La caída de la bolsa tras el estallido social y luego producto de la pandemia, los niveles de violencia vistos en octubre y el buen desempeño de EE.UU. son, en parte, los factores que han impulsado a los inversionistas locales a apostar (o refugiarse) por el dólar en los últimos doce mese, ya sea a través de fondos, depósitos o directamente en acciones. Con esto, se ha observado una dolarización de las carteras.
“Nuestros clientes sienten que tienen mucho riesgo sus activos chilenos, por lo que prefieren activos de bajo riesgo en otras monedas”, ejemplifica Germán Guerrero, socio de MBI.
De hecho, desde la crisis el IPSA pierde 32,61% en dólares, siendo la cuarta bolsa que más cae en el mundo.
Pero signo del fenómeno también ha sido el alza de $69,4 que ha registrado la divisa de EEUU en el país desde el 18 de octubre de 2019, aunque ese dato equivale a una depreciación del peso de 8,36%, por debajo a la caída experimentada por otras monedas de la región: 26,75% el real, 25,32% el peso argentino y 9,25% del peso colombiano. El sol cae 7,43% en el período.
El que no haya caído más el peso chileno, es muestra de que aún existe una buena imagen país, pese a la menor clasificación soberana. Según Luis Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmérica, la caída de la moneda chilena, en línea con la región, se explica “producto de las correctas medidas de estabilización llevadas a cabo por las autoridades locales y porque pese a todos nuestros problemas, el mercado continúa creyendo en la marca Chile”.
También influye, a su juicio, el que Hacienda ha liquidado cerca de US$12.000 millones este año, a los que se suman los cerca de US$3.500 millones que vendió el Banco Central.
Sin embargo, el mercado a través de varios indicadores arroja luces respecto del mayor demanda que la moneda ha experimentado, como reflejo de una mayor incertidumbre. Según datos del Banco Central, la posición neta entre dólar spot y derivados de los bancos está en terreno positivo, aunque bastante cercana a cero, lo que indica que estas entidades han cambiado desde una posición vendedora de dólares a una compradora. “La pregunta es quién los tiene (los dólares), no tenemos un indicador de quién los ha comprado”, dice Alarcón.
Otro fenómeno que se desprende de los datos del Banco Central es el aumento de los depósitos en dólares en los bancos del país. Las captaciones (depósitos) en moneda extranjera en la banca alcanzaron en julio US$39.787 millones, un salto de 25% respecto del mismo mes del ejercicio previo, en circunstancias de que las captaciones en pesos subieron algo más de 8% en el mismo período.
Desde uno de los mayores bancos del país apuntan a que parte importante del salto se explica por el alza del tipo de cambio, pues entre julio de 2019 y el mismo mes de 2020, el dólar trepó 8,7%; en tanto los depósitos provenientes de filiales y sucursales en el exterior escalaron 10,4%, por lo que tampoco explican por sí solo el alza.
Otros datos, esta vez de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), también reflejan esta tendencia: el saldo promedio mantenido por personas naturales en cuentas corrientes denominadas en moneda extranjera, sólo en la Región Metropolitana, pasó de $75,9 millones en julio de 2019, a $148,6 millones para el mismo mes de este año, un aumento de 96%. El número de cuentas subió de 39.892 a 50.647, es decir 10.755 más (+27%). El salto es muy superior a las 3.133 cuentas nuevas que se registraron el año previo.
En tanto, el saldo promedio de las cuentas corrientes en moneda extranjera de personas jurídicas pasó de $2.196 millones a $2.627 millones (+19,6%), y el número de 48.991 a 56.245 (+15%).
Los fondos
No sólo a depósitos ha corrido el flujo en búsqueda de dólares. Alex Toledo, head de Schroders en Chile, una de las administradoras favoritas de las AFP, señala que mientras los family offices en Chile siempre han tenido una exposición fuerte afuera, ya que la mayoría de sus portfolios están invertidos en el extranjero y en dólares, han visto un giro “más significativo hacia la dolarización en las carteras de las bancas privadas. La banca privada fue la que más se movió hacia el dólar; en el último año se abrieron muchas cuentas internacionales”.
El abogado Andrés Alessandri, socio de Mena Alessandri & Asociados y de 360/MFO, comenta que “en el último año la gran mayoría de nuestros clientes han aumentado su porcentaje de inversión en dólares”, algo que han realizado preferentemente de dos formas: invertir en fondos locales cuyos activos subyacentes son extranjeros, o “invertir directamente en el extranjero. Lo anterior requiere que el cliente tenga una cuenta en un banco extranjero, realice una transferencia de dineros al extranjero, con los respectivos reportes al Banco Central y al SII, y luego adquiera activos extranjeros. Dentro de los activos extranjeros, vemos una fuerte preferencia por Private Equity (principalmente inmobiliarios), ETF y Fondos diversificados. Algunos clientes, con mayor conocimiento de ciertos mercados, invierten también en Fondos específicos, como un Fondo Tecnológico o en el área de la medicina”.
Justamente otro de los indicadores donde se ha notado el fenómeno de dolarización es en los fondos mutuos (FFMM). Según datos de la Asociación de FFMM, a junio la inversión en el extranjero anotó un alza trimestral de 21%, mientras que en instrumentos nacionales fue de 11,2%.
En lo que va del año (hasta agosto), parte relevante de los flujos se dirigieron a categorías denominadas en otras monedas, como por ejemplo deuda menor a 90 días en dólares que captó $710.984 millones.