La postergación de Basilea III era una de las medidas que pedía la banca para poder salir más tranquilamente a dar flexibilidades en créditos a sus clientes en medio de la contingencia por el coronavirus. Y así fue: la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) anunció hace ya un par de semanas que se posterga por un año su implementación.

¿Pero cuánto es este menor requerimiento de capital en los próximos años? El presidente de la CMF, Joaquín Cortez, esta semana detalló en la Comisión de Hacienda del Senado que esto “permite que en el periodo 2020-2022 la banca tenga menos requerimientos de capital del orden de US$1.800 millones, los que tendrá que constituir en los años siguientes”.

Detalló que “esto significa que en 2020 no tienen exigencias de constituir capital. En 2021 será solo del orden de US$16 millones, y nuestros cálculos iniciales era que para 2022 solo tuvieran que constituir provisiones de aproximadamente US$500, y digo aproximado, porque con la última capitalización de BancoEstado, y con el hecho de que los bancos repartieron menos dividendos, es probable que cuando revisemos este número, el requerimiento de capital para el año 2022, sea más bien cercano a cero”. 

Hay que considerar que el año pasado el gobierno anunció una capitalización de US$500 millones para el banco estatal tras el estallido social. Además, este año producto de la contingencia por el coronavirus el gobierno anunció que se capitalizaría a BancoEstado con otros US$500 millones, los que llegarían al balance del banco durante este segundo semestre.

Así, Cortez dijo que con esta postergación de Basilea III se logran “liberar recursos humanos para reprogramaciones, y también menores requerimientos de capital en el corto plazo, que van a tener que constituir después, para que puedan también tener más recursos financieros para enfrentar estas renegociación.

Con todo, mientras el IPSA ha perdido 19,49% en lo que va del año, la mayoría de los bancos ha perdido menos, pues la acción de Banco de Chile ha retrocedido 8,39%, la de BCI ha bajado 14,96%, y el papel de Santander disminuye 18,49% en lo que va del año. Eso sí, la acción de Itaú –en la que participa la familia Saieh, que a su vez controla Copesa, que edita PULSO- ha retrocedido más que el IPSA, marcando una baja de 45,18% en lo que va del año.