Renta fija local y bonos corporativos, acciones americanas o el IPSA, son las respuestas de analistas y bancos de inversión a la hora de definir la clase de activos que en 2024 podrían mostrar alzas significativas, y por los cuales vale la pena hacer una apuesta.
Pablo Méndez, gerente de Portafolios de Inversión de LarrainVial Estrategia, comenta que históricamente el índice S&P500 ha rentado un 7% anual y hoy, en base a variables financieras, su retorno esperado no supera el 6%; mientras que un bono del tesoro a 10 años (GT10) ofrece un yield de 3,9% (rendimiento). Con esas cifras sobre la mesa, el experto sostiene que “el premio por riesgo sigue sumamente bajo. Resalto la palabra sigue, pues si bien el GT10 ha bajado 100 puntos base aproximadamente desde que el Fed reveló su cambio de sesgo, la renta variable también ha corrido y lleva al premio por riesgo a solo 200 puntos básicos. La pregunta del millón: ¿vale la pena ir por dicho premio, pero con tres veces más volatilidad? Nosotros pensamos que no”.
“Vemos mayor valor relativo en bonos investment grade (es decir de buena calidad crediticia), pues pensamos que la debilidad económica esperada -y que ya se ha ido manifestando- llama a tomar un mayor resguardo. Lo interesante es que su inclusión no presume un mayor sacrificio de retorno: hoy el yield está en un 4,8% en dólares”, agrega Méndez.
En sus perspectivas para 2024, Julius Baer señaló que es necesario asegurar rendimientos reales atractivos con bonos de calidad, por lo que “actualmente sobreponderamos el mercado de bonos en divisas fuertes de mercados emergentes”, aunque también ven que los bonos denominados en francos suizos “deberían seguir beneficiándose de su condición de refugio”.
En el plano local, Rodrigo Barros, gerente de Renta Fija Bci Asset Management, comenta que “la renta fija chilena nos parece un activo bastante atractivo para el 2024. El Banco Central ha sido claro en su proceso de recortes de tasa y este debería continuar el próximo año. Este proceso tendrá un efecto en los activos de riesgo y permitirá que las tasas de mediano y largo plazo vayan disminuyendo en el tiempo. Este mayor apetito y caída de tasas se debería transformar en ganancia de capital para los inversionistas durante el próximo año”.
“Un activo que nos parece atractivo en particular para el 2024 son los bonos corporativos, estos bonos actualmente cuentan con un premio bastante interesante y a medida que vayan cayendo las tasas, también debería ir reduciéndose y, por lo mismo, generar ganancias de capital”, agrega Barros.
Según Florencia Ricci, gerente de Economía y Mercado de Banchile Inversiones “el bono en UF a 5 años podría alcanzar niveles de tasa de 1,8%, comprimiéndose 50 puntos básicos en relación a sus niveles actuales, permitiendo una ganancia de capital. En este contexto, tenemos una preferencia por los bonos en UF, ya que las compensaciones inflacionarias se encuentran en niveles bajos”.
Renta variable
En el caso del mercado accionario, Julius Baer apunta a que es necesario buscar acciones defensivas a nivel global. Mientras en Asia “nos decantamos por Japón, India, Corea del Sur y Taiwán”, en Latinoamérica “las acciones brasileñas son una buena oportunidad de compra”.
En tanto, en EE.UU. “el contexto fundamental optimista para la renta variable también se ve respaldado por un panorama técnico que empezó a mejorar de forma considerable tras la caída temporal de octubre. El S&P 500 y varios mercados de renta variable europeos confirmaron este impulso comprador a principios de noviembre, lo que significa que más del 90% de sus miembros entraron en una tendencia alcista a corto plazo”, dice la entidad.
A pesar de algunas señales positivas, BofA, espera un crecimiento económico y una inflación más lentos y un dólar más débil. En ese contexto, para la renta variable “un dólar más débil y un crecimiento asiático estable deberían favorecer a las empresas de pequeña capitalización de los mercados emergentes”.
Según Pablo Méndez, de LarrainVial, en renta variable, “aunque suene paradójico, vemos valor en Latinoamérica (incluido el IPSA). Sus valorizaciones están en niveles mínimos históricos y, en consecuencia, su potencial retorno es sumamente atractivo. Es una estrategia de mayor volatilidad y congruente con un perfil agresivo, por lo que pensamos que compensará con el paso del tiempo”.
En esa línea, Florencia Ricci indica que “con miras a 2024 esperamos atractivos desempeños para los activos locales. Para el IPSA, creemos que el índice alcanzaría los 6.500 puntos, impulsado por mejoras en los niveles de utilidades corporativas, que habrían llegado a un piso, y una valoración descontada en relación a la historia y sus comparables”.
El IPSA está cerca de cerrar el año con un alza del 16%, que lo tiene en 6.153 puntos, mientras que el S&P500 se empina al 23% en el mismo período, y el Bovespa de Brasil, un 20%.
No obstante, a nivel global persisten una serie de riesgos, donde la variable política es relevante. Con ese telón de fondo, BofA subraya que el 60% del PIB global irá a las urnas el próximo año con elecciones en EE.UU., Reino Unido, en la Unión Europea, India y América Latina. “Este año hubo sorpresas populistas en Argentina, la Países Bajos y Alemania”, agregó el banco de inversión.