Los grandes bancos estadounidenses van a necesitar más capital
El responsable de regulación de la Fed afirma que la medida contribuiría a la resistencia del sistema tras la serie de quiebras de bancos medianos.
WASHINGTON- El jefe regulador de la Reserva Federal esbozó medidas para reforzar los colchones financieros de los bancos más grandes, que, según dijo, ayudarían a aumentar la resistencia del sistema tras la oleada de quiebras de bancos medianos este año.
“Los acontecimientos de los últimos meses no han hecho sino reforzar la necesidad de humildad y escepticismo, y de un enfoque que haga a los bancos resistentes tanto a los riesgos conocidos como a los imprevistos”, dijo Michael Barr, vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal, en un discurso pronunciado el lunes.
Los cambios, que se espera que los reguladores propongan este verano, llegan tras lo que Barr describió como una revisión holística de los requisitos de capital de los grandes bancos. Según el plan, podría exigirse a los grandes bancos dos puntos porcentuales más de capital, es decir, US$ 2 más de capital por cada US$ 100 de activos ponderados por riesgo.
El capital es el colchón que los bancos deben mantener para absorber posibles pérdidas.
La cantidad exacta de capital adicional dependerá de las actividades comerciales de cada empresa. Los mayores aumentos se reservarán a los megabancos estadounidenses más grandes y complejos, según Barr.
Los bancos también se enfrentarán a pruebas de resistencia más difíciles para medir su capacidad de capear una hipotética recesión, restricciones más estrictas a la remuneración de los ejecutivos y mayores requisitos de liquidez, dijo Barr. También tiene previsto introducir cambios para mejorar la “rapidez, agilidad y contundencia” de la supervisión bancaria de la Reserva Federal.
Los bancos más grandes dicen que ya tienen mucho más capital del que necesitarían en cualquier crisis. Como prueba, señalan los resultados de sus pruebas de resistencia y su capacidad en marzo para inyectar US$ 30.000 millones en depósitos combinados en First Republic, que quebró más tarde.
Los bancos afirman que la crisis de marzo reflejó un fallo de algunos directivos y reguladores, no una falta sistémica de capital. También aseguran que unas normas de capital más estrictas les obligarán a retener más fondos y limitar los préstamos, lo que, advierten, perjudicará a la economía.
“El capital no es gratis”, declaró el lunes Kevin Fromer, director del grupo bancario Foro de Servicios Financieros. “Más requisitos de capital a los mayores bancos de EE.UU. llevarán a mayores costos de endeudamiento y menos préstamos para consumidores y empresas, lo que ralentizará nuestra economía y afectará más a los que están al margen”, agregó.
Barr estimó que los aumentos se cubrirían en menos de dos años con los beneficios bancarios. El primer trimestre del año marcó un máximo histórico de beneficios bancarios, de acuerdo a la Federal Deposit Insurance Corp. Los grandes bancos empiezan a presentar sus resultados del segundo trimestre esta semana.
Tanto el índice KBW Nasdaq Bank de grandes bancos, como el índice KBW Nasdaq Regional Banking, que sigue a los bancos más pequeños que se enfrentarán a nuevas reglas, subían el lunes, reflejando en parte las expectativas de que las ganancias seguirán aumentando a medida que la economía estadounidense continúe expandiéndose.
Un problema potencial para los inversores: los analistas y ejecutivos han dicho que las recompras de acciones y los dividendos, un favorito de Wall Street, probablemente se ralenticen mientras los ejecutivos esperan las normas propuestas.
Ken Usdin, analista de Jefferies, señaló en una nota de investigación el mes pasado que “muchos bancos ya se han retraído en la devolución de capital en previsión de posibles aumentos de los requisitos”.
Antes de que las quiebras en marzo de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank hicieran temblar al sector, ya se preveían normas más estrictas para los principales prestamistas. Desde entonces, los reguladores han dicho que planean proponer la aplicación de normas más duras a los bancos con al menos US$ 100.000 millones en activos.
Mientras que los reguladores y los legisladores asumían anteriormente que los mayores riesgos para el sistema financiero procedían de un puñado de bancos “demasiado grandes para quebrar”, las quiebras de este año demuestran que esa línea de pensamiento era errónea, sostuvo Barr, poniendo en tela de juicio la forma en que los reguladores calibran sus normas.
“Sugiere que debemos tener cuidado a la hora de pensar en el contagio”, afirmó Barr.
Entre los cambios que se avecinan figuran medidas para poner fin a una prórroga reglamentaria que había permitido a algunos bancos medianos enmascarar eficazmente las pérdidas de los valores que poseían, un factor que contribuyó a la quiebra de SVB. Los partidarios de este cambio enfatizan que habría obligado a SVB a hacer frente a sus crecientes pérdidas antes, a medida que las tasas de interés empezaban a subir y el valor de sus participaciones disminuía. Los reguladores también se están preparando para aumentar los colchones financieros de los bancos regionales, exigiéndoles que obtengan deuda a largo plazo para absorber posibles pérdidas.
“Nuestra experiencia reciente demuestra que incluso bancos de este tamaño pueden provocar tensiones que se extienden a otras instituciones y amenazan la estabilidad financiera”, indicó Barr.
Aunque los mayores bancos estadounidenses salieron de la pandemia en buena forma financiera, Barr lleva meses señalando que cree que los requisitos de capital deberían ser más estrictos.
Gran parte de su propuesta de revisión giraría en torno a la última parte de las normas de capital que los responsables políticos mundiales acordaron aplicar tras la crisis financiera de 2007-2009. La revisión obligó a los bancos de todo el mundo a aumentar sus colchones de capital con la esperanza de prepararlos para superar las recesiones sin rescates de los contribuyentes.
Los bancos deben disponer de colchones de absorción de pérdidas para dar cuenta de los riesgos ligados a sus actividades, pero los reguladores afirman que la forma en que las empresas miden actualmente esos riesgos varía demasiado. El último paso de la revisión, que se espera que se proponga en Estados Unidos este mismo mes, pretende que las medidas de riesgo sean más transparentes y comparables en todo el mundo.
En una medida que probablemente decepcionará a los grandes bancos, Barr dijo que no tenía previsto introducir cambios fundamentales en otras partes del marco de capital. Los grandes bancos llevan tiempo pidiendo que se reduzca el recargo especial que se aplica a los bancos de importancia sistémica mundial. Barr aseguró que sólo contempla modestos cambios técnicos en esos requisitos.
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