Nueva cepa inflacionaria
" Los que anticipan que las presiones inflacionarias se revertirán en el corto plazo apuestan a que, una vez comenzado el proceso de reapertura, las restricciones de oferta y logísticas derivadas de la pandemia desaparecerán y las holguras productivas permitirán abastecer a la demanda sin sobresaltos".
Son como esas enfermedades que creíamos superadas y que con el tiempo reaparecen como amenaza. La inflación nos había dado un largo respiro, de la mano de los aumentos en la capacidad productiva mundial, la masificación del comercio de bienes y servicios transfronterizos, el cambio tecnológico y, principalmente, por la respuesta oportuna de los bancos centrales de las principales economías ante cualquier señal de rebrote.
Sin embargo, la crisis sanitaria ha provocado que los temores inflacionarios reaparezcan. Los fuertes paquetes de estímulos fiscales que han aplicado las principales economías, las bajas tasas de política monetaria y las inyecciones de liquidez, además de los obstáculos a la producción y la logística como consecuencia de la pandemia -entre otros factores-, han presionado los precios a nivel mundial a niveles no vistos en décadas. Por ejemplo, el índice de alimentos de precios que calcula la FAO registró en mayo un aumento interanual de 39,7%, alcanzando su nivel más alto desde septiembre de 2011. Algo parecido ha pasado con los precios del petróleo, que ha escalado a su mayor nivel en 3 años, y de otras materias primas como el cobre, y de productos con mayor valor agregado como los automóviles, los que además de factores logísticos han enfrentado problemas puntuales de suministros.
Todo lo anterior ha hecho saltar los indicadores de inflación en el mundo. En Estados Unidos el incremento anual de los precios al consumidor llegó al 5% en mayo, su mayor nivel en 13 años y muy por sobre la meta de 2% definida por la FED. Los aumentos de las materias primas han impulsado a China a vender reservas estratégicas para intentar contener los precios. En Chile, el Banco Central estuvo a punto de subir la tasa de política monetaria en su última reunión y por razones “tácticas” pospuso la medida.
La principal discusión que tienen las autoridades monetarias en el mundo es si la inflación actual es o no un fenómeno transitorio. Los que anticipan que las presiones inflacionarias se revertirán en el corto plazo apuestan a que, una vez comenzado el proceso de reapertura, las restricciones de oferta y logísticas derivadas de la pandemia desaparecerán y las holguras productivas permitirán abastecer a la demanda sin sobresaltos. La duda que persiste es si esas holguras productivas estarán disponibles al mismo nivel que estaban en el mundo prepandemia.
En cualquier caso, se hace necesario el retiro progresivo de los estímulos fiscales y monetarios para evitar que las expectativas de inflación de desanclen y nos veamos atrapados en un nuevo episodio de espiral inflacionario, lo que sería como volver a contagiarse de una enfermedad que creíamos totalmente erradicada.
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