La familia Guilisasti separa sus inversiones en Emiliana, pero sigue junta en Concha y Toro
Las siete ramas del clan Guilisasti Gana reorganizaron dos de sus negocios y serán ahora las dueñas directas de las acciones de la viña orgánica y la frutícola Viconto. Con ello, tendrán más flexibilidad para manejar sus participaciones accionarias, formar alianzas y crecer en los negocios de su preferencia. Rafael Guilisasti tendrá más acciones en Emiliana y Pablo Guilisasti, en Viconto. En Concha y Toro, sin embargo, seguirán las siete ramas actuando a través de sociedades conjuntas.
La misma familia, los hermanos Guilisasti Gana, controla tres empresas hermanas, pero con antigüedades y tamaños muy disímiles. La mayor de todas es Concha y Toro, la viña chilena más grande, un trasatlántico que facturó el año pasado US$ 769 millones. De ella nacieron las otras dos, en una división accionaria realizada en 1986 que dio origen a Frutícola Viconto, una empresa agrícola que explota casi 500 hectáreas, y Viñedos Emiliana, una empresa enfocada cien por ciento en la producción de vino orgánico. Esa división de hace casi 35 años generó tres empresas con los mismos accionistas.
Las tres empresas eran controladas, hasta ahora, a través de dos vehículos de inversión conjuntos, las sociedades Totihue y Rentas Santa Bárbara. Los hermanos Guilisasti controlan el 27,9% de Concha y Toro y tienen, a través de dos esas sociedades de inversión, el 31,77% de Emiliana y el 27,83% de Viconto. En todas ellas, además, están asociados a un aliado histórico, Alfonso Larraín Santa María, con quien comparten el control a través de un acuerdo de actuación conjunta que no ha sido formalizado. Larraín es el presidente de Concha y Toro.
Ahora, sin embargo, las cosas cambiaron para los Guilisasti, quienes decidieron reordenar sus inversiones en Emiliana y Viconto. En Concha y Toro, aclaran, todo seguirá igual: el control permanecerá atado a toda la familia.
En las últimas dos semanas, la familia Guilisasti realizó dos modificaciones accionarias espejo: Totihue y Santa Bárbara vendieron sus participaciones en Viconto y Emiliana, en siete partes iguales, a los seis hermanos -Eduardo, Rafael, Pablo, Isabel, Sara y Josefina- y la sucesión José Guilisasti Gana, el séptimo de los hermanos, fallecido en 2014.
Cada parte así compró el mismo porcentaje, pero no quedarán con participaciones exactamente equivalentes. En ambas transacciones -la de Viconto fue informada la semana pasada y la de Emiliana, ayer-, la familia anunció también, junto a esa división accionaria, la adquisición de más acciones de Viconto y Emiliana a terceros, las que fueron distribuidas en porciones distintas, según el interés de cada miembro de la familia, relata una persona que conoce las modificaciones.
En Viña Emiliana, por ejemplo, las siete ramas se distribuyeron las 202 millones de acciones que ya tenían, pero adquirieron otros 12 millones de acciones, un 2% adicional de la empresa. Y poco más de tres millones de acciones de estas últimas fueron adquiridas por Rafael Guilisasti, el expresidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) que también es presidente de Emiliana y director desde de esa empresa 2011.
Así, el también vicepresidente de Concha y Toro tendrá
una participación relativamente mayor en Emiliana. La viña, que en 2020 tuvo ventas por unos US$ 35 millones, reconvirtió hace dos décadas sus negocios y se concentró únicamente en vinos orgánicos, un nicho en el que se volvió especialista y referente. La empresa -que vendió el año pasado a su hermana mayor, Concha y Toro, la marca Emiliana para su uso en Chile- trabaja denominaciones como Gê, Coyam, Signos de origen, Adobe y Salvaje.
En Viconto, en cambio, los hermanos se distribuyeron 200 millones de acciones, el 27,83%, y adquirieron otros nueve millones de títulos, un 1,25% del capital extra de la empresa. Ahí fue Pablo Guilisasti quien adquirió un tercio de las nuevas acciones adquiridas. Director de Viconto desde hace dos décadas, Pablo Guilisasti es ingeniero comercial de la Universidad de Chile y fue gerente general de Viconto desde su creación, en 1986, hasta 1999. Viconto tuvo ventas por US$ 3,6 millones el año pasado y cuenta con 471 hectáreas en Maipo, Viluco y Chimbarongo, la mitad de las cuales está destinada a nogales y 100 hectáreas a manzanos.
El cambio permitiría, según relatan en el clan Guilisasti, a cada rama disponer con flexibilidad de sus participaciones, vender acciones si requieren liquidez y formar los pactos que prefieran, según la estructura de propiedad y los negocios que más les atraigan. La familia, sin embargo, tiene entre sí vigentes derechos de opción preferente que les permitirían, en caso de que alguna rama quiera vender, comprar a las otras, para así no perder poder en esas compañías.
Toda esta reestructuración, sin embargo, no se replicará en Concha y Toro, la que seguirá siendo controlada mediante los vehículos de inversión conjuntos, dos holding que tendrán ahora como único activo relevante su presencia en la mayor viña chilena.
Así, los propietarios de las acciones de Viconto y Emiliana ya no serán Totihue y Rentas Santa Bárbara, sino que los nombres de las sociedades de cada rama: Tordillo (Eduardo, el hermano mayor, gerente general de Concha y Toro desde hace tres décadas); Segesta (Rafael); Repa (Pablo); Pelluam (Isabel); San Bernardo Abad (Sara); Tiziano (Josefina) y Lientur (controlada por la sucesión de José Guilisasti).
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