Qué significa la “era de la abundancia” de Elon Musk para el futuro del capitalismo
El hombre más rico del mundo y otros describen un futuro con poco trabajo. “Yo no me preocuparía por dejar a la gente sin trabajo”, indicó Musk el año pasado durante una charla TED. “En realidad vamos a tener -y ya tenemos- una escasez masiva de mano de obra", agregó. Predice que los robots ocuparán puestos de trabajo incómodos, peligrosos o tediosos.
Cuando se trata del futuro, el mejor escenario de Elon Musk para la humanidad se parece mucho al socialismo de ciencia ficción.
El hombre más rico del mundo, que durante años ha advertido sobre los peligros de la inteligencia artificial (IA), ha estado pintando últimamente una visión más utópica de lo que podría ocurrir cuando los robots superinteligentes sean capaces de sustituir a los trabajadores cotidianos.
“Estaremos en la era de la abundancia”, sostuvo Musk este mes.
Hablaba en público con el Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, que, como muchos otros líderes mundiales, está tratando de entender el efecto de la tecnología en el trabajo y la vida. Sunak cree que el trabajo da sentido a la vida, por lo que le preocupa la predicción de Musk.
“Creo que el trabajo es algo bueno, da a la gente un propósito en sus vidas”, dijo Sunak a Musk. “Y si luego eliminas una gran parte de eso, ¿qué significa?”, preguntó.
Esa es la cuestión.
A menudo, cuando Musk habla de las amenazas de la IA, describe escenarios de fin del mundo que parecen sacados directamente de la película “Terminator” o de otras obras de ciencia ficción en las que los robots se vuelven contra sus creadores.
Más recientemente, al hablar positivamente de la tecnología, a Musk le gusta señalar otra obra de ciencia ficción para describir cómo la IA podría cambiar nuestro mundo: una serie de libros del fallecido autor autodenominado socialista Iain Banks, que giran en torno a una sociedad posterior a la escasez que incluye IA superinteligente.
En cierto modo, Musk también está hablando de su propio libro de negocios.
Parte del entusiasmo que hay detrás de la altísima valoración de Tesla, de la que es director ejecutivo, se debe a sus predicciones sobre la capacidad de la empresa automovilística para desarrollar robots humanoides -apodados Optimus- que puedan utilizarse para todo, desde asistentes personales a trabajadores en fábricas. También ha fundado una empresa de IA, llamada xAI, que según él, aspira a desarrollar su propia inteligencia sobrehumana, aunque algunos se muestran escépticos ante esa posibilidad.
“La superinteligencia digital combinada con la robótica hará que los bienes y servicios sean casi gratuitos a largo plazo”, afirmó Musk en una conferencia en julio.
Musk ha presentado su trabajo para desarrollar robots humanoides como un intento de resolver los problemas laborales, afirmando que no hay suficientes trabajadores y advirtiendo de que las bajas tasas de natalidad serán aún más problemáticas.
“Yo no me preocuparía por dejar a la gente sin trabajo”, indicó Musk el año pasado durante una charla TED. “En realidad vamos a tener -y ya tenemos- una escasez masiva de mano de obra. Así que creo que no habrá gente sin trabajo, sino escasez de mano de obra, incluso en el futuro”, agregó.
En cambio, Musk predice que los robots ocuparán puestos de trabajo incómodos, peligrosos o tediosos.
“Es divertido cocinar, pero no lo es tanto fregar los platos”, apuntó Musk este mes. “El computador es perfectamente feliz lavando los platos”, completó.
Musk no es el único que predice que se avecinan cambios tras el sorprendente éxito del chatbot de OpenAI, que este año ha avivado el entusiasmo por la posibilidad de que la tecnología esté en la cúspide de grandes avances que antes se consideraban mera ciencia ficción.
A corto plazo, Goldman Sachs estimó en abril que la IA generativa podría aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) mundial en un 7% durante la próxima década y que aproximadamente dos tercios de las ocupaciones estadounidenses podrían ser parcialmente automatizadas por la IA.
Esto podría ser sólo el principio. En la conferencia Tech Live de The Wall Street Journal realizada el mes pasado, Vinod Khosla, un destacado inversor de capital de riesgo cuya empresa ha invertido en esta tecnología, predijo que dentro de una década la IA podrá realizar “el 80% del 80%” de todos los trabajos actuales.
“Creo que la necesidad de trabajar en la sociedad desaparecerá en 25 años para aquellos países que adapten estas tecnologías”, aseguró Khosla. “Sí creo que hay espacio para una renta básica universal que asegure un nivel mínimo y la gente podrá trabajar en las cosas en las que quiera trabajar”, añadió.
Olvídate de la renta básica universal. En el mundo de Musk, él prevé algo más exuberante, donde la mayoría de las cosas serán abundantes, excepto las piezas únicas de arte y los bienes inmuebles.
“No tendremos renta básica universal, tendremos renta alta universal”, manifestó Musk este mes. “En cierto sentido, será una especie de nivelador o igualador porque, en realidad, creo que todo el mundo tendrá acceso a este genio mágico”, continuó.
Todo esto se parece mucho al socialismo, salvo que no está claro quién controla los recursos en esta sociedad muskista. Hace unos años, Musk se declaró socialista. “Pero no del tipo que desplaza los recursos de los más productivos a los menos productivos, pretendiendo hacer el bien, mientras que en realidad causa daño”, tuiteó. “El verdadero socialismo busca el mayor bien para todos”, agregó.
En un mundo de trabajadores robóticos, ha sugerido, el significado mismo de nuestra economía podría perder sentido.
“¿Qué es una economía? Una economía es el PIB per cápita multiplicado por el PIB per cápita”, señaló Musk en una conferencia de tecnología en Francia este año. “Ahora bien, ¿qué pasa si no tienes un límite de cápita, si tienes un número ilimitado de personas o robots? No está claro qué significado tiene una economía en ese punto, porque tienes una economía ilimitada en la práctica”, planteó.
En teoría, la humanidad quedaría libre para otras actividades. ¿Cuáles? Hacer bebés. Cocinar a medida. Humanización competitiva.
“Obviamente, una máquina puede ir más rápido que cualquier humano, pero seguimos teniendo humanos que compiten entre sí”, dijo Musk. “Seguimos disfrutando compitiendo contra otros humanos para, al menos, ver quién fue el mejor humano”, añadió.
Sin embargo, mientras Musk habla de este futuro, parece estar lidiando con lo que podría significar en la práctica y cómo se contradice con su propia vida.
Nadie encarna mejor el afán trabajólico del sector tecnología que Musk, que dirige varias empresas y dice haber dormido en fábricas para construir un imperio empresarial que abarca desde cohetes hasta tuits.
“Si pienso demasiado en ello, francamente, puede ser desalentador y desmotivador, porque pongo mucha sangre, sudor y lágrimas en la construcción de empresas”, sostuvo a principios de este año. “Si estoy sacrificando tiempo con amigos y familia que preferiría, pero luego en última instancia la IA puede hacer todas estas cosas, ¿tiene sentido?”, se interrogó.
“Hasta cierto punto”, concluyó Musk, “tengo que tener una suspensión deliberada de la incredulidad para seguir motivado”.
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