Las consecuencias de la crisis de deuda del grupo chino Evergrande: pérdidas, despidos y más impagos
Los problemas financieros del titán inmobiliario han salpicado a las empresas de construcción, a los decoradores de interiores y a muchos otros a los que debe dinero. Las autoridades chinas evitaron un colapso desordenado, pero las dificultades de Evergrande se han extendido a todo el mercado inmobiliario chino y a muchas industrias relacionadas. La situación se ha agravado este año hasta convertirse en una recesión inmobiliaria que se ha transformado en un importante lastre para la economía china.
Cuando el año pasado el grupo chino Evergrande comenzó a luchar bajo una montaña de deudas, desencadenó silenciosamente una reacción en cadena en todo el país.
Las autoridades chinas evitaron un colapso desordenado del coloso inmobiliario, pero las dificultades de Evergrande se han extendido a todo el mercado inmobiliario chino y a muchas industrias relacionadas. La situación se ha agravado este año hasta convertirse en una auténtica recesión inmobiliaria que se ha transformado en un importante lastre para la economía china.
Las empresas de sectores como los servicios y los materiales de construcción, como el acero y la pintura, han absorbido grandes pérdidas por la incapacidad de Evergrande de pagar sus facturas. Algunas de ellas han despedido a trabajadores y han retrasado el pago de sus propias facturas a otras empresas, que también están sufriendo las consecuencias.
A su vez, muchos particulares que invirtieron sus ahorros en viviendas inacabadas de Evergrande llevan más de un año en el limbo, sin saber cuándo recibirán las viviendas que les prometieron. Las ventas de nuevos departamentos de los principales promotores del país han caído en términos interanuales durante 15 meses consecutivos, sin que se vislumbre un cambio de tendencia.
En el antiguo floreciente mercado de bonos basura en dólares, los inversores han dejado de suministrar fondos a las empresas inmobiliarias chinas, después de que Evergrande se convirtiera en el mayor emisor asiático de bonos basura de la historia en incumplir su deuda internacional a finales de 2021. Las pérdidas siguen acumulándose para los inversores en bonos, ya que decenas de promotores no han logrado refinanciar su deuda.
“Ya no se trata de si las autoridades chinas pueden evitar un aterrizaje brusco. El aterrizaje forzoso ya se ha producido”, comentó Rosealea Yao, analista de Gavekal Dragonomics en Beijing. Dijo que el impacto económico total de la crisis inmobiliaria aún no ha llegado. “El periodo más doloroso no ha empezado hasta este año”, añadió.
China iniciará el domingo su 20º Congreso del Partido Comunista, una reunión que se realiza dos veces por década y que marcará el tono de la política económica, política y exterior del país para los próximos cinco años.
El mantra actual para el sector inmobiliario - “las casas son para vivir, no para especular”- se introdujo por primera vez a finales de 2016 en una conferencia de trabajo económico, y fue mencionado por los líderes chinos durante el 19º Congreso del Partido en 2017. Se transformó en una implacable campaña de desapalancamiento que llevó al mercado inmobiliario a su situación actual. Las empresas chinas y los inversores mundiales estarán atentos para ver cómo los líderes del partido enmarcan su postura sobre el sector en los próximos cinco años.
Evergrande está en apuros, pero ha conseguido mantenerse al margen de la quiebra. Ha dicho que sigue construyendo sus propiedades inacabadas y que está tratando de elaborar un plan de reestructuración con sus tenedores de bonos internacionales. El conglomerado, que anteriormente se dedicó a la fabricación de autos eléctricos, anunció el mes pasado que había comenzado la producción en serie de su primer modelo, un SUV llamado Hengchi 5.
Sin embargo, el promotor ha incumplido una larga lista de obligaciones financieras y ha dejado de pagar a muchos de sus proveedores.
Los daños se están sintiendo profundamente en Nantong, una ciudad portuaria en el rico delta del río Yangtze, conocida por su industria de la construcción. Las empresas constructoras de Nantong fueron algunas de las primeras en aprovechar la urbanización de China para construir puentes, autopistas, centros comerciales y edificios residenciales en todo el país. Algunas de ellas también se expandieron al extranjero; una empresa de Nantong formó parte de un consorcio que construyó el Burj Khalifa de 163 pisos en Dubai, el edificio más alto del mundo.
Ahora, esa empresa y docenas de sus homólogas están pasando apuros como consecuencia de la recesión inmobiliaria en China. Entre ellas se encuentra Jiangsu Nantong Sanjian Construction Group Co., una de las mayores constructoras de la ciudad, que contaba con Evergrande como cliente principal.
Nantong Sanjian ha cancelado la mitad de sus cuentas por cobrar de los proyectos de Evergrande. La empresa, que era rentable hasta que sufrió grandes pérdidas el año pasado, ha declarado el equivalente a más de US$ 630 millones en cancelaciones totales.
También ha sido demandada por proveedores de materias primas y contratistas por deudas atrasadas y, como resultado, los bancos congelaron sus cuentas. El presidente de Nantong Sanjian, Yuhui Huang, ha sido incluido en la lista de “personas deshonestas” del sistema de calificación crediticia de China, una designación que prohíbe a las personas hacer cosas como comprar boletos de avión y artículos de lujo.
