los principios fundamentales, quedará con la mejor posición para posteriormente construir una mayoría de gobernabilidad que permita finalmente complementar los detalles legales y normativos para implementar adecuadamente una nueva constitución.
En una arena tan crítica y fundamental como la ambiental, se enfrentan las pasiones de aquellos que defienden a la naturaleza con los gestores del cambio cuando lo que hay que promover es el mejor camino para una sostenibilidad ambiental, social y económica. El camino de defensa de la naturaleza de evaluaciones ambientales largas e inciertas unido a la construcción de una necesaria, pero incierta institucionalidad sin un marco conductor (PROTs, Zonificación Costera, Consejos de Cuenca, Litio, Biodiversidad) requiere armonizar y no bloquear a la inversión verde. Este bloqueo va en contra del urgente llamado de Naciones Unidas para actuar ahora y sólo favorece un status quo que afecta fuertemente al medio ambiente hipotecando el desarrollo pleno de las futuras generaciones.
Finalmente, el gran problema de la jubilación se orienta como si con una varita mágica se pudiera solucionar todo por decreto ahora cuando la solución se logra definiendo un umbral mínimo, pero siempre en un entorno de mayor crecimiento en el tiempo. El minuto que prioricemos erradicar la informalidad como un flagelo y logremos promover la imperiosa necesidad de generar una cruzada de crecimiento con mejores sueldos y condiciones, tendremos un aporte decreciente del estado en el tiempo y un problema menos legado a nuestros hijos.
En cada uno de los ejemplos, hemos presenciado bizantinas discusiones que apuntan a tener una garantía escritas de mejorar en cada uno de los puntos ahora, pero al igual que la obra de Wim Wenders, el “invitado de piedra” que es el tiempo mismo (Emit Flesti) muchas veces nos orienta a sintonizar una discusión y reflexión adecuada. El tiempo no debe ser visto como la frustración de no poder dejar plasmada una solución en el presente, sino como la configuración del mejor camino para que la promoción de la política pública perdure por varias generaciones más. Para legarle un mejor país a nuestros hijos, es hora de dejar de mirar al tiempo como una figura decorativa y trabajar ese concepto en serio en función de una solidaridad intergeneracional que necesariamente debemos hacernos cargo el día de hoy.