La biodiversidad busca su lugar en los balances de fin de año




Basta con mirar el jardín para darse cuenta que ya no hay mariposas, ni orugas, ni la misma cantidad pájaros que antes. Sólo un par de generaciones atrás la naturaleza se expresaba con más fuerza. A Pilar Valenzuela, ingeniera ambiental e investigadora de la Fundación Chile, los ojos se le agrandan cuando ocupa este simple ejemplo para hablar de biodiversidad y de cómo se ha ido perdiendo a pasos acelerados. 

"Mucho más severo que el cambio climático para mí es el problema de la extinción de especies, porque es irreversible. No puedes echarle la culpa a otros. Acá se extinguió el picaflor de Arica y es un problema nuestro y es aquí y ahora. El tema de especies es global, pero también tiene una expresión local muy clara. Uno lo nota. Ha disminuido muy fuerte todo. En Quintero, que era ballenero, ahora no hay ballenas. Si uno conversa con otra generación, el cambio es brutal en un tiempo corto", sigue.

La situación es que la acción humana acelera la desaparición de especies a un ritmo que se calcula es mil veces más rápido que si el proceso fuera natural. Es decir, la actividad que es necesaria para nuestra vida, tiene efectos obvios. Impactos o externalidades negativas. La pregunta que se hacen los expertos es qué haremos al respecto.

Una de las alternativas que hoy se trabaja es dimensionar el problema en dinero. Cuánto se gana y se pierde por proteger o no proteger la biodiversidad. Cuánto se pierde por sobre explotar suelos, por contaminar agua dulce, por secar caudales de ríos. Por sobre utilizar los bienes y servicios que provee la naturaleza y que hasta ahora no tienen precio (ver columna) de mercado, pero que todo indica que lo van a tener y no en un plazo demasiado largo.

Hay sectores preocupados de abrir el debate y poner este tema sobre la mesa y llevarlo a los negocios. Esencialmente por el riesgo que implica seguir ocupando estos recursos de manera indiscriminada y tener que asumir más adelante pérdidas que no sólo serán para una industria, sino para toda la sociedad.

"Como lo que le pasó a Celco y los cisnes: puedes jugar a no hacerte cargo hasta que ya el impacto es tan severo… Piensa en otra área: pesca. Chile tiene un 20% de toda la pesca del mundo y tenemos toda la pesca deprimida. O lo que pasó en Cauquenes, era la triguera de Chile, explotaron tanto ese suelo, que ahora no hay nada. Los impactos ambientales son en el largo plazo. Chañaral, se ocupó la bahía para tirar el relave de las mineras y murió la bahía por eso. No se puede ocupar para turismo, tampoco hay pesca. Entonces el tema es que el medio ambiente es un bien social a largo plazo. Cuando lo ocupas en el largo plazo, es un riesgo. En términos país, es un riesgo muy alto", explica la ingeniera.

Es la motivación tras el primer seminario "Negocios y biodiversidad" que organiza la Fundación Chile para el próximo 18 de julio. Ahí se espera conversar temas como ¿quién invierte en biodiversidad y por qué? ¿qué ganancias produce invertir en biodiversidad? ¿qué tiene que ver la biodiversidad con los negocios? ¿cuáles son los riesgos y oportunidades en relación con la biodiversidad? Preguntas abundan, ahora la idea es comenzar a contestarlas.

"La idea es que no hay una pauta de qué hacer o no, sólo crear una plataforma en la que se converse de eso. Cómo integramos la biodiversidad a los negocios y cómo podemos lograr desde los negocios la sustentabilidad mirando los impactos que hacemos", explica Pilar. El seminario también será el escenario para presentar en Chile la certificación Life, a la que optan empresas que tienen políticas de protección.

Uno de los problemas de la extinción de especies, es que no se sabe el efecto final que esto tiene. "No sabes cómo es el encadenamiento de una especie con otra, por eso es muy complejo también medir los efectos en pérdida de biodiversidad, porque a veces las cosas son insólitas. Por ejemplo, hay especies de insectos vinculadas a ciertas especies de árboles y eso significa que sólo vuelan una cantidad de kilómetros y son el único polinizador que funcionó con ese árbol. Entonces, cuando empiezan a quedar los bosques aislados, empiezan a extinguirse porque se quedaron sin polinizadores. El tema de conservación planeta tener un árbol de la misma especie cada 20 kilómetros para evitar que eso ocurra. Es una acción muy sencilla, probablemente no tiene más costos, pero el efecto es súper importante".

¿Como no sabemos lo que va a pasar, hoy esa incertidumbre es la que hay que pagar? "Sabemos que se están extinguiendo especies y no sabemos el valor de las que se han perdido. A lo mejor alguna tenía un valor comercial, o un valor medicinal. Pero ya no lo sabemos, porque ya se extinguió. Y eso es lo complicado: no tiene vuelta atrás".

Aunque parece un tema lejano, hay algunas industrias que trabajan ya con el tema. En Alemania las industrias que ocupan la cuenca del Rhin, hicieron un plan para descontaminar el río y ocuparlo sin extinguir sus especies. También en Sudáfrica algunas viñas trabajan este tema y hoy en la universidad Austral también hay un proyecto de viñas y biodiversidad.

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