Como positivo califica Carlos Budnevich, académico de la Universidad de los Andes, integrante del Grupo de Política Monetaria (GPM) y ex superintendente de Bancos (2010-2011), que la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) haya anunciado que está evaluando postergar el calendario de implementación de Basilea III, en medio de la contingencia por el coronavirus con el fin de estimular a los bancos para que puedan otorgar créditos. “Estas normativas prudenciales son importantes y necesarias, pero creo que es el momento de postergar el inicio del plan de implementación”, comenta.
De todas maneras, Budnevich afirma que la CMF debería flexibilizar algunas normas que ya publicó de Basilea III, pues son más estrictas que el estándar internacional, especialmente en pymes, consumo, y específicamente en tarjetas de crédito. "En esta coyuntura no podemos ser más papistas que el Papa", dice.
¿Qué le parecieron las medidas anunciadas por la CMF?
Van en la dirección correcta, pero me gustaría que la decisión de lo que va a pasar con el periodo en que va a empezar el proceso de implementación gradual de Basilea III, se diera a conocer a la brevedad posible, ojalá esta semana. Si bien la CMF declara una intención, y que estaría ajustando esos plazos, para tener más certeza sería bueno que lo anuncien lo más pronto posible. Pero también falta un perfeccionamiento de los parámetros de esa regulación, para que estén alineados con Basilea III, y que no sean más exigentes que los parámetros internacionales.
¿Cuánto tiempo esperaría que se postergue la implementación de Basilea III?
Actualmente el plan empieza el 1 de diciembre de este año y es hasta el 2024. Ese programa, en vez de que empiece este año, creo que debería comenzar seis o doce meses después. Estoy de acuerdo en que es necesario implementarlo, pero este no es el mejor momento.
La CMF en su comunicado dice que “es de suma importancia que los bancos (...) establezcan políticas prudentes de reparto de dividendos”. ¿Llega un poco tarde el regulador a pedir esto, considerando que estamos en pleno período de juntas de accionistas, y que la semana pasada ya fue la junta de Itaú donde se repartió el 100% de los dividendos?
Es discutible, tal vez habría sido mejor anunciarlo antes, pero los acontecimientos se han desarrollado de manera bastante brusca (...) Vimos que se venía acercando esta ola del coronavirus en otros países, pero creo que siempre tuvimos la esperanza que de alguna u otra forma nos impactara poco, pero lamentablemente no fue así. Mi postura, es que esas políticas de retención de utilidades, siempre son buenas para generar colchones adicionales de capital en momentos en que las cosas están complicadas, sobre todo pensando en que va a haber un deterioro en la cartera de créditos. Eso ya venía produciéndose con el estallido social. Los bancos tienen que tomar una decisión sobre esto, y podría haber algunos que alcancen a reevaluarlo. Es mejor entrar en un ciclo malo, con más retención de utilidades, que con menos, porque ese banco va a estar con una mayor solidez en lo financiero, pero también depende de la situación de Basilea en que se encuentre. Eso hay que mirarlo en función de cuán capitalizado está cada banco.
Dijo que falta un perfeccionamiento de parámetros en las normas que ya ha publicado la CMF sobre Basilea III ¿Qué hay que cambiar?
Mirando los ponderadores por riesgo de crédito, los parámetros de la pyme se ven desalineados en relación a lo que exige el estándar internacional de Basilea III, es decir, es más exigente lo que propone la CMF. Un ejemplo: Basilea III exige un 75% como ponderador por riesgo de crédito, y la CMF exige un 90%. También hay otro factor de compensación, relacionado con el colchón de conservación de capital en el modelo estándar de requerimientos de activos ponderados por riesgo (APR) que no aplica la CMF, y que también perjudica mucho a la pyme. Yo sería partidario de que en Chile estemos en el mismo nivel de exigencia que establece el propio Basilea III.
Más allá de las pymes ¿Hay otras normativas que haya publicado la CMF que crea que hay que flexibilizar?
