La remuneración de los trabajadores a nivel mundial no ha seguido el ritmo de la inflación

A menudo, los trabajadores no recuperan el poder adquisitivo perdido en periodos de alta inflación. Foto: Peter Morgan/ AP

La caída del poder adquisitivo podría invertirse este año si los precios suben más lentamente. El poder adquisitivo de los trabajadores -su salario promedio ajustado a la inflación- fue menor el año pasado que en 2019, antes de la pandemia.


El crecimiento salarial en todas las economías avanzadas se está estabilizando o disminuyendo desde niveles elevados. Para los bancos centrales son buenas noticias: No hay indicios de una espiral en la que los salarios empujen al alza los precios, que a su vez empujan de nuevo al alza los salarios. Esto hace más probable que la inflación disminuya sin un aumento significativo del desempleo.

Para los trabajadores, sin embargo, es menos positivo. Los salarios subieron más de prisa el año pasado que en los dos anteriores, pero no tanto como los precios en las principales economías avanzadas, según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo. El poder adquisitivo de los trabajadores -su salario promedio ajustado a la inflación- fue menor el año pasado que en 2019, antes de la pandemia, según el informe. Así, a pesar de la fuerte demanda de trabajadores y el desempleo ultrabajo, la participación de la mano de obra en la producción económica se redujo en muchas economías avanzadas.

En EE.UU., el crecimiento de los salarios nominales -sin ajustar a la inflación- se ha ralentizado bruscamente desde mediados del año pasado, según diversos indicadores. Los ingresos promedio por hora de los trabajadores no agrícolas del sector privado aumentaron un 4,4% en los 12 meses transcurridos hasta enero, por debajo del 5,6% del pasado mes de marzo y menos que la subida del 6,4% de los precios al consumo en el año transcurrido hasta enero.

En Europa, el crecimiento promedio de los salarios en seis países se redujo al 4,9% en diciembre, frente al 5,2% de noviembre, según un informe del banco central irlandés y la empresa de contratación Indeed, que realiza un seguimiento de los salarios anunciados en millones de ofertas de empleo en línea. La inflación en la eurozona terminó el año en el 9,2%.

En Canadá, el director del Banco Central, Tiff Macklem, destacó la moderación del crecimiento salarial para explicar la reciente decisión del banco de suspender las subidas de las tasas de interés tras elevar su tipo de referencia al 4,5%, el nivel más alto en 15 años.

“El crecimiento salarial se sitúa actualmente entre el 4% y el 5% y parece haberse estabilizado dentro de ese rango... El riesgo de una espiral de precios y salarios ha disminuido”, declaró Macklem.

Los economistas han observado que el crecimiento salarial tiende a ir por detrás, no por delante, de la inflación, ya que los trabajadores y los empresarios ajustan sus expectativas salariales a los precios que han experimentado. Así, el reciente descenso del crecimiento salarial podría reflejar, con retraso, el hecho de que la inflación alcanzó su punto máximo en torno al verano y el otoño del año pasado en las principales economías, como EE.UU. y la zona euro, y que desde entonces ha descendido, a medida que los precios de la energía caían bruscamente y se relajaban las presiones de la cadena de suministro mundial.

Pero, ¿por qué los salarios nunca alcanzaron a la inflación? Una de las razones es que los salarios tienden a ser rígidos y cambian con relativa lentitud durante meses y años, mientras que los precios pueden cambiar más rápidamente. Por su parte, las empresas pueden ser reacias a subir los salarios de forma agresiva, ya que recortarlos más tarde sería perjudicial para la moral.

Según Andrea Garnero, economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la ralentización del crecimiento económico y la amenaza de despidos podrían estar moderando las demandas de los trabajadores. Los sindicatos europeos están más preocupados por la seguridad del empleo que por los salarios.

Las demandas salariales de los trabajadores han sido razonables en parte porque sus ingresos se vieron respaldados por las ayudas públicas durante la pandemia y la crisis energética, dijo Gabriel Makhlouf, gobernador del Banco Central de Irlanda. “La gente entiende que puede empeorar las cosas si exige un mal acuerdo salarial”, sostuvo en una entrevista.

Y lo que es más importante, el número de trabajadores, que se redujo en los primeros meses de la pandemia, está repuntando en muchas economías avanzadas, lo que contribuye a aliviar la escasez.

Algunos trabajadores que abandonaron la población activa durante la pandemia se están viendo tentados a volver a medida que los ahorros de la pandemia disminuyen y se ven mermados por la inflación. Según el Departamento de Trabajo de EE.UU., casi el 83% de los estadounidenses de entre 25 y 54 años trabajan o buscan trabajo activamente, lo que equivale aproximadamente a la tasa anterior a la pandemia. Mientras que alrededor del 86,5% de los europeos del mismo rango etario tienen trabajo o lo buscan activamente, un punto porcentual por encima de los niveles prepandémicos. El Reino Unido destaca por un descenso de la participación en la población activa, unido a un crecimiento salarial inusualmente fuerte, lo que sugiere que la escasez de trabajadores podría estar provocando un aumento de los salarios.

La inmigración también ha repuntado con fuerza en los últimos meses, alcanzando niveles récord en Canadá, España y Alemania, mientras algunos gobiernos intentan compensar las carencias durante la pandemia.

En EE.UU., la migración internacional neta añadió más de un millón de personas a la población en el año hasta mediados de 2022, según la Oficina del Censo. De acuerdo a Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management, los trabajadores inmigrantes podrían haber contribuido a impulsar el fuerte aumento de 517.000 puestos de trabajo no agrícolas registrado en enero y a mantener moderada la inflación salarial. Las mismas fuerzas podrían estar en juego en Europa.

La historia sugiere que los trabajadores no suelen recuperar las pérdidas ocasionadas por una inflación elevada. En Estados Unidos, los periodos de alta inflación fueron, en general, momentos de menor crecimiento de los salarios reales, según un estudio del Banco de la Reserva Federal de St. Louis. En Australia, la elevada inflación de los años 70 y 80 provocó pérdidas de ingresos reales para los trabajadores, según el Banco Central del país.

Pero hay razones para pensar que los salarios reales podrían recuperarse pronto. El crecimiento salarial sigue siendo el más rápido en al menos una década en toda una serie de economías avanzadas. Podría mantenerse elevado a medida que avanza la negociación salarial.

En ausencia de una profunda recesión, el desempleo podría mantenerse lo suficientemente bajo como para preservar cierto poder de negociación de los trabajadores. La oferta de mano de obra se ve limitada por el envejecimiento de la población en las economías avanzadas y el aumento de las ausencias por enfermedad, a menudo Covid-19. Además, los mercados apuestan a que la inflación caerá rápidamente este año en las economías avanzadas.

De ser así, podría descender por debajo del crecimiento salarial, con lo que los salarios reales aumentarían, junto con la parte de la torta económica correspondiente a los trabajadores.

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