Un cuantioso monto es el que suman los pasivos de Abcdin y Dijon. La cifra conjunta alcanza los US$643.987.520 a noviembre de 2019, según detallaron las compañías en sus respectivos balances tributarios entregados a tribunales, como parte del proceso de reorganización de la empresa deudora al que su matriz, AD Retail, decidió someterlas, dada su compleja situación financiera.

En el caso de la cadena Abcdin, que se especializa en electrónica, los pasivos llegan a US$503,2 millones, mientras que los de Dijon -dedicada a la venta de vestuario- suman US$140,7 millones. Al mismo tiempo, las pérdidas de ambas compañías a noviembre de 2019 superan en conjunto los US$20 millones.

El listado de acreedores de las filiales de AD Retail es extenso, aunque pocas compañías concentran porcentajes relevantes del pasivo. Según el informe de Audit Group Auditores Consultores, tanto para Abcdin como para Dijon, el mayor acreedor como empresa relacionada es la propia AD Retail, que posee el 82,4% del pasivo de Dijon y el 37% en Abcdin.

Para la firma de venta de bienes durables, sus mayores acreedores dentro de los proveedores son Samsung Electronics Chile con el 7,7% del pasivo; Claro Chile con el 2,27% e Intcomex con el 1,67%. Mientras que en los acreedores financieros aparecen Banco Do Brasil, con el 1,35% del pasivo, correspondiente a un pagaré, y banco Security con el 1,31%, en cartas de crédito.

En el caso de Dijon, dentro de los proveedores extranjeros, el mayor porcentaje del pasivo está en las compañías chinas Shanghai Silk Group, que tiene el 2,19%; Anhui Garments Import & Export con el 1,18% y JXT Trading CO, con el 0,82%.

En total, las acreencias de Dijon alcanzan los US$48,1 millones, mientras que las de Abcdin llegan a los US$240,3 millones.

Respecto de los bienes que poseen las firmas, estos alcanzan un monto de US$175,9 millones para Abcdin, entre bienes muebles, softwares y existencias para la venta. Sin embargo, sus 83 tiendas son propiedad de terceros y se encuentran todas bajo contratos de arriendo, misma situación del centro de distribución ubicado en Pudahuel.

En el caso de Dijon, los bienes propios suman US$28,6 millones, mientras que las 63 tiendas también son arrendadas a terceros.

Las compañías ingresaron el pasado 27 de diciembre a tribunales sus respectivas solicitudes de reorganización, proceso que está pendiente de pronunciamiento por parte de los juzgados civiles.

Una vez que se autorice la petición, la reorganización pasará a la Superintendencia de Insolvencia, para el nombramiento del veedor correspondiente. Recién en esa instancia, veedor y abogados designados por AD Retail para el proceso -el estudio Puga Ortiz- procederán a la elaboración del Acuerdo de Reorganización, sobre el que deberá pronunciarse la junta de acreedores. Si bien las expectativas son que el proceso resulte exitoso, los acreedores también podrían rechazar la propuesta, lo que desencadenaría dos opciones: la solicitud de una prórroga, para mejorar el acuerdo, o bien, la solicitud de la quiebra.

AD Retail responsabilizó al estallido social de su situación de insolvencia, dada la interrupción en la cadena de compras y pagos, así como por el daño que experimentaron algunas de sus tiendas. Sin embargo, desde 2018 AD Retail reconocía un escenario más desafiante para el negocio, que se extendió a 2019. Ya en junio del año pasado, los números de la firma mostraban un deterioro que la crisis vino a profundizar.

Mientras ese proceso avanza, AD Retail zanjará hoy otro frente. La compañía debería realizar la Junta Extraordinaria de Accionistas, convocada el pasado 11 de diciembre. La instancia deberá pronunciarse sobre un aumento de capital por cerca de US$13 millones (o el monto que la propia junta determine) y también la reducción del número de directores, pasando de 9 puestos a 5. De hecho, el pasado 23 de diciembre la compañía informó a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de la renuncia de tres directores, iniciando así el proceso de adecuación de la nueva mesa directiva.