¿Por qué las empresas siguen contratando cuando el PIB se reduce?
Muchos empleadores dicen que siguen luchando con la gran escasez de personal que se acumuló durante la pandemia y son reacios a recortar el número de empleados.
Un rompecabezas económico persistente es por qué la mano de obra sigue siendo tan ajustada en medio de la desaceleración del crecimiento, la alta inflación y los crecientes temores de recesión.
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) cayó en territorio negativo en la primera mitad del año. Los costos de endeudamiento han subido mucho, mientras la Reserva Federal (Fed) aumenta las tasas de interés en un intento de reducir la inflación. Aun así, las nóminas laborales mensuales han crecido un promedio de 438.000 entre enero y agosto, casi tres veces su ritmo prepandémico de 2019.
Muchos empleadores dicen que siguen luchando con la gran escasez de personal que se acumuló durante la pandemia y son reacios a recortar el número de empleados. En muchos casos, siguen contratando.
“No creo que veamos despidos masivos”, aseguró James Knightley, economista jefe internacional de ING. “Vamos a ver que las empresas prefieren acaparar su mano de obra en lugar de hacer un despido rápido y luego volver a contratar, porque los retos de la contratación en este momento son increíblemente intensos”, agregó.
En Eau Claire, Wisconsin, Jim Fey suele comprar entre cinco y ocho autobuses nuevos cada año para su servicio de autobuses escolares de propiedad privada. No tiene previsto comprar ninguno en 2023 porque la alta inflación y los tipos de interés han puesto el precio de un autobús fuera de su alcance. Le preocupa la recesión. “Va a haber mucho daño”, dijo.
Sin embargo, Fey quiere añadir unos 15 conductores de autobuses escolares más a su plantilla de aproximadamente 185 personas. Él y algunos de sus empleados de oficina han tenido que conducir rutas desde el comienzo de este año escolar debido a la escasez. “No puedo tener a mi personal de oficina conduciendo todos los días”, comentó.
Algunos economistas afirman que las cicatrices de la escasez del año pasado -incluidos los enormes gastos de contratación y reclutamiento, combinados con la elevada rotación de los empleados- podrían hacer que las empresas se muestren más reticentes a la hora de despedir trabajadores si la economía cae en una recesión leve. Sostienen que las empresas nunca llegaron a satisfacer del todo sus necesidades de contratación durante la recuperación y que probablemente retirarán las vacantes, que están en máximos históricos, antes de recurrir a recortar puestos de trabajo.
“No se puede despedir lo que no se ha contratado”, señaló Ron Hetrick, economista principal de Lightcast, una empresa de análisis del mercado laboral. Hay “una serie de sectores que dicen: ‘Todavía estamos esperando para contratar. Ni siquiera llegamos a disfrutar de la fiesta cuando empezó’ “, añadió.
Algunas grandes empresas, como Goldman Sachs Group Inc., Wayfair Inc. y Snap Inc., han anunciado recientemente despidos, pero son superadas por las empresas que dicen que la escasez de mano de obra está reduciendo las ventas y la producción. Domino’s Pizza Inc. anunció que las ventas en las mismas tiendas disminuyeron en el segundo trimestre con respecto al año anterior, en parte debido a la escasez de personal, que dejó a algunos de los locales de la empresa operando con horarios reducidos. Los despidos y otras bajas involuntarias, de 1,4 millones en julio, se situaron un 20% por debajo de su nivel promedio mensual en 2019, cuando el PIB crecía más rápidamente.
Aunque las vacantes siguen superando con diferencia a los demandantes de empleo, es probable que el ritmo de contratación disminuya. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dicho que las medidas de la Fed para desacelerar la economía lo suficiente como para bajar la inflación, significarán inevitablemente un cierto debilitamiento del mercado laboral.
En su reunión de la semana pasada, los funcionarios de la Reserva Federal previeron que la tasa de desempleo aumente hasta el 4,4% en el cuarto trimestre del próximo año, desde el 3,7% de agosto. Las únicas veces que dicha tasa ha aumentado tanto ha sido en las recesiones o en torno a ellas, pero sería relativamente pequeño según los estándares históricos. En las recesiones posteriores a la Segunda Guerra Mundial la tasa de desempleo subió un promedio de 3,8 puntos porcentuales, con un rango de 1,5 puntos en 1980 a 11,2 puntos cuando el Covid-19 llegó en 2020.
Amy Crews Cutts, economista jefe de AC Cutts & Associates LLC, estima un aumento más brusco del desempleo. Espera que la tasa de desocupación supere el 5% a finales del próximo año. Las agresivas subidas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal probablemente perjudicarán la demanda y el empleo, empezando por el mercado inmobiliario, argumentó.
