Como un sector que se consolidaba en términos de refugio, los bancos que cotizan en bolsa en el país se vieron beneficiados por los inversionistas tras el estallido social del 18 de octubre. Sin embargo, en medio de la pandemia sus acciones han visto caídas que, para los analistas, sería una sobrerreacción.
Según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en marzo la utilidad mensual del sistema alcanzó los $162.252 millones (US$192 millones), lo que significó una caída de 30,84 % respecto del resultado del mes anterior, mientras que los créditos de consumo registraron una tasa de variación anual de -1,3%, cayendo en terreno negativo por primera vez desde la crisis económica del año 2009.
Pero, junto con ello, se registró una caída de los indicadores de rentabilidad. De hecho, el retorno sobre patrimonio promedio llegó a 12,33%, por debajo del 12,63% del mes previo, y del 12,93% que se registraba en septiembre de 2019, mes previo al estallido social.
No obstante los datos, los analistas estiman que la caída en las acciones de los bancos que cotizan en bolsa ha sido una sobrerreacción. Y es que mientras el IPSA ha perdido 25,05% desde el 18 de octubre, BCI pierde 33,76%, Santander 30,25%, Chile 28,33%, Itaú 55,84% y Grupo Security 42,14%.
Guillermo Araya, de Renta 4, indica que “los bancos en Chile están bastante sanos en su estructura de patrimonio, la CMF sugirió pagar menos dividendos y postergó las exigencias de Basilea III, al hacerlo está diciendo que necesitas menos patrimonio para respaldar tus cuentas, pero los bancos ya tenían buenos índices”.
¿Se mantienen como refugio? Para Germán Guerrero, socio de MBI, la respuesta es si, y sostiene que “la banca estaba en muy buen pie. Va a afectar las utilidades de este año, pero el mercado estima que de largo plazo tiene una posición sólida”.
Las medidas de liquidez
Si bien el escenario de contracción económica proyectado por diversos organismos impactaría las colocaciones (que crecen en razón de 1,8-2 veces el PIB), y también el gasto en provisiones, las garantías entregadas por el gobierno y las líneas del Central podrían mitigar dichos efectos.
Mientras el ejecutivo capitalizó el Fogape con US3.000 millones y amplió las garantías para que los bancos puedan entregar créditos a empresas afectadas por la pandemia, para el 27 de abril las entidades habían solicitado US$3,610 millones a través de la liquidez con incentivo al crédito al Banco Central, en tanto, respecto a la línea de 12% condicionado al flujo, han pedido otros US$3.248 millones.
Según Guillermo Araya, esos recursos podrían mitigar riesgos de sus propios clientes más que de clientes nuevos, permitiendo no perjudicar sus actuales carteras. Eso sí, la Asociación de Bancos ha sostenido con los créditos con cargo al Fogape perderán dinero.
¿A qué bancos apostar? Para Germán Guerrero, Itaú es una opción. La acción de la entidad – en cuya propiedad participa la familia Saieh, controladores de Copesa, empresa que edita PULSO-, “está muy golpeado en bolsa sin una buena razón para haber caído más que los otros bancos en los últimos 12 meses”.
Por su parte, Araya se inclina por Santander y BCI, aunque la primera opción es Banco de Chile, pues por una parte sacrificó participación de mercado para quedarse con clientes de menor riesgo, permitiéndole tener una cartera de menor riesgo, y también porque su política de capitalización de utilidades lo deja con cuentas sólidas.
Pero los bancos han sentido los efectos de la actual pandemia no sólo en su crecimiento. En marzo, la rentabilidad sobre patrimonio promedio de Banco de Chile llegó a 18,2%, Santander a 16,87%, BCI con 10,15%, Security 12,33% e Itaú con 3,64, niveles relativamente similares a los del cierre del año pasado, pero por debajo a los registrados en septiembre de 2019. Para ese entonces, la rentabilidad de Banco de Chile llegaba 18,33%, Santander estaba en 18,09%, BCI con 12,03%, Security con 12,67%, e Itaú con 4,34%.