Un segundo punto que llama la atención, es el endeudamiento con las tarjetas de crédito, porque lo hace más exigente que lo que exige el propio Basilea III. En tercer lugar, en el segmento hipotecario, en ciertos niveles de relaciones deuda a garantía más altos (mayores o iguales a 80%), que obviamente significan más riesgo, también la normativa propuesta por la CMF es más exigente que Basilea III a nivel internacional. Además, hay un modelo estandarizado que la CMF propone usar para el crédito de consumo en cuotas, que llama la atención, porque no existe algo parecido a nivel internacional, es algo creado por el propio regulador en Chile. Entonces, obviamente que puede haber ciertas divergencias, pero pienso que dadas las condiciones que establece en términos de carga financiera, parece que todavía falta un afinamiento en los valores determinados de carga financiera. Además, estas carteras muchas veces no son todo lo homogéneas que uno requiere en cada uno de los bancos para que estos modelos, funcionen bien. Entonces, me surgen dudas respecto a los parámetros que utilizan para efectos de cómo exigir o determinar esos APR en los créditos de consumo. Mi punto acá es: no hay un referente internacional propiamente tal, sino que más bien un modelo interno estandarizado que lo determinó el regulador.
Entonces sería adecuado flexibilizar algunas normativas ya publicadas en APR.
Sí. Pero más allá del modelo estándar que determina el regulador, hay unos pisos de exigencia de capital para los modelos internos que determinan los propios bancos y que son aprobados por el regulador. En los modelos internos, la CMF acepta como piso una exigencia de al menos un 80% del nivel de parámetros determinado en el método estándar del regulador, y no puede ir más abajo. ¿Qué ocurre con eso? Ese piso a nivel internacional es 72,5%, entonces en ese ámbito también es más exigente la CMF.
Por otra parte, también hay que considerar que los reguladores bancarios internacionales están dando más flexibilidades a la banca.
El 12 de marzo el BCE permitió a los bancos en Europa utilizar una parte de los requerimientos de capital, denominados colchones de capital, por debajo de lo exigido, y también con los requerimientos de liquidez. Es decir, les permite a los bancos europeos, relajar esas exigencias por un cierto período transitorio, de tal manera que efectivamente los bancos puedan tener más flexibilidad en su manejo y poder colocar créditos con menos costo.
¿Y se puede hacer algo similar en Chile?
Una manera de hacer algo similar, no digo que sea exactamente igual, es justamente volver a ver algunos parámetros de Basilea III que están sobre el estándar normal a nivel internacional, en consumo en cuotas, pymes, hipotecarios, y también alinear el parámetro del piso para los modelos internos, porque no resulta adecuado que sea mayor en Chile. Y el tercer elemento, es mover el calendario de implementación.
¿De todas maneras, fueron positivos los anuncios que ha hecho el BC hasta ahora?
Van en la dirección correcta, uno podría discutir a lo mejor si es necesario una dosis adicional de relajo monetario, y uno podrá eventualmente discutir también si se podrían ampliar esas facilidades de liquidez. Hay que recordar que en otros países, la política monetaria convencional, que es la que determina normalmente la TPM, muchas veces ha ido acompañada con medidas de política monetaria no convencionales cuando hay situaciones extremas: el llamado Quantitative Easing (QE). Pienso que, dependiendo de cómo se vayan dando las cosas, también el Banco Central debiera tener esta medida en mente en el caso de Chile. No podría decir que en este momento es absolutamente necesario, pero el BC eventualmente lo debería tener en consideración. Me parece que actuaron relativamente rápido, pero tienen que estar atentos, porque es probable que se profundice el deterioro de la economía.
¿El BC podría bajar la TPM a 0%?
Sí.
¿Y podría llegar a terreno negativo?
Ese terreno es un poco prohibido para los bancos centrales, algunos han hecho cosas específicas en esa materia, pero es un terreno complicado. Al menos la teoría dice eso. De todas maneras, ha habido casos en que los bancos centrales internacionales, en ciertos segmentos de mercado, han establecido que van a cobrar una tasa de interés a los activos líquidos que los bancos mantengan en cuenta corriente en el Banco Central, para desincentivar a los bancos que tengan muchas reservas, con el propósito de que en vez de tener esas reservas como caja en el BC, las puedan prestar, para reactivar el mercado del crédito. Eso sería una tasa de interés negativa. Es una herramienta posible, no la descarto, pero la TPM en sí, más convencional, me costaría pensar que llegue a niveles negativos.
¿Que le parecieron las medidas que anunció el gobierno?
Me parecen oportunas, interesantes. Lo que uno nunca sabe es que, dependiendo de cómo evoluciona esto a futuro, a lo mejor van a tener que tomar nuevas medidas, según se profundicen los impactos negativos de la pandemia en la economía chilena. Pero me parece que van en la dirección correcta, sobre todo la parte de la protección del empleo, usando los fondos acumulados en el seguro de cesantía.