Nantong Sanjian declaró en julio, en su último informe anual, que está negociando con sus acreedores una reestructuración de la deuda. Añadió que podría haber “incertidumbres significativas en la capacidad de la empresa para continuar como negocio en marcha”.
Muchas firmas constructoras habían aceptado anteriormente pagos de Evergrande y otros promotores en forma de pagarés conocidos como facturas comerciales. Normalmente permitían a los promotores posponer los pagos en efectivo a sus contratistas y empresas constructoras entre unos meses y un año, sostuvo Ting Lu, economista de Nomura originario de Nantong.
Las empresas constructoras, a su vez, hacían promesas de pago similares a las compañías que les suministraban cemento y otros materiales de construcción, así como a los trabajadores, añadió Lu.
Las cadenas de pago se han roto ahora debido a los problemas de Evergrande y otros promotores.
Ahora bien, el número de empresas de toda China que han dejado de pagar sus facturas de aceptación comercial se ha disparado en los últimos meses. En septiembre, el número de morosos reincidentes ascendió a 4.468, lo que supone un fuerte aumento respecto a los 31 de hace un año. Entre ellas se encuentran muchas promotoras y empresas de los sectores de la construcción, la decoración, la pintura mural y la cerámica, como Nantong Sanjian.
Por su parte, Shenzhen Grandland Group Co., un contratista de la construcción en la metrópoli del sur de China, también se está tambaleando por los problemas de liquidez de Evergrande, su mayor cliente. La firma, que ha despedido a algunos de sus trabajadores, también ha dicho que ha tenido problemas para pagar a sus propios proveedores. A principios de este año fue llevada a los tribunales por una empresa que le suministra acero inoxidable.
Suzhou Gold Mantis Construction Decoration Co., empresa de decoración de interiores que cotiza en Shenzhen, ha amortizado el equivalente a US$ 808 millones de pérdidas por deterioro de los proyectos de Evergrande.
Junto con lo anterior, 3TreesGroup, un proveedor de pinturas que solía contar con Evergrande como su mayor cliente, ha cancelado cerca de dos tercios de todas sus cuentas y pagarés por cobrar a Evergrande, mientras que Suofeiya Home Collection Co., un fabricante de muebles, canceló el 80% de todas las cuentas por cobrar de Evergrande.
Aunque los inversores, los compradores de viviendas y los proveedores han sufrido los problemas de Evergrande, el gobierno chino ha evitado hasta ahora que los conflictos del promotor desestabilicen la economía y los mercados financieros en general, afirmó Zhiwu Chen, profesor de finanzas de la Universidad de Hong Kong. Agregó también que el gobierno hará lo que pueda “para asegurarse de que la situación no se salga de control”.
Las compañías estatales chinas y algunos gobiernos locales han ayudado al promotor a resolver algunas de sus deudas impagadas. En septiembre, un consorcio que incluía empresas estatales de la ciudad nororiental china de Shenyang compró las acciones de Evergrande en un banco regional, con lo que se resolvió una disputa por la deuda del promotor. El mes anterior, el gobierno de Guangzhou, donde Evergrande tiene su sede, devolvió a la empresa el equivalente a US$ 818 millones y canceló el contrato de Evergrande para construir un gigantesco estadio de fútbol en la ciudad.
Una de las principales prioridades del gobierno chino era proteger a los compradores de viviendas a los que Evergrande había prometido departamentos.
Sin embargo, eso tampoco ha funcionado muy bien. El verano pasado, algunos particulares que habían comprado departamentos inacabados en una promoción de Evergrande en Jingdezhen, una ciudad de la provincia china de Jiangxi, se unieron y amenazaron con suspender los pagos de sus hipotecas tras el estancamiento de la construcción. Su protesta, a principios de julio, llamó la atención de los frustrados compradores de viviendas de todo el país, y la revuelta hipotecaria se extendió a más de 340 proyectos inmobiliarios de Evergrande y otros promotores.
El 28 de septiembre, el gobierno de Jingdezhen anunció que cuatro proyectos de Evergrande en la ciudad -incluido el que desencadenó las protestas hipotecarias- habían reanudado formalmente las obras. También dijo que hasta ahora no ha habido interrupciones en el pago de las hipotecas.
“Estamos haciendo todo lo posible para alcanzar los objetivos de entregar viviendas, garantizar las necesidades de vida de la gente y mantener la estabilidad, y librar una dura batalla para disolver los principales riesgos del sector inmobiliario”, añadió el gobierno local.
Ahora bien, el final del juego para Evergrande y el mercado inmobiliario chino sigue sin estar claro.
“Nunca se trató sólo de Evergrande: no fue el primer promotor inmobiliario que se enfrentó a dificultades financieras y al impago de su deuda, y claramente no fue el último”, comentó Logan Wright, director de investigación de mercados de China en Rhodium Group. “Sólo fueron un ejemplo de los grandes desequilibrios financieros que se están produciendo en el sector inmobiliario”, añadió finalmente.
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