Larroulet responde a Mazzucato por “muerte del neoliberalismo”: “No puede ser. No podemos permitir que se vuelva atrás (...) después de un período de buenas políticas”

Cristián Larroulet

El economista de la Universidad de Chicago, exministro Segpres y exjefe del segundo piso de los gobiernos de Sebastián Piñera, rebatió a la economista ítalo estadounidense, apuntando, entre otras cosas, al crecimiento económico del país y a la reducción de la pobreza que se dieron en periodos en los que se aplicaron políticas económicas liberales.


En el marco del lanzamiento de la revista Átomo -de la Fundación Para el Progreso (FPP)- en su octava edición, dedicada a analizar el concepto de neoliberalismo, Cristián Larroulet, economista de la Universidad de Chicago y exministro Sepgres y jefe del segundo piso de los gobiernos de Sebastián Piñera, junto a la académica de la UAI, María José Naudón, discutieron acerca de los planteamientos de la economista Mariana Mazzucato sobre el neoliberalismo en Chile y las razones del descontento social desde una perspectiva económica, entre otros temas.

Parte importante de la conversación estuvo dirigida a cuestionar la idea planteada por Mazzucato, actualmente de visita en el país, de que Chile está siendo visto como un experimento para “matar el neoliberalismo”. En ese sentido, Larroulet aseguró que “para contestar ese comentario de que hay que matar la economía de tradiciones liberales clásicas y volver, no lo dice explícitamente, a lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XX, yo digo lo siguiente: no puede ser. Y no podemos permitir que se vuelva atrás. Después de un período, y de un aprendizaje, del funcionamiento de buenas políticas como el que hemos vivido en estos períodos”.

Para refutar a Mazzucato, el ahora académico de la Universidad del Desarrollo señaló que en los momentos históricos en los que se han implementado políticas económicas basadas en ideas liberales, se dio el mayor crecimiento económico de la historia del país. “También, el mayor avance en la reducción de la pobreza por lejos en nuestra historia: 56% en el año 1990, 8% en el año 2017, que es la última encuesta Casen”, agregó.

Asimismo, el economista destacó el Índice de Desarrollo Humano, mencionando que Chile ocupa el puesto número uno de América Latina, y el tema de la distribución del ingreso. Sobre esto último, se refirió al Índice de Gini -indicador que mide la desigualdad en el mundo- afirmando que “si ustedes miran la cifra de distribución del ingreso después de un período en que se mantuvo más o menos estable, hoy día hay una reducción sustantiva. El Índice de Gini pasó de 0,56 a aproximadamente 0,45. Una sustancial mejoría en estos años”.

Finalmente, sobre la idea de “matar el neoliberalismo”, el economista de la Universidad de Chicago afirmó que “si es que se trata de volver a cerrar la economía o retroceder en la apertura, como se está proponiendo engañosamente, a través de no firmar el TPP11, a eso le digo no. Si se está intentando acabar o debilitar la autonomía del Banco Central y la disciplina fiscal, como se propuso en la propuesta de nueva Constitución, a eso también hay que decirle que no. Si se busca debilitar el derecho de propiedad al cuestionar el concepto de la indemnización e introducir el concepto de precio justo, también hay que decir que no”.

“En suma, no hay duda de que hay muchísimo por hacer. No hay duda que se han cometido muchos errores de política económica. Hay que avanzar en todos estos campos, pero Chile ya cayó en la trampa del ingreso medio a mediados del siglo pasado. No podemos cometer el error de tropezar dos veces en la misma piedra”, concluyó.

Estallido social

Al ser consultado por el momento actual del país en términos sociales y el por qué del estallido social pese a los indicadores económicos positivos que mencionó, Larroulet sostuvo que, entre otras razones, hay una causa de índole económica.

Sobre aquello, el economista aseguró que la sociedad chilena experimenta una situación de frustración y que la causa económica se debe, “fundamentalmente, a la aplicación de políticas en el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet”.

En ese sentido, el exministro de Sebastián Piñera argumentó lo anterior apuntando a que no hubo crecimiento económico en dicho periodo. “La tasa de crecimiento promedio en ese período fue de 1,7%. Quítale el crecimiento de la población y eso te indica inmediatamente que prácticamente no hubo crecimiento”, dijo. A ello agregó el tema del mercado laboral, donde hubo problemas, señaló, por el menor crecimiento del empleo, “pero también por la fuerte corriente migratoria que Chile recibió sin control, informal y que significó 1 millón de personas que presionaron al mercado de trabajo”.

También, el académico de la UDD mencionó la caída del consumo que hubo en el segundo periodo de la expresidenta Bachelet. Eso ya que “el consumo se comporta en función de las expectativas de ingreso y hubo una caída del ingreso, caída del empleo. La masa laboral tuvo un retroceso y, por lo tanto, frustración en la ciudadanía chilena”.

Sobre el descontento social del último tiempo, Larroulet afirmó que el principal problema se dio el año 2011 con las protestas estudiantiles y luego con las movilizaciones del 2019, siendo esta última, según el economista, liderada también por el mundo estudiantil.

“¿Qué ocurrió ahí? La buena noticia, y este es el paradigma que tiene, es que teníamos 200.000 estudiantes en educación superior en el año 1990. Y hoy tenemos 1.200.000, pero de ellos, siete de cada diez tienen padres que no estudiaron en la educación superior. Una de las causas principales del problema de distribución del ingreso que tiene Chile es que el salario promedio del egresado de la educación superior, comparado con el salario promedio del egresado de la educación media, es 3,4 veces. En los países desarrollados eso no existe. Es mucho menor”, argumentó.

A lo anterior, agregó que esa cifra se redujo, producto de la mayor cantidad de estudiantes, pero que con la tasa de interés del modelo del CAE, “es imposible poder financiar esas deudas y generó malestar en un grupo específico de la población, en un grupo que tiene capacidad para movilizarse enorme, porque las nuevas tecnologías te facilitan enormemente la capacidad de movilización de los grupos sociales y, como dice Olson en su libro “La lógica de la acción colectiva”, esos son los grupos que tienen más influencia en la política”.

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