Enrique Marshall por contratos congelados de la banca: "La situación actual no es sostenible en el largo plazo"




El tono pausado -pero no por ello sin convicción- es el mismo, pero el cargo es distinto. Han pasado cuatro meses desde que Enrique Marshall renunciara al Consejo del Banco Central luego de ser nombrado vicepresidente de BancoEstado por la Presidenta Bachelet y ya desde Alameda 1111 analiza con PULSO -en su primera entrevista en el cargo- el crecimiento de la entidad en 2015, lo que viene para 2016 y los temas pendientes que tiene la banca, como es el caso de consentimiento explícito, cuya falta mantiene congelados los contratos con los clientes. Aclara, eso sí, que no se llegó a esta situación por un capricho de la autoridad. Y cerrando el capítulo por la polémica por la entrega del bono por $6,3 millones tras el término de la negociación colectiva, el ejecutivo puntualiza que se trata de un tema que ya está superado.

¿Cómo se viene 2016 con la falta de normativa en consentimiento explícito, que en el fondo son ingresos que se dejan de percibir?

La situación en la cual estamos es compleja porque en la práctica, en alguna línea de actividad, tenemos los precios congelados, y están así hace bastante tiempo; esto no es un cuadro normal, esto no se puede sostener indefinidamente. Pero, para poner las cosas en su propio contexto, hay que admitir que llegamos aquí como resultado de excesos, de prácticas que comenzaron a ser crecientemente cuestionadas por la opinión pública, no estamos aquí porque la autoridad sea mala persona. Ahora, el tema es cómo salimos, no es fácil salir de donde estamos porque hay una crítica muy severa que tiene implicancias para el banco mirando hacia delante, otras experiencias, otros países.

¿Cómo actúan otros países en este tema?

Se advierte, en general, que los estándares son que exista flexibilidad tarifaria, que se puedan mover, que se pueda expresar consentimiento por medios no presenciales sobre todo en productos masivos. Nosotros tenemos 8 millones de clientes en Cuenta RUT, que si no se admite la posibilidad de usar métodos remotos es muy difícil proceder a una modificación tarifaria.

Pero de esos 8 millones de clientes, a lo mejor muchos no tienen acceso a lo digital.

Claro, pero si se contempla este uso ya se comienza a aliviar el problema. No tenemos los 8 millones con acceso a internet, pero sí tenemos 2,6 millones, por lo que ya se comienza a acotar el problema. Tenemos un millón que opera a través de la banca móvil, la telefonía, tenemos los cajeros automáticos, hay distintos métodos. El problema hay que acotarlo, porque si uno piensa 8 millones en métodos presenciales, bueno se torna una tarea difícil de implementar. El más afectado es BancoEstado porque tiene más clientes, y porque tenemos menos vinculaciones en relación con distintos productos. Entonces necesitamos movernos en una dirección tal que haya flexibilidad tarifaria, que el consentimiento se puede realizar por métodos no presenciales y que se pueda poner término a los contratos si se cumplen todas las condiciones. En mi opinión personal, debiéramos avanzar hacia un esquema de flexibilidad regulada, donde haya ciertas reglas que cumplir con mayor flexibilidad. Hoy estamos en un esquema de rigidez absoluta.

¿Han cuantificado el impacto por esta rigidez como la llama?

Las tarifas están congeladas hace 8 o 10 años, y la inflación en ese período acumula del orden de 25% a 30%, por ende significa una disminución de los ingresos en ese orden porque está congelada en pesos, y tampoco sometido a cláusula de reajustabilidad automática.

¿BancoEstado se aguanta un año más sin consentimiento expreso?

La inflación del próximo año sería de 3%- 4%, no va a generar un cuadro radicalmente distinto del actual, pero por supuesto que es un problema sobre todo pensando en el proceso de innovación; cuál es el incentivo para incorporar nuevas facilidades si no es claro que se puede tarificar por eso. Y por otro lado, los clientes están siendo crecientemente exigentes, quieren mayores servicios, acceso a internet, se están adicionando más servicios al mismo producto.

¿Entonces aguanta un año más?

No lo pondría en esos términos. Aquí lo importante es cómo encontramos una salida y, por supuesto, lo mejor es que llegue luego, aunque no tenemos una situación tal de que el banco esté comprometido seriamente el próximo año, no estamos en ese punto. Pero ciertamente que éste es un tema relevante, donde se tendrá que encontrar una solución en el mediano y largo plazo.

Pero el principal accionista, que es el Estado, debiera estar más preocupado que nadie de elevar los ingresos y encontrar una solución.

El banco tiene este tema complejo: por un lado es un banco y, por otro, hay un tema de políticas públicas en esto, se tiene que encontrar un equilibrio. Hay tiempos políticos y a nosotros no nos corresponde meternos en eso, lo que sí advertimos es que la situación actual no es sostenible en el largo plazo.

Eso podría implicar que el proceso de digitalización que desarrolla el banco se retrase…

El público quiere servicios de calidad, hoy no es admisible la suspensión de los servicios en internet, el público es muy sensible a ello. Pero para que eso sea así, para asegurar la continuidad de la operación uno necesita tener respaldos, debe efectuar inversiones permanentemente. Tenemos un centro de contacto en Lota, y a estas alturas dado los volúmenes, se tiene que pensar en otro centro de contacto incluso por un tema de seguridad, y eso implica otra inversión, de cierta magnitud, en otro lugar del país para que esa continuidad se pueda seguir.

¿Cómo ha visto la autoridad? ¿Hay interés de resolver esto? ¿Se han juntado?

Creo que la autoridad está completamente al tanto de estos temas, hay tiempos políticos.

¿Pero usted espera que durante este mandato se encuentre ese equilibrio?

Como BancoEstado hemos hecho el punto, no somos los encargados de hacer la agenda legislativa, es un tema que llevan otras personas. Pero el punto lo hemos levantado, y aquí mismo le estoy reconociendo que aquí hay un problema, las urgencias y prioridades las ponen las autoridades que están a cargo de esos temas.

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