En las últimas siete décadas, las nóminas laborales y la producción económica han caído normalmente dos trimestres después del inicio de una recesión.
La recesión de 1973-75 fue una notable excepción. En ese momento, la inflación estaba aumentando rápidamente en medio de una crisis de los precios del petróleo, lo que provocó que la Reserva Federal subiera los tipos de interés. La recesión comenzó en noviembre de 1973, con un descenso de la producción, pero el empleo siguió creciendo y se mantuvo estable durante aproximadamente un año. El mercado del trabajo acabó por desplomarse y las nóminas disminuyeron un 2,5% entre octubre de 1974 y la primavera de 1975.
El inusual panorama laboral de hoy puede deberse, en parte, a las decisiones tomadas al principio de la pandemia. Los economistas Robert J. Gordon y Hassan Sayed descubrieron que las empresas de sectores como la construcción, los servicios públicos y la minería despidieron a demasiados trabajadores durante los paros de 2020. Al caer el empleo más rápido que las ventas, la productividad -la producción por hora- se disparó.
A medida que la economía se reabrió, ocurrió lo contrario. La contratación superó a las ventas y la productividad cayó. Esta dinámica se ha agudizado especialmente este año. La productividad de la mano de obra no agrícola de Estados Unidos cayó a una tasa anual desestacionalizada del 4,1% en el segundo trimestre con respecto al trimestre anterior, según el Departamento de Trabajo. Esta caída se produjo tras un descenso del 7,4% en el primer trimestre, el más pronunciado en más de 74 años.
Por su parte, el conglomerado aeroespacial y de defensa Raytheon Technologies Corp., con sede en Arlington (Virginia), redujo sus previsiones de ventas para el año debido a las limitaciones de la cadena de suministro y de la mano de obra que ralentizaron la producción. Los trabajadores de su cadena de suministro han tardado en reincorporarse tras los despidos de principios de la pandemia.
“La inflación es un reto, pero podemos medirla. Podemos trabajar para superarla. No tener suficiente personal en la cadena de suministro, eso ha resultado ser mucho más difícil”, dijo el director ejecutivo Greg Hayes a los analistas este verano. “Lo único que va a resolver la disponibilidad de mano de obra, odio decir esto, es una desaceleración de la economía, porque en este momento, simplemente no hay suficientes personas en la fuerza de trabajo para todos nuestros proveedores”, explicó.
Los empresarios también están haciendo frente a la rotación de personal. Las nóminas no agrícolas, que se redujeron en casi 22 millones al comienzo de la pandemia, superaron su máximo prepandémico en agosto. Según los economistas, esto significa que el crecimiento mensual del empleo va a disminuir. Pero incluso los empresarios que no quieren aumentar el número de empleados tienen que seguir contratando para cubrir las vacantes causadas por las tasas de rotación históricamente altas. En julio, el 2,7% de los trabajadores abandonó su puesto de trabajo, frente al 2,3% de febrero de 2020, cuando la tasa de paro alcanzó su nivel más bajo en medio siglo.
Las ventas de la distribuidora de cerveza Dan Henry Distributing Company han bajado con respecto a 2021, pero el alto desgaste significa que la empresa de Lansing, Michigan, está empleando entre ocho y 12 personas más de las que normalmente necesitaría, comentó Kate Henry, copropietaria de la empresa de 105 personas.
Alrededor de la mitad de las nuevas contrataciones no llegan a presentarse, y de las que lo hacen, muchas desaparecen a las pocas horas, sostuvo Henry. Otros sólo duran días o semanas antes de abandonar.
“No hacemos más que contratar y sustituir, contratar y sustituir: lavar, enjuagar y repetir”, aseguró Henry. “La eficiencia se va al garete cuando se contrata continuamente, ya que la persona que les forma no va a su ritmo normal porque se detiene a explicar las cosas”, comentó. Muchos de los nuevos contratados se van antes de que esa formación vuelva a producirse, agregó.
La empresa está gastando el equivalente al salario de un empleado a tiempo completo en anuncios online para puestos de merchandising, que requieren que los trabajadores levanten entre 25 y 50 libras para llenar las estanterías de las tiendas y los refrigeradores con cerveza.
Los despidos en el sector de la construcción siguen estando por debajo de los niveles prepandémicos, aunque las ventas de viviendas nuevas han caído bruscamente este año y las viviendas iniciadas han disminuido debido a la subida de las tasas hipotecarias. Los constructores residenciales están luchando con el legado de los recortes de empleo llevados a cabo durante la crisis inmobiliaria de 2007-09, con el empleo en la construcción residencial un 12% por debajo de su peak de 2006.
