Las grandes empresas tecnológicas se preparan para un año difícil

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Las empresas del sector tecnológico recortaron más de 170.000 puestos de trabajo el año pasado, según las estimaciones de Layoffs.fyi, que rastrea los informes de los medios de comunicación y los anuncios de las empresas. Foto: Dado Ruvic/ Reuters

Los competidores, los reguladores y la desaceleración económica han impactado significativamente en la fortuna de las mayores empresas tecnológicas.


Un grupo de gigantes tecnológicos de todo el mundo está a punto de ver puesta a prueba su resistencia.

Durante años, las mayores empresas tecnológicas han sido elogiadas por los inversores -y a veces atacadas por rivales más pequeños e investigadas por los reguladores- por su apariencia de gigantes imparables. Los competidores, las grandes multas e incluso una recesión mundial provocada por la pandemia del virus Covid-19 no impidieron que aumentaran los ingresos y los beneficios.

Ahora la marea ha cambiado.

Se avecina otra recesión. Europa empieza a esforzarse por convertirse en el regulador mundial de la tecnología. Y los nuevos competidores y tecnologías amenazan el dominio de algunas grandes empresas sobre sus mercados. Además, durante la pandemia, las grandes empresas tecnológicas se dejaron seducir por fuertes inversiones en personal y nuevos productos, basándose en la idea de que el cambio a la vida virtual sería duradero, algo que no ha resultado.

En respuesta, las grandes empresas tecnológicas se están replegando, recortando gastos más rápido de lo que lo han hecho en décadas en un esfuerzo por navegar por lo que los ejecutivos de tecnología e incluso los inversores alcistas dicen que probablemente será un duro 2023.

El 5 de enero, Amazon.com Inc. comunicó que sus despidos afectarían a unos 18.000 empleados. Meta Platforms Inc. dijo por su parte que recortaría el 13% de su plantilla, es decir, unas 11.000 personas. Alphabet Inc., matriz de Google, anunció el 11 de enero reducciones de plantilla del 15% en su unidad sanitaria Verily. En conjunto, las empresas del sector tecnológico recortaron más de 170.000 puestos de trabajo el año pasado, según las estimaciones de Layoffs.fyi, que rastrea los informes de los medios de comunicación y los anuncios de las empresas.

Dan Ives, analista de Wedbush Securities, afirmó: “Han demostrado que pueden prosperar en los tiempos de bonanza, pero la era del dinero gratis ya pasó”, luego añadió que cree que las grandes empresas tecnológicas acabarán sorteando sus problemas -que califica de tormenta de categoría 5- y se recuperarán. “Las empresas tecnológicas han gastado como estrellas de rock en los años ochenta. Ahora empiezan a gastar como ancianos con un presupuesto fijo”.

No hay camino fácil

Los factores económicos que explican el giro hacia la austeridad son varios, según los analistas. La aceleración de la inflación ha provocado una subida de las tasas de interés. La invasión rusa de Ucrania ha puesto el foco en los estancamientos de la cadena de suministro. Y una recesión reduciría aún más la demanda, afectando a los ingresos publicitarios que sostienen a algunas grandes empresas tecnológicas, así como al gasto de los consumidores en electrónica que alimenta a otras.

La nueva actitud se produce en un momento en que la competencia para las grandes empresas tecnológicas es cada vez más dura, al menos en algunos segmentos.

Google y Meta vieron cómo su cuota de gasto en publicidad digital en Estados Unidos caía el año pasado por debajo del 50% por primera vez desde 2014 porque están creciendo más lentamente que el resto del mercado, según la firma de investigación Insider Intelligence Inc. Esto se debe, en parte, a que Amazon y otras empresas emergentes como TikTok, de ByteDance Ltd., han visto crecer su cuota de anuncios digitales. Pero los servicios de streaming de video también se están haciendo con una parte cada vez mayor, una tendencia que debería acelerar el lanzamiento de las versiones con publicidad de Netflix Inc. y Disney+.

