Duras críticas hacía la clase política realizó esta mañana el presidente de Moneda, Pablo Echeverría, al referirse a la reciente aprobación del proyecto que busca que los cotizantes puedan retirar el 10% de sus ahorros previsionales.

Según Echeverría, que habló al inicio del seminario organizado por la entidad, señaló que “la solidaridad se paga con impuestos generales, donde los ricos o las empresas que ganan más, pagan más, no se paga poniendo un impuesto al trabajo que debilita aún más nuestro mercado laboral”.

A su juicio, el problema no son las AFPs, “es nuestra tasa de ahorro mensual de 10% para pensiones. Esta tasa es 45% más baja que el promedio de la OECD y esto lo sabemos hace más de 10/15 años. También me parece injusto que, en las propuestas existentes, se considere que la solidaridad la tienen que pagar los aproximadamente 5,6 millones de cotizantes en el sistema, teniendo Chile una fuerza laboral cercana a 10 millones de personas y casi 11 millones de afiliados al sistema de pensiones”.

Respecto de la aprobación este miércoles del proyecto, apuntó que “un grupo de diputados populistas de todos los sectores políticos, buscan un atajo privilegiando el corto plazo. Esta posibilidad me parece suicida para el futuro de las pensiones de los trabajadores y trabajadoras chilenas”.

“Hay un grupo minoritario en nuestro país que quiere acabar con el sistema de AFPs, uno de los más exitosos y destacados en el mundo. Si el Senado, con sabiduría, no para esta iniciativa, esto será un tremendo autogol para la estabilidad fiscal de largo plazo de Chile y, definitivamente, no mejorarán las pensiones”, insistió.

Para Echeverría, “esta propuesta, y otras propuestas descabelladas que hemos visto pasar por el Congreso, no solo no respetan los acuerdos políticos alcanzados entre oposición y gobierno, sino que tampoco ayudarán a la ciudadanía a salir de la crisis. Es más, hundirán el país en el mediano plazo”.

Prosperidad

Junto con el proyecto de pensiones recientemente aprobado, el presidente de Moneda también critico otros proyectos emblemáticos aprobados durante los últimos años, los que a su juicio han mermado la capacidad de crecimiento del país.

Y es que según Echeverría, los excepcionales 30 años de Chile se acabaron en 2014. “Después de acertadas políticas desarrolladas con posterioridad a la crisis de 1982, Chile Entre 1985 y 2915 creció al 5,3% anual, y nuestro pib per capíta lo hizo al 4% anual, durante ese período la inversión, motor de crecimiento económico y clave para superar la pobreza, lo hizo al 9% anual, y la inversión extranjera directa promedio anualmente casi 6% del PIB”.

Pero, tras ese período, y durante los últimos cinco años, el PIB per capita creció menos del 1% anual. “Mala políticas públicas como la reforma tributaria, la reforma laboral, la reforma a la educación, unido a un deterioro en la constitucionalidad de la mayoría de las poderes del estado, permanentes cambios en las reglas del juego, no respeto al estado de derecho, son algunas de las razones de nuestra pérdida de prosperidad”, comentó.

Y, tras estas políticas, vino el 18 de octubre, que implicó ataque simultáneos de “carácter terroristas” e incendiarios a las estaciones de metro, dando paso al “anarquismo, la violencia, la aparición de bandas de narcotraficantes, delincuentes, barras bravas, entre otros, quienes destruyeron miles de millones de dólares en bienes público y privados”.

Hubo importantes manifestativos pacíficas, recordó Echeverría, pero a su juicio, según las encentas las principales preocupaciones de los chilenos eran pensiones, salud, educación, delincuencias, corrupción y salarios, “sin embargo el 15 de noviembre un grupo de senadores de distintos sectores políticos lograron lo que titularon acuerdo por la paz social y una nueva constitución. A pesar de que la constitución no figuraba dentro de las principales preocupaciones de la ciudadanía”.

“La base de un acuerdo es que uno cede en algunos punto y consigue otros, lamentablemente al gobierno le ofrecieron la paz, no la cumplimentero y en definitiva no obtuvo nada a cambio. Es más, una parte importante de los políticos de izquierda siguientes justificando e incitando la violencia”, sentenció.