A su vez, las consultas sobre nuevas viviendas y las ventas de terrenos a compradores de viviendas se han ralentizado desde este verano, ya que los posibles compradores se enfrentan a tipos de interés más altos y a un clima económico incierto, aseguró Eugene Graf, propietario de una empresa de desarrollo de terrenos y construcción de viviendas a medida en Bozeman, Mont.
Además, Graf dijo que su mayor preocupación es la mano de obra. “La escasez de personal es lo que más problemas está causando en estos momentos”, señaló. “Podemos planificar para una desaceleración. Podemos entender lo que cada proyecto en el futuro va a tomar, pero la escasez de personal de hoy está estresando a todo el mundo”, advirtió.
Para retener a los trabajadores, Graf ha subido los sueldos un 15% en el último año a sus superintendentes que supervisan los proyectos, el mayor aumento que ha hecho nunca.
Muchos de los subcontratistas de Graf carecen de trabajadores. Una empresa de pintura, que normalmente cuenta con unos 100 empleados, sólo tiene 80. Un contratista de electricidad hizo ofertas de trabajo a tres trabajadores y sólo uno de ellos se presentó en el lugar de trabajo un lunes por la mañana. Un instalador de granito perdió a unos 15 empleados porque no podían permitirse permanecer en la zona en medio del rápido aumento de los costos de la vivienda.
“No nos atreveríamos a despedir a nadie sólo porque todavía debemos cumplir los contratos que tenemos”, indicó Graf.
Pero también las empresas corren el riesgo de contratar demasiados trabajadores. Algunas grandes compañías que aumentaron sus plantillas en los últimos años están tratando de reducir algunas de sus operaciones. Amazon.com Inc., por ejemplo, dijo que tiene un exceso de personal en sus almacenes. La empresa matriz de Facebook, Meta Platforms Inc., anunció que ralentizaría drásticamente sus contrataciones después de haber duplicado el tamaño de su plantilla desde 2018.
El ajustado mercado laboral es una bendición para los trabajadores. Los que cambian de trabajo cosecharon aumentos salariales anuales del 8,4% en agosto, promediados en tres meses, por encima de un aumento anual del 5,8% a principios de este año, según el Banco de la Reserva Federal de Atlanta.
Durante la mayor parte del año pasado, Angela Oehman estuvo haciendo trabajos en Instacart y Uber para complementar sus ingresos en un trabajo de venta de productos relacionados con la seguridad, incluyendo manuales y formación. Esta primavera, tras buscar en el sitio web de empleo Indeed.com, consiguió un nuevo puesto como responsable de seguridad para supervisar proyectos de construcción de hormigón en Arizona.
Dependiendo de las horas que trabaje, Oehman, de 45 años, puede ganar unos US$ 70.000 anuales, frente a los US$ 50.000 de su anterior trabajo. Eso le ha dado tranquilidad para mantenerse a sí misma y a su hija, que está en el último año de la etapa secundaria. “No me preocupa: ¿Cómo voy a pagar su anillo? ¿Cómo voy a pagar su toga y birrete? ¿Y su viaje de fin de año?”, sostuvo. “He podido ahorrar. Antes, no podía ahorrar”, añadió.
Aun así, le preocupa la economía, sobre todo por la volatilidad de los precios de la gasolina y los grandes aumentos de los costos de cosas como la comida y el arriendo de su casa industrial. “No pueden seguir subiendo los precios y esperar que vivamos”, agregó Oehman.
Las fuertes subidas salariales podrían no ser duraderas, ya que se ven impulsadas por la escasez de mano de obra. A la Reserva Federal le preocupa que unos salarios tan altos mantengan elevadas las presiones inflacionistas.
Laurence Ball, profesor de economía de la Universidad Johns Hopkins, espera que las subidas de los tipos de interés perjudiquen en general al mercado laboral y a la economía en 2023, tras la primera alza de tasas de la Fed en primavera.
William Spriggs, economista jefe de la AFL-CIO, comentó por su parte que las subidas de los tipos de interés de la Fed ya han empezado a perjudicar a algunas partes del mercado laboral. La tasa de desempleo de los trabajadores negros ha aumentado recientemente, mientras que su participación en la fuerza laboral ha disminuido. Además, la tasa de desempleo aumentó en agosto entre los trabajadores hispanos, que son vulnerables a la desaceleración de la construcción, explicó Spriggs en un panel de septiembre sobre las perspectivas de empleo, organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Spriggs espera que las continuas subidas de tasas de la Reserva Federal generen más daños, deshaciendo las ganancias generalizadas del mercado laboral que se derivaron de un repunte históricamente rápido.
“Esta ha sido la recuperación más fuerte que hemos tenido nunca”, aseguró Spriggs. “El mercado laboral es saludable, pero lo que está haciendo la Fed en este momento es excesivamente peligroso”, concluyó.
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