Los avances en inteligencia artificial también podrían reorganizar el campo de juego digital. El chatbot ChatGPT, lanzado el año pasado y capaz de dar respuestas verosímiles a una serie de preguntas, ha sido elogiado por algunos observadores del sector como una posible alternativa a los motores de búsqueda actuales, como Google, a pesar de que el programa a veces puede cometer errores factuales. OpenAI, que fabrica el chatbot, entre otras herramientas, está actualmente en conversaciones para vender las acciones existentes en una oferta que valoraría la empresa en unos US$ 29.000 millones, aproximadamente el doble de una oferta anterior completada en 2021, informó el Journal a principios de este mes.

Una regulación más estricta

Estos retos están llegando a su punto álgido al mismo tiempo que la regulación tecnológica, que durante mucho tiempo ha sido una amenaza amorfa e inminente ignorada en gran medida por los inversores, también ha empezado a dar un mordisco significativo. Los reguladores de la Unión Europea tumbaron a principios de este mes la justificación legal de Meta para sus anuncios altamente segmentados. Por ello, la empresa está buscando la manera de seguir mostrando anuncios orientados en función de la actividad en línea de sus usuarios de Facebook e Instagram en el bloque.

La UE también está empezando a aplicar otras dos nuevas leyes que aprobó el año pasado -contra las objeciones de las grandes empresas tecnológicas- con el fin de garantizar una mayor apertura a los competidores más pequeños y obligarlos a vigilar más estrechamente los contenidos de sus plataformas.

Aunque las empresas sujetas a la Ley de Mercados Digitales -la ley centrada en la competencia tecnológica- no serán nombradas oficialmente hasta finales de este año, y sus disposiciones no entrarán en vigor hasta 2024, la ley ya está empujando a las empresas a cambiar sus prácticas comerciales. Apple Inc., por ejemplo, se dispone ahora a permitir la descarga de aplicaciones en iPhones y iPads fuera de su App Store, algo que la empresa lleva tiempo diciendo que comprometería la seguridad, para cumplir la ley.

Recientemente, Amazon prometió dar un mejor trato y protagonismo a los vendedores de terceros, según un ejecutivo de la empresa, con el fin de cumplir la nueva ley, como parte de la resolución de una demanda antimonopolio en Europa.

Otras disposiciones de la ley incluyen la prohibición de que una empresa con una función de búsqueda dé prioridad en sus resultados a sus propios productos y herramientas sobre los de otras empresas -una disposición que podría requerir cambios en la forma en que Google opera en el bloque- y un mandato para que las aplicaciones de mensajería de los gigantes digitales permitan a los rivales más pequeños interoperar con ellas. Esto podría afectar a la estrategia de “jardín amurallado” de Apple con su aplicación Mensajes en los iPhones.

Ahora bien, las grandes empresas tecnológicas han moderado su tono respecto a la regulación, afirmando que tienen previsto cumplir las nuevas leyes.

“Estamos explorando nuevos procesos y cambios en nuestros productos para cumplir plenamente la normativa”, aseguró un representante de Google. “Para nosotros, es clave mantener un diálogo constructivo y práctico sobre regulación con la Comisión Europea durante muchos meses”.

Apple y Amazon se negaron a hacer comentarios. Un representante de Meta se refirió a una declaración de Mark Zuckerberg en una reciente conferencia sobre beneficios: “Creo que el endurecimiento de las prioridades, la disciplina y la eficiencia que estamos impulsando en toda la organización nos ayudarán a navegar por el entorno actual y a emerger como una empresa aún más fuerte”.

Lo que ocurra en la UE el año que viene podría acabar siendo un modelo para otras partes del mundo que están estudiando una legislación con disposiciones similares, como el Reino Unido y la India.

“La inminente Ley de Mercados Digitales ya está teniendo repercusiones”, afirmó Anne Witt, profesora de Derecho del Instituto de Derecho Aumentado de la Escuela de Negocios EDHEC, con sede en Lille, Francia. “Si la presión se acumula a nivel internacional, tarde o temprano puede tener sentido que estas empresas alineen su comportamiento a nivel